Díaz Ferrán y Pascual buscan soluciones de urgencia para salvar Air Comet y Marsans

Poco margen de maniobra. Los empresarios y socios Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán, este último presidente de la patronal CEOE, buscan distintas soluciones de urgencia para mantener a flote varias de las compañías turísticas que cuelgan de su holding empresarial, fundamentalmente la aerolínea Air Comet y la agencia de viajes Marsans, ambas afectadas por serias dificultades financieras.

 

La evidencia de esta situación ha aflorado de golpe esta semana. Ayer miércoles, los pilotos de Air Comet convocaron una huelga de siete días como medida de presión para exigir el cobro de las nóminas atrasadas desde el pasado mes de abril, además de dos pagas extraordinarias. Una situación similar a la que denunció la plantilla de tierra y que los dos empresarios resolvieron in extremis hace unas semanas.

Los detalles de las dificultades financieras de la compañía que relatan los pilotos son variadas. Según explican los trabajadores de la propia Air Comet, la aerolínea está teniendo todo tipo de problemas con sus distintos proveedores de servicios por culpa de los atrasos que acumula en los pagos, tanto con los suministradores de combustible como con los de uniformes, la imprenta o el propio servicio de catering.

La situación es muy delicada. Como ejemplo del plan de recortes implantado, según la versión de los pilotos que ayer este diario no pudo contrastar con la compañía, “desde principios de mes, la empresa de vigilancia que estaba en la sede de Air Comet no continúa”. Además, el servicio de parking a disposición de los pilotos ha retenido los vehículos por impago del aparcamiento, a pesar de que los empleados lo abonan a su empresa.

Marsans está en venta

Pero Air Comet no es el único dolor de cabeza de la pareja empresarial formada por Díaz Ferrán y Pascual. Esta misma semana, el diario Expansión informaba del supuesto interés del grupo turístico Orizonia por la cadena Marsans. Sin embargo, según distintas fuentes del sector, la única de las partes interesada en una potencial transacción es la propia agencia de viajes, que está sondeado el mercado en busca de comprador.

Según reconoció el propio Pascual al diario económico de Unedisa, “a día de hoy no hemos recibido ninguna oferta”, aunque este hecho no impide que pueda haber futura operación “siempre que la oferta resulte interesante”. Un extremo, por ejemplo, que aún no ha cristalizado en el caso de Trapsa, su división de transporte por carretera, para la que aún no han encontrado comprador desde el año pasado.

Este jueves, el director general de Viajes Marsans, José María Lucas, ha tenido que salir al paso de las declaraciones efectuadas por Gonzalo Pascual, que hizo referencia a una posible disposición a vender en caso de recibir una oferta atractiva, un extremo que no ha llegado a plantearse con el competidor Orizonia. En su opinión, dado el atractivo de la compañía es habitual que reciban ofertas de interesados.

En teoría, las necesidades de venta están directamente ligadas a la urgencia de conseguir efectivo para reducir deudas. En el caso de Marsans, sus compromisos de pago superan los 350 millones, mientras que la deuda global del grupo de empresas (Air Comet, Trapsa, Mundicolor...) controladas por Díaz Ferrán y Pascual, según la información pública disponible, asciende a más de 600 millones.

A finales del año pasado, Díaz Ferrán y Pascual ya vendieron, bajo el formato de sale and lease back, la sede central de Marsans a un fondo inmobiliario alemán por 115 millones, obteniendo así una importante inyección de liquidez para cubrir las necesidades de capital del día a día de sus compañías, que en algunos casos, como el de Air Comet, han tenido que asumir los propios empresarios para garantizar su continuidad. 

Aerolíneas, Spanair y Air Madrid 

No es la primera vez que la pareja de empresarios vende alguno de sus activos para equilibrar las cuentas del grupo. Ya en 2006, cuando la crisis económica no era aún latente, la propia Marsans vendió el mayorista de cruceros Pullmantur por más de 400 millones, operación que incluyó la liberación de otros 300 millones de deuda que asumía el comprador, la estadounidense Royal Caribbean.

A pesar de la situación financiera del grupo, tanto Díaz Ferrán como Pascual trataron de participar en el reciente proceso de venta de Spanair, la aerolínea que ellos mismos fundaron en la década de los 80 y que más tarde vendieron a la nórdica SAS. En los últimos años, sus intereses en el negocio aéreo han estado suscritos a Aerolíneas Argentinas y Air Comet, esta última constituida tras el rescate de la desaparecida Air Madrid.