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Salgado sustituye la economía ficción por el realismo mágico
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Salgado sustituye la economía ficción por el realismo mágico

El Gobierno se dio ayer un baño de realismo, aunque fuera mágico, como en las novelas de Rulfo o García Márquez. Pero a costa de haber

El Gobierno se dio ayer un baño de realismo, aunque fuera mágico, como en las novelas de Rulfo o García Márquez. Pero a costa de haber dejado atrás la economía ficción en la que se movió el Ministerio de Economía en los últimos tiempos de Pedro Solbes.

La vicepresidenta económica, Elena Salgado, reconoció por fin lo que todos los institutos de coyuntura llevan diciendo desde hace meses. La economía española estará en recesión hasta el año 2011. O lo que es lo mismo, acumulará diez trimestres consecutivos con crecimiento negativo. El PIB caerá este año un 3,6% y un 0,3% el año próximo, básicamente por el pobre comportamiento del consumo privado, que seguirá anclado en valores negativos durante bastante trimestres pese a la bajada de los tipos de interés.

Como se ve, nada nuevo bajo el sol respecto de otras previsiones. Lo verdaderamente novedoso es el perfil de la recuperación económica, que el Gobierno sitúa ya en el año 2011, con un aumento del PIB del 1,8%. Lo curioso no es tanto la cifra -que está en la parte alta de lo que dicen los institutos de coyuntura- sino su composición, ya que el Gobierno hace descansar la recuperación en las inversiones, con un crecimiento del 2,5%, y en el consumo público, que crecerá un 1,7%.

Lo verdaderamente singular es que ese aumento del gasto público (tan sólo una décima menor de lo que crecerá el PIB real) quiere hacerlo compatible el Gobierno con una reducción sin precedentes del déficit público, que pasará del -7,9% en 2010 al -5,2% en 2011. La senda parece algo más que voluntarista teniendo en cuenta que los ingresos públicos están fuertemente influidos por el empleo y la actividad económica. Y lo que dicen las propias previsiones del Gobierno es que en 2011 el nivel de ocupación crecerá un 0,5%. Es decir, que se volverá a crear empleo, pero insuficiente para reducir la tasa de paro de forma significativa., y por supuesto para volver a llenar las arcas públicas.

             

El desempleo, de hecho, seguirá por encima del 17% al menos hasta el año 2012, lo cual sorprende más si se tiene en cuenta que en sus previsiones presupuestarias el Ministerio de Economía ha previsto que el desequilibrio fiscal se sitúe ya ese año en el 3%, es decir, en el límite que impone el Pacto de Estabilidad.

Estabilizadores automáticos

El cumplimiento de ese equilibrio durante esa fecha es verdaderamente sorprendente teniendo en cuenta que con un 17% largo de paro los estabilizadores automáticos (pago de desempleo) seguirán disparados. Será la primera vez en su reciente historia económica que España hace posible la convivencia de altas tasas de paro con un escenario de consolidación fiscal. 

Las previsiones del Gobierno fían también la recuperación a un mejor comportamiento del sector exterior, en particular las exportaciones. Pero de nuevo el Ejecutivo sorprende con un crecimiento verdaderamente bajo de las importaciones tanto en 2011 como en el 2012. Un -0,6% y un 2,1%, respectivamente, por debajo incluso que las exportaciones, lo cual no es precisamente lo que ha pasado en los últimos años, en los que las compras al exterior han crecido bastante más que las ventas, provocando uno de los mayores déficit comerciales del mundo.

Ahora, por el contrario, y sin devaluaciones de por medio que facilitan las exportaciones y encarecen las importaciones, el Gobierno sostiene que el sector exterior volverá hacer aportaciones positivas al crecimiento económico hasta el año 2012. Como la propia Seguridad Social (incluyendo las partidas destinadas al pago del desempleo), que en un contexto de escasa creación de puestos de trabajo tendrá, según las previsiones del Gobierno, un superávit de tres décimas del PIB en 2011 y de cinco décimas un año más tarde.

El Gobierno, por último, ha estimado un techo de gasto presupuestario para 2010 de 182.439 millones de euros, lo que supone tan sólo una caída del 4,5% menos del previsto para este año. Prevé, por el contrario, unos ingresos del Estado de sólo 121.360 millones, lo que hará que las cuentas de la Administración central incurran el próximo año en un déficit del 5,7% del PIB.

El Gobierno se dio ayer un baño de realismo, aunque fuera mágico, como en las novelas de Rulfo o García Márquez. Pero a costa de haber dejado atrás la economía ficción en la que se movió el Ministerio de Economía en los últimos tiempos de Pedro Solbes.

Elena Salgado