"Me hizo sentir muy incómodo": Marozsan, el primer golpe de realidad de Alcaraz en la élite

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Carlos Alcaraz vivió un año 2023 plagado de curvas. El tenista español no comenzó el curso demasiado bien, por culpa de una inesperada lesión que le dejó sin poder participar en el Open de Australia. Pero, tras recuperarse, empezó a jugar a un nivel que pocas veces se le había visto con anterioridad. Se convirtió en un ciclón en pista que prácticamente ningún jugador era capaz de parar... hasta que llegó un absoluto desconocido, Fabian Marozsan, para bajarle a la tierra.

Tras no estar presente en la Rod Laver, Alcaraz ganó en Buenos Aires, Indian Wells, Barcelona y Madrid, además de perder en la final de Río -eso sí, lesionado- y caer en semifinales de Miami ante Jannik Sinner. O, dicho de otra manera, de seis torneos consecutivos, ganó cuatro, perdió en el partido por el título por un problema físico y cayó ante un jugador ante el que, las métricas de la lógica, dicen que se puede perder. Pero, entonces, llegó un desconocido húngaro.

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Rubén Rodríguez

Después de ganar con facilidad en segunda ronda del Masters de Roma a Albert Ramos, Alcaraz se las prometía muy felices ante Marozsan, por aquel entonces 135º del mundo. Era un partido que, sobre el papel, debía de ganar con facilidad... pero nada más lejos de la realidad. Cuando el español se quiso dar cuenta, iba un set abajo y estaba contra las cuerdas en la segunda manga, que terminaría perdiendo y mandándole para casa de manera inesperada.

En aquel entonces, Marozsan pasó por encima del español en todas las facetas: en juego, en intensidad, en ganas y, especialmente, en agresividad. Y, por si fuera poco, a todos estos factores era necesario sumar la inesperada cantidad de errores no forzados del número dos del mundo. Fue la primera vez en la que se vio a Alcaraz sin armas para afrontar un partido, el primer golpe de realidad para el español, donde confirmaba que no todo iban a ser alegrías en la élite.

Aunque ese año terminaría ganando Queen's y Wimbledon, lo sucedido ante Marozsan fue el epítome de lo que estaba por venir, especialmente en ese bucle de final de temporada en el que Alcaraz perdió su esencia. Fallos incomprensibles, pérdida de tensión competitiva, dudas en pista y falta de consistencia. Aquel día, frente al húngaro, fue el primer día que se vio la peor versión del jugador murciano y, sobre todo, la primera vez que se marchó con dudas a casa.

"Por supuesto que me ha sorprendido mucho. Su nivel ha sido muy, muy alto. Estoy seguro de que va a entrar en el top 100 muy, muy pronto. Fue sorprendente para mí, porque físicamente estaba perfecto. Simplemente, no me sentía cómodo. Me hizo sentir incómodo en la pista. Fue agresivo todo el tiempo. Jugaba siempre dentro de la línea de fondo y me costó entrar en el partido, en los peloteos. Cometí muchos errores que no suelo cometer", aseguraba Alcaraz tras la derrota.

Ahora, casi un año más tarde, ambos jugadores vuelven a verse las caras y, como Alcaraz presagiaba, el húngaro ya casi está entre los cincuenta mejores jugadores del mundo. Será un encuentro muy distinto, pues el español viene creciendo en su juego y ya conoce a la perfección el estilo de Marozsan. Y, por si fuera poco, lo hace en una pista que se ajusta más a las características de un Alcaraz que, en Indian Wells, quiere repetir una victoria que ni tan siquiera Rafa Nadal consiguió.

Alcaraz ha repetido en varias ocasiones que, el principal problema que termina por lastrar su juego, está directamente relacionado con la confianza. No se trata de jugar mejor o peor, sino de las sensaciones que tiene en pista a la hora de competir. Y, ahora, después de mucho tiempo, vuelve a tener ese fuego interior que le hace creer que es capaz de cualquier triunfo. Ante Marozsan, tendrá su particular venganza en Indian Wells, ante aquel tenista que le asestó su primer golpe de realidad.