"Intento no frustrarme": por qué la lesión de Alcaraz puede ser el inicio de su remontada

Las malas noticias se le siguen sucediendo a Carlos Alcaraz en este comienzo de temporada. Tras una eliminación dolorosa ante Alexander Zverev en cuartos del Open de Australia y caer de forma prematura ante Nicolás Jarry en Buenos Aires, llegaba a Río de Janeiro con la idea de levantar su primer título del año. Pero solo un par de golpes después de debutar, su tobillo derecho cedía en pista y le provocaba una lesión que le obligaba a tener que abandonar el partido.

A pesar de solo contar con 20 años, esta es la tercera vez que Alcaraz tiene que abandonar la pista antes de tiempo tras sufrir un problema físico, en la que es su sexta lesión desde que llegara al tenis profesional. Su historial de problemas físicos empieza a ser elevado para un tenista de tan corta edad, pero no es menos cierto que lo sucedido en Río fue fruto de la mala fortuna. Sin embargo, de un mal momento, puede salir algo positivo y eso es lo que buscará Alcaraz.

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Rubén Rodríguez

El comienzo de curso para el español no estaba siendo demasiado positivo. No solo por los resultados sino, en muchas ocasiones, por las sensaciones, más parecidas a las del término de la pasada campaña que a los momentos brillantes que se le han podido ver: con dudas, demasiados altibajos en los partidos y con menos continuidad en el juego de lo que nos tiene acostumbrado, Alcaraz ha tratado de buscar soluciones para volver a alcanzar su mejor versión.

Sin embargo, la inesperada torcedura de tobillo frenará en seco su profesión en pista y, posiblemente, le tenga entre algodones para llegar a Indian Wells. Evidentemente, cualquier lesión en un deportista de élite nunca es una buena noticia pero, por sacar un lado positivo, posiblemente, este frenazo en seco no sea tan malo para el número dos del mundo. ¿El motivo? Le permitirá ver con cierta distancia, sin la presión de las pistas, dónde debe mejorar para volver a triunfar.

Antes de jugar en Río, el propio Alcaraz hacía un análisis de lo que necesitaba para mejorar: "No creo que esté muy lejos de mi mejor nivel, pero todavía me queda por alcanzar esa línea que ya he mostrado en muchas ocasiones, tanto de tenis, como de confianza, como de saber gestionar ciertos momentos", explicaba. O, dicho de otra manera, no se trata de mejorar un golpe o una faceta concreta, sino de la estabilidad emocional en pista. Ser constante con sus emociones.

Y, para ello, no necesita entrenamientos ni minutos en pista, sino que esos días de parón en los que podrá tomar cierta distancia con las pistas le puede venir perfecto para enfocar lo que busca a la hora de jugar. Analizar su comportamiento en pista, interpretar de qué manera puede mejorar y, sobre todo, buscar la vía para evitar desconexiones cuando su tenis no fluye. "Hay que ir aprendiendo de cada momento que pasa, de cada derrota, que es cuando se aprende", afirma Alcaraz.

Recordemos que, la pasada temporada, uno de sus mejores momentos de forma llegó justo después del Open de Australia, un torneo que no pudo disputar después de sufrir una lesión en el músculo semimembranoso de la pierna derecha que le impidió competir en el primer grande de la temporada. Ese parón, aunque negativo porque le impidió jugar en Melbourne, le permitió ganar en Buenos Aires, Indian Wells, Conde de Godó y Mutua Madrid Open casi de manera consecutiva.

Las lesiones nunca llegan en un buen momento, pero este pequeño parón puede ser positivo para resetear y enfocar los próximos retos de manera positiva. "El año es muy largo, intento no frustrarme por no haber ganado todavía un título", confesaba el español recientemente. Alcaraz sabe que no ha iniciado el año de forma positiva, pero no se trata de cómo se empieza, sino de como se acaba. Y este es el mejor momento para dar un cambio de timón y volver a la senda ganadora.