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El drama de Daniel Rodrigues: seis países para huir de la guerra en Israel... en silla de ruedas
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UNA ODISEA DE UN ATLETA DE ÉLITE

El drama de Daniel Rodrigues: seis países para huir de la guerra en Israel... en silla de ruedas

El conflicto de Israel cogió desprevenidos a muchos turistas, entre ellos, a un brasileño que tuvo que hacer un viaje homérico para poder jugar el mejor torneo de tenis de silla

Foto: El tenista brasileño Daniel Rodrigues. (Reuters/Issei Kato)
El tenista brasileño Daniel Rodrigues. (Reuters/Issei Kato)

El tenis es un deporte complicado, especialmente para los jugadores que cuentan con el ránking más bajo. Los aficionados quedan prendados de los grandes puntos, de los éxitos de los mejores tenistas y, sobre todo, de esas acciones que se nos quedan en la retina. Pero el deporte de la raqueta va mucho más allá y, lejos de los focos, existen muchos atletas obligados a dar lo mejor de sí mismos no solo para competir, sino incluso para poder llegar a los torneos.

Los jugadores más humildes se ven obligados a esfuerzos económicos para poder crecer en el ranking, algo que no siempre es posible. Pongamos un ejemplo: un tenista viaja a un humilde torneo en la India, donde tiene que jugar la fase previa para entrar al torneo. Si no lo consigue y, por tanto, no logra beneficio económico, ha hecho un gasto de su bolsillo que, sin patrocinadores potentes, posiblemente le impida jugar el siguiente campeonato por falta de recursos.

A los gastos de desplazamiento, hospedaje y dietas hay que sumar los pagos a entrenadores, fisioterapeutas y materiales, entre otros. O, dicho de otra forma, para los tenistas más humildes es complicado encontrar una vía para vivir del deporte que aman. Pero vayamos un paso más allá y pongámonos en un caso aún más extremo, en otros de los atletas más olvidados y que ejemplifica a la perfección el verdadero drama que viven... a pesar de estar en la élite.

Hace unas semanas, tuvo lugar en la Rafa Nadal Academy uno de los campeonatos más importantes del tenis de silla de los últimos años, el I Torneo Internacional de Tenis en Silla Enrique Esteire in Memoriam. Además de darse cita los mejores jugadores del mundo en esta especialidad, los deportistas dieron una lección de humildad y resiliencia que queda como un ejemplo para la sociedad. En especial, el de un tenista que vivió una verdadera odisea para poder jugar.

Foto: Martín de la Puente, uno de los jugadores del torneo. (RFET)

El brasileño Daniel Rodrigues encarna, a la perfección, los valores de superación de un deportista que, por sus limitaciones naturales, se multiplican con respecto a cualquier otro atleta. Todo sucedió hace unas semanas, cuando el tenista sudamericano acudió a Israel para ver un torneo de la gira ITF. De manera inesperada, explotó el conflicto bélico con Hamás y todo estalló por los aires. Era el momento de huir del país, pero no era sencillo.

Aquel tenista, que había acudido allí para ver un campeonato y, después, desplazarse a Palma para jugar el Enrique Esteire in Memoriam, se encontró con un grave problema: con todo un país huyendo, solo, sin ayuda, con pocos recursos... y en silla de ruedas. Carlos Esteire, organizador del torneo, no dudó en ponerse en contacto con él: "Tienes que salir de ahí como sea y hacia dónde sea. Luego, ya te apañas". Dicho y hecho, comenzaba su odisea.

placeholder Daniel Rodriguez, en el torneo Enrique Esteire. (Carlos Esteire)
Daniel Rodriguez, en el torneo Enrique Esteire. (Carlos Esteire)

Un ejemplo de superación

Obligado a quedarse en Israel un par de días por las circunstancias, aprovechó su ventana de oportunidad para huir: de Tel Aviv a Bangkok; de Bangkok a Doha; de Doha a Río de Janeiro; de Río de Janeiro a Lisboa; de Lisboa a Barcelona; de Barcelona a Palma; y, de ahí, a Manacor. Cinco días viajando solo por todo el mundo para conseguir llegar a jugar un torneo, huyendo de una guerra, y con los recursos limitados. Un ejemplo más de superación.

"Daniel Rodrigues hizo un viaje que, ya para una persona que no vaya en silla, es formidable. Para él, fue una odisea épica", explica Carlos Esteire. "Vamos a intentar ayudarle de alguna manera para que pueda seguir jugando. Vivimos en una sociedad frágil, hedonista, egoísta y nihilista y estos chicos son todo lo contrario", expresaba. Un verdadero ejemplo de que querer es poder y, sobre todo, que el tenis más humilde necesita ayudas para sobrevivir.

El tenis es un deporte complicado, especialmente para los jugadores que cuentan con el ránking más bajo. Los aficionados quedan prendados de los grandes puntos, de los éxitos de los mejores tenistas y, sobre todo, de esas acciones que se nos quedan en la retina. Pero el deporte de la raqueta va mucho más allá y, lejos de los focos, existen muchos atletas obligados a dar lo mejor de sí mismos no solo para competir, sino incluso para poder llegar a los torneos.

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