No todo fue romper la raqueta: la sonrisa de Djokovic al ver a Alcaraz antes de la final

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Alcaraz y Djokovic protagonizaron una final que se llevaba tiempo esperando y ni mucho menos defraudó. Se veían las caras el número 1 y 2 del ránking ATP. La cabeza visible de la prometedora nueva generación que ya está entre los mejores del panorama frente al (de momento) último superviviente de un top-3 irrepetible considerado por todos como la mejor época de la historia de este deporte. Un español de 20 años contra un serbio de 36.

Se medían además en la gran final de un Grand Slam. Era el tercer choque entre ambos después de que Alcaraz venciera en la final del Mutua Madrid Open 2022 y Nole se vengara en el pasado Roland Garros, en unas semis en las que el murciano tuvo problemas físicos con los pinchazos que le produjo la tensión de verse las caras contra el propio Djokovic. Una asignatura pendiente si quería plantar cara y ganarlo.

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Porque jugar contra Djokovic siempre ha sido hacerlo contra su fortaleza mental casi única. Aguantar su show cuando las cosas no le están yendo del todo bien a sabiendas de que en cualquier momento llegará de nuevo la versión prácticamente perfecta del balcánico. Y en la final de Wimbledon no fue una excepción. El serbio hizo varios gestos al público, reclamó al juez de silla, se quejó del muslo o la muñeca, reventó la raqueta contra la red y se tomó su tiempo de descanso entre el tercer y el cuarto set. Pero Alcaraz se mantuvo concentrado, aunque le costó al principio.

La extraña mueca que puso Djokovic al ver a Alcaraz antes de la final

Una de las curiosidades fue el momento en el que Novak Djokovic y Carlitos Alcaraz se vieron frente a frente en el vestuario. Ambos estaban a punto de salir a pelotear como calentamiento en la pista central del All England Club de Londres. Con el español esperando, Nole apareció y sonrió con un gesto de confianza ante el saludo del murciano mientras se lo devolvía.

Djokovic tiró de experiencia, siendo un ciclón en el primer set ante un Alcaraz que no se encontraba cómodo. El serbio se llevó la primera manga 6-1 antes de que en una segunda que pudo haber sido casi definitiva, Alcaraz reaccionara, sabiendo sufrir para llegar hasta el tie-break y poner el 1-1. A partir de ahí el murciano fue otro y el balcánico no logró superarlo mentalmente, hincando la rodilla ante el que ya es el nuevo rey de Wimbledon