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La frontera que separa a Roberto Bautista del top 10 del tenis y su visión sobre la 'Next Gen'
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Entrevista para El Confidencial

La frontera que separa a Roberto Bautista del top 10 del tenis y su visión sobre la 'Next Gen'

El tenista español repasa su temporada y sus objetivos de cara al futuro. Las metas: la nueva Davis y dar un pasito más en Master 1.000. Se ve con opciones en el próximo Abierto de Canadá

Foto: Roberto Bautista celebra su pase a las semis del pasado Wimbledon. (Reuters)
Roberto Bautista celebra su pase a las semis del pasado Wimbledon. (Reuters)

Roberto Bautista (Castellón de la Plana, 31 años) está de dulce. Lleva unos años incordiando a los mejores en el circuito ATP y esta temporada ha dado un paso más. Sus resultados son tales que se ha visto obligado a retrasar varios planes relativos a su boda, pues se casará el próximo mes de noviembre con su actual pareja. En Wimbledon, último Grand Slam, hizo lo imposible para meterse en semifinales y aquello le privó de una juerga con sus amigos en Ibiza. "Me hubiera gustado disfrutar más de la isla y de mi despedida de soltero porque al final solo estuvimos el sábado, fue corto. Algunos el lunes ya tenían que currar", comenta.

Gajes del oficio. Sus compañeros, eso sí, decidieron presentarse por sorpresa en Londres para apoyarle en su histórico duelo contra Djokovic, a la postre vencedor del prestigioso torneo. "La verdad es que no me dieron mucha suerte, pero al menos estuvieron conmigo y vivieron todo aquello desde dentro. Nunca antes habían estado en el All England Club y fliparon", explica con guasa. El tenista ya descansa en casa a la espera de iniciar una gira ilusionante que le llevará hasta el US Open. La superficie dura le viene bien a su juego y, aunque prefiere ser cauto, no cabe duda de que aspira a lo máximo.

Pregunta. ¿Se ha acostumbrado ya a ser el hombre de moda en el tenis español?

Respuesta. (Risas). Rafa siempre estará por delante. A Rafa no se le puede comparar con ningún otro jugador español. No sabría decirte si me he acostumbrado o no al hecho de tener más visibilidad. De momento estoy contento por como me están saliendo las cosas. Estar detrás de él es, cuanto menos, excitante. De alguna manera es bueno para tu confianza. Que se me tenga en cuenta a nivel de medios y aficionados por mi manera de ser y de jugar me hace feliz, no te voy a engañar.

P. Sin embargo, todavía se sonroja si le piden un autógrafo.

R. Mucho. Soy una persona a la que le gusta el protagonismo, pero hasta cierto punto. Soy bastante introvertido. Firmar un autógrafo, hacerme fotos, atender a la prensa y demás lo hago encantado, pero no es una faceta en la que me encuentre demasiado cómodo. Al final, son cosas que van aparejadas al oficio. Yo no lo he buscado, viene como consecuencia del trabajo. Poco puedo hacer, sería peor lo contrario: que no me conociera nadie después de años y años luchando.

P. Tras un 2018 un tanto complicado por lesiones y problemas personales, ¿está siendo este el mejor año de su carrera deportiva?

R. Hasta el momento sí. Llevo seis años entre los 25 primeros del mundo y eso habla muy bien de mí y de mi tenis. No he dejado de mejorar ni de estar ahí arriba, incomodando a los mejores. Ahora soy número 13 del mundo. Uno de los objetivos que me planteé a principio de curso fue superar la barrera de los cuartos de final en un Grand Slam y en Wimbledon lo he logrado. También estuve a punto de pasar a semis en el Open de Australia. Soy bastante cabezón y cuando me propongo algo pongo todo mi empeño en conseguirlo.

P. ¿Como en Dubai la temporada pasada?

R. Por ejemplo. Quise ganar un ATP 500 y allí por fin me llevé el título. Era una barrera que necesitaba saltar. Tengo un esquema bien marcado que eso me hace desenvolverme estupendamente en todo tipo de superficies. Es un plan basado en la regularidad, en un juego de pocos fallos. Tengo que continuar por esa senda del autoconvecimiento.

placeholder Bautista, firmando tras un partido en el pasado Open de Australia. (EFE)
Bautista, firmando tras un partido en el pasado Open de Australia. (EFE)

P. Quizá el único lunar de este gran curso sea Roland Garros.

R. Está claro. En París no pude rendir al máximo nivel por circunstancias ajenas a mi juego. Me venía encontranto toda la gira de tierra muy bien, entrenando a tope, pero por unas cosas o por otras no acabé de dar el paso. Lo bueno es que he continuado trabajando y cuando me llegó la oportunidad, como sucedió en Wimbledon, he estado preparado para aprovecharla.

P. Salió victorioso de sus dos enfrentamientos previos este año contra Djokovic, pero en un grande el serbio se transforma.

R. (Risas). El tenis no son matemáticas. A los dos nos llegó el partido en un gran momento de forma y podía pasar cualquier cosa. Sí que es verdad que estos jugadores a cinco sets y en un Gran Slam son más difíciles de ganar que en cualquier otro torneo. Es un rival muy duro en hierba, se mueve bien y tiene mucha envergadura. Es difícil sacarle de la pista y lleva tiempo siendo uno de los favoritos en esa superficie, por lo que sabe gestionar muy bien la presión. Es un fenómeno, como lo son también Roger y Rafa. Para mí eran mis primeras semifinales de Gran Slam y lo noté un poco. Aún así estoy muy orgulloso de mi aventura en Londres porque hice un buen partido.

P. ¿Cree que tiene en su mano convertirse en el jugador con más Grand Slam de la historia de este deporte?

R. Aquí todo el mundo puede hacer sus pronósticos que todos nos podemos equivocar. De momento, Federer es el que va en cabeza, aunque por edad es al que menos opciones le quedan de seguir ampliando su palmarés. A mi juicio dependerá un poco de Rafa, que por edad es más cercano al serbio y también ha sabido adaptarse a todo tipo de superficies. Lo que sí sé es que, pase lo que pase, a los tres se les va a recordar por todo lo que han conseguido.

P. Desde el punto de vista mental, ¿cómo se afrontan este tipo de partidos contra rivales que conceden tan poco?

R. Si piensas en tus cosas y no te dan miedo las fortalezas del contrario, tienes opciones. Cuando te centras única y exclusivamente en ti, en lo que está en tu mano para intentar pasar la eliminatoria, es cuando mejor partido haces. Solo así puedes enfrentarte a rivales de envergadura. Si te despistas y empiezas a pensar en 'que bueno es este tío', te bloqueas. A la cabeza tienes que liberarla de tensiones.

P. Tras un extraordinario Wimbledon, ¿apetece jugar torneos menores como el de Gstaad en Suiza? ¿No hubiera preferido estirar el recuerdo de Londres un poco más?

R. Después de Wimbledon me encontraba pletórico, con mucha energía. Sentía que podía hacer cualquier cosa y por eso decidí ir a jugar allí. Pero días después de llegar a casa me pegó un bajón tremendo. Emocionalmente fueron dos semanas muy cargadas y también pagué el esfuerzo a nivel físico. No somos máquinas y hay que tomarse el tiempo necesario para recuperar. Al final gestioné el torneo suizo como un entrenamiento, una preparación de cara a la gira americana. Podía haberlo hecho en mi casa, pero preferí la adrenalina de la competición, que te mantiene despierto.

placeholder Bautista y Djokovic se saludan en la red tras las seminfinales de Wimbledon. (EFE)
Bautista y Djokovic se saludan en la red tras las seminfinales de Wimbledon. (EFE)

P. Superada la frontera de los cuartos de final en un grande y sabiendo que ahora llega una superficie más afín a sus características como jugador, ¿su objetivo real pasa por levantar un gran título?

R. Lo veremos. Es muy complicado. He conseguido cosas sin obsesionarme con ellas. Cuando le he dado muchas vueltas a la cabeza por algo los resultados no han acompañado, como en la final ante Murray en Shangai (2016) que me venció el ansia en el primer set. Voy a ir día a día, centrando mis esfuerzos en prepararme. Lo importante es que si llega el momento de pelear por algo más, me pille bien de salud y confianza.

P. Aquel año que indica en Shangai estuvo a punto de conquistar su primer Master 1000. Otra buena ocasión fue esta temporada en Miami, donde eliminó a Novak, pero no acabó de rematar con el título. ¿Queda el sentimiento amargo de haber perdido otra oportunidad?

R. Cualquier rival es difícil. Da igual que se llame Novak o Isner, como es el caso. Cada día la historia cambia. Isner venía de ganar este torneo el año anterior. Me eliminó en cuartos, pero le costó hacerlo. Luego fue finalista. Este torneo se le da muy bien, por lo que no me quedé con mal sabor de boca. Este deporte siempre te devuelve una revancha. Es cierto que era una gran oportunidad, pero habrá otras.

P. El próximo Open de Canadá (3-11 de agosto) pasa por ser una de ellas. Allí no estarán Nole, Federer, Del Potro...

R. Puedo hacer cosas interesantes. Aumentan mis opciones, pero también las de otros. El año pasado estuve lesionado prácticamente todo el verano y no pude jugar ni ahí ni en Cincinnati, por lo que llegué muy justo al US Open. Este año no defiendo puntos y viajaré sin ningún tipo de presión. En esta gira nunca he terminado de funcionar, las condiciones no son mis favoritas, pero trataré de salir a competir. Ya va siendo hora de cambiar la dinámica.

P. ¿Lo que le separa del top 10 es cuestión de juego o de cabeza?

R. (Duda). Yo diría que son más detalles mentales. Ya he jugado torneos de nivel, obteniendo resultados muy buenos. Tengo que tratar de repetirlos más veces y para conseguirlo he de controlar quizá un poco más mis emociones. He trabajado durante muchos años este aspecto con psicólogos y, aunque ya no tengo en mi equipo a ninguno, sigo haciendo ejercicios. Esa es la frontera que me separa.

P. A estas alturas de su carrera, ¿se centra en buscar algo que no tiene o pone el foco en mejorar sus puntos fuertes en los entrenamientos?

R. Esta temporada hemos profundizado más en lo segundo: seguir siendo sólido, buscar los partidos con agresividad desde el fondo de la pista, restar y sacar bien e iniciar los puntos con agilidad y determinación. Esa es mi base y por ahí enfoco la preparación. No pienso en acabar todos los puntos desde la red o en sacar a más de 200km/h porque sé que no casa conmigo. Cada uno tiene sus armas y yo en este caso intento exprimir las mias.

"Lo que me separa de los mejores son detalles mentales [...] Tengo que controlar más mis emociones [...] Esa es la frontera"

P. ¿Qué opinión le merece Kyrgios y toda la polémica que parece acompañarle en los últimos meses?

R. Con todos los respetos, no hablo de este jugador.

P. Entiendo por tanto que no aceptaría ser su nueva pareja en dobles aunque se lo pidiera...

R. Afortunadamente estoy muy centrado en mi carrera individual. No me planteo otra cosa por el momento.

P. ¿Cree que la 'Next Gen' está inflada a nivel promocional por la ATP?

R. Puede ser, la organización se esfuerza por vender caras diferentes a las ya conocidas por el gran público. Esta generación se conoce mucho, pero han ganado muy poco en comparación con otras. Hasta la fecha, el que mejor carrera lleva es Alexander Zverev. Todos tienen gran nivel: Tsitsipas, Thiem...pero hay que esperar aún a que los jugadores más top se retiren a ver quién es el que mejor maneja la presión y se hace con el número uno.

P. ¿Genera cierto hartazgo entre los jugadores que el 'Big Three' se reparta casi siempre los grandes títulos?

R. Hombre, a algunos que no estuvieran nos vendría de perlas, pero ellos han elevado el nivel de nuestro tenis a otra dimensión. Nos obligan a ser mejores. El tenis vive un momento de esplendor como nunca antes en la historia gracias a sus rivalidades. Que este deporte sea sano y bonito es en gran parte culpa de ellos.

placeholder Bautista disputa un punto en las semifinales de la pasada Copa Davis. (EFE)
Bautista disputa un punto en las semifinales de la pasada Copa Davis. (EFE)

P. ¿Estará en la nueva Copa Davis que se estrena en noviembre?

R. Me encantaría, pero dependerá de que el capitán quiera convocarme. Ojalá pueda llegar en buena forma. Es una enorme oportunidad para España, aunque las condiciones de la pista serán difíciles. Va a estar todo muy igualado. No hay nada que motive más a un jugador que jugar la Copa del Mundo en su país. Nosotros tenemos esa oportunidad. El ambiente en Madrid será increíble.

P. La Federación Internacional de Tenis (ITF) tiene su Copa del Mundo y la ATP también ha implementado la suya, ¿con cuál nos quedamos en este conflicto?

R. La Copa del Mundo propuesta por la ATP es una copia de la Davis, pero con puntos para el ranking. A pesar de todo, yo prefiero la Davis, sinceramente. Además, creo que con el nuevo formato gana. La única pega que le pongo es que ha caído en una fecha que nos fastidia un poco las vacaciones. No es lo mejor ni lo ideal para nosotros, pero creo que en lo sucesivo sabrán encontrarle un hueco mejor en el calendario. Es un cambio a positivo.

P. Y un título que no tiene en su palmarés.

R. Sin duda, y me haría mucha ilusión poder ganarla por su significado histórico. Espero poder llegar sano y tener la oportunidad de compartir equipo con Rafa en casa. La temporada pasada llegamos a semifinales y perdimos contra Francia. Ese es mi tope, espero que esta vez se nos dé mejor.

Roberto Bautista (Castellón de la Plana, 31 años) está de dulce. Lleva unos años incordiando a los mejores en el circuito ATP y esta temporada ha dado un paso más. Sus resultados son tales que se ha visto obligado a retrasar varios planes relativos a su boda, pues se casará el próximo mes de noviembre con su actual pareja. En Wimbledon, último Grand Slam, hizo lo imposible para meterse en semifinales y aquello le privó de una juerga con sus amigos en Ibiza. "Me hubiera gustado disfrutar más de la isla y de mi despedida de soltero porque al final solo estuvimos el sábado, fue corto. Algunos el lunes ya tenían que currar", comenta.

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