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Diez motivos para creer (y no creer) en las opciones de Nadal en Roland Garros
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Su objetivo es conseguir el décimo

Diez motivos para creer (y no creer) en las opciones de Nadal en Roland Garros

El español se plantea en las próximas semanas un reto mastodóntico: ganar por décima vez en París. Antes se testará en Roma, pero ¿qué tiene a favor y en contra para conseguirlo?

Foto: Tennis - madrid open - andy murray of britain v rafael nadal of spain - madrid, spain
Tennis - madrid open - andy murray of britain v rafael nadal of spain - madrid, spain

Primer motivo para creer: es Roland Garros

Ha ganado en nueve ocasiones en la capital francesa, un récord absoluto. Solo ha perdido dos partidos en su carrera en esas pistas y eso hace que nadie dude de su favoritismo en ese torneo. Si hay un jugador del mundo que domine un torneo ese es Nadal en Roland Garros. Las condiciones son perfectas para su juego, una tierra muy bien cuidada, la altura idonea, el conocimiento de las instalaciones... El de París es un torneo modélico en el que él siempre se ha mostrado más cómodo que en cualquier otro lugar. Además, Djokovic, el número uno, nunca ha podido ganar allí, es decir, le pasa lo opuesto que a Nadal, no se adapta bien.

Segundo motivo para creer: los resultados de este año

La derrota contra Andy Murray no debe opacar una realidad: Nadal es el segundo en la race, es decir, el segundo mejor tenista desde enero hasta ahora. Ha ganado en Montecarlo y Barcelona, fue semifinalista en Indian Wells y ahora semifinalista también en Madrid. No tiene nada que ver con el año pasado, cuando fue incapaz de ganar a jugadores importantes. En esta ocasión ya ha dejado por el camino a Murray y a Wawrinka en Montecarlo o a Nishikori en Barcelona e Indian Wells. Compite contra los mejores, cosa que no hacía el año pasado.

Tercer motivo para creer: el fin de la ansiedad

Nadal cuenta que esta temporada ha dejado atrás sus problemas mentales. El lastre era evidente, estaba ofuscado y no le salía nada. Nunca se deben creer al 100% las palabras de los profesionales, en rueda de prensa tienen mucho de verdad y algo de estrategia, pero en todo caso se le ve más suelto en la pista y no parece que se venga abajo como le podía pasar en la temporada anterior. Haber ganado Montecarlo y Barcelona ha sido un recordatorio al mundo de que no está ni mucho menos retirado, pero también ha sido un mensaje a sí mismo: puede hacerlo.

Cuarto motivo para creer: Madrid, una anomalía

A estas alturas es difícil de decir si la altura le beneficia o le perjudica, porque cambia la versión con relativa frecuencia. Lo que sí es evidente es que afecta, cambia las condiciones de juego. Más aún si, como este año, a eso se le suma la lluvia y las bajas temperaturas. El torneo de Madrid es en tierra, pero el juego en París se parece mucho más al que se da en Barcelona, Montecarlo o Roma, ciudades que como la capital francesa se encuentran a la altura del mar. En Roland Garros, además, aún no está instalado el techo retráctil en la central, por lo que no tendrá el problema con la lluvia que ha encontrado en el Madrid Open.

Quinto motivo para creer: no hay lesiones

Lo primero necesario para intentar cualquier gran reto, y Roland Garros lo es sin duda, es tener las herramientas para conseguirlo. Nadal ha pasado en su carrera por diversos problemas físicos, algunos muy graves, como su tendinitis en la rodilla, otros más pasajeros, como los problemas en la muñeca del año 2014 que le mantuvieron varios meses fuera de las pistas y de los que ya está absolutamente recuperado. Quizá no tiene el tono que tuvo en otros momentos, pero con el paso de los partidos se le ha ido viendo fresco de piernas. Salvo accidente, el cuerpo responderá en París.

Primer motivo para no creer: los puntos de break

Nadal ha tenido excesivos problemas en Madrid para romper el servicio de los rivales. Es un excelente restador, pero contra Sousa y Murray ha sido incapaz de hacer daño cuando su rival estaba contra las cuerdas. El problema en este tipo de lances suele ser más de cabeza que de juego, porque lo que teóricamente es un punto más en un partido la mente lo transforma en algo mucho mayor. Y es eso para lo que Nadal no está encontrando las respuestas. Las dos bolas de break aprovechadas en 13 ocasiones contra Murray son un dato que el jugador balear tiene que trabajar mucho.

Segundo motivo para no creer: Djokovic

Efectivamente, Djokovic no ha ganado nunca en París. Pero, como demostró Roger Federer, el problema no es si lo hará sino cuándo lo hará. El serbio lleva dos años siendo el mejor jugador de tenis del mundo con diferencia, tiene comida la moral a casi todos los jugadores del circuito y en Madrid está dando muestras de un gran nivel en tierra batida. En Indian Wells, a pesar de que Nadal jugó a un muy alto nivel, terminó ganando al número uno. Si está en su punto máximo de juego es casi imposible de vencer. Hoy en día manda él.

Tercer motivo para no creer: la ausencia de golpes ganadores

Los jugadores que pasan malas rachas suelen confiar en algún punto fuerte para salir del bache. Nadal tiene una excelente derecha liftada, pero no es un golpe que de puntos gratis. Tampoco lo es su servicio o su revés, que son suficientes para una carrera excelente pero por sí mismos no marcan la diferencia en el circuito. Nadal tiene que plantear mejor sus partidos, que leer mejor el tenis, porque no podrá hacer daño a muchos jugadores si los encuentros se dirimen en ver quién le pega más duro. Cuando armonice su juego mejorará, él no puede confiar en avasallar con golpes ganadores.

Cuarto motivo para no creer: un juego más desorganizado

Nadal ha sido durante su carrera un magnífico estratega, muy capaz de adaptarse al rival para sobresalir. Todos recuerdan como fue capaz de desesperar a Federer en multitud de ocasiones percutiendo una y otra vez sobre su revés. Eso, que es una de las claves del historial de Nadal, parece hoy perdido. Contra Murray, que no hizo ni mucho menos un partido perfecto, no fue capaz de encontrarle las debilidades y trabajar sobre ellas. Retomar esa capacidad táctica, que está presente en su repertorio, será capital si quiere atacar de nuevo la copa de los mosqueteros.

Quinto motivo para no creer: la intensidad

El juego de Nadal no está siendo malo, pero le falta un poco de brío, la chispa que distingue al campeón. Ha pasado de ser el bólido más potente a uno diésel, que no baja las prestaciones pero no encuentra una marcha más que le ayude en momentos concretos de los partidos. Eso era otro de los rasgos característicos de Nadal y hoy no se encuentra en su juego. Sacar a relucir ese punto más, algo que le falta incluso a nivel gestual, le puede devolver el trofeo en París. En un torneo así, tan largo y pesado, es necesario poder dar ratos de alta intensidad.

Primer motivo para creer: es Roland Garros

Ha ganado en nueve ocasiones en la capital francesa, un récord absoluto. Solo ha perdido dos partidos en su carrera en esas pistas y eso hace que nadie dude de su favoritismo en ese torneo. Si hay un jugador del mundo que domine un torneo ese es Nadal en Roland Garros. Las condiciones son perfectas para su juego, una tierra muy bien cuidada, la altura idonea, el conocimiento de las instalaciones... El de París es un torneo modélico en el que él siempre se ha mostrado más cómodo que en cualquier otro lugar. Además, Djokovic, el número uno, nunca ha podido ganar allí, es decir, le pasa lo opuesto que a Nadal, no se adapta bien.

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