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Federer echa a Soderling, un "extraño" entre la desconfianza y las malas artes
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NADAL SE MEDIRÁ AL SUIZO EN UNA DE LAS SEMIFINALES

Federer echa a Soderling, un "extraño" entre la desconfianza y las malas artes

Llegó uno de los días grandes del Masters 1000 de Madrid. La semifinal deseada entre Rafa Nadal y Roger Federer tendrá lugar hoy. Otro partido del

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Federer echa a Soderling, un "extraño" entre la desconfianza y las malas artes

Llegó uno de los días grandes del Masters 1000 de Madrid. La semifinal deseada entre Rafa Nadal y Roger Federer tendrá lugar hoy. Otro partido del año. Otro Madrid-Barça. Para Nadal, llegar a 'semis' ha sido un camino más que envidiado. Sin gastar energías, con un partido menos (por el abandono de Martín del Potro) y frente a rivales lejos del top ten. Federer tuvo que sudar la gota con Feliciano, con Malisse lo pasó mejor y ayer tuvo que vérselas con el desconfiado y 'raro' de Robin Soderling al que derrotó en dos sets ajustados (7-6 y 6-4).

El tenista sueco es famoso en el circuito por ir a su bola. Afirma no tener amigos en el circuito y no seguir el tenis más allá de sus partidos. "Soderling es un chico extraño, yo le he saludado siete veces desde que estoy en el circuito, y no me contesta nunca. Pero he preguntado a otros jugadores y no es sólo conmigo", explicaba Nadal en mayo de 2009. El de Tibro no ha cambiado y ayer su desconfianza hacia sus compañeros quedó de manifiesto en la Caja Mágica.

Hubo dos bolas que reclamó al juez de silla a pesar de que Roger Federer marcase con su raqueta que habían salido. En ninguna tenía razón Robin. Hasta ahí, puede considerarse como un signo de desaprobación a la vista de Federer. Quién sabe cuál era la intención del tenista suizo, quizás pretendía engañarle o, simplemente, había señalado otra marca.

Se ganó los silbidos de la Caja Mágica

Sin embargo, la indignación alcanzó a la grada cuando Federer hizo un 'passing shot' a la línea que dejó seco a Soderling. Éste, al ver que ningún juez señaló fuera, hizo una marca con su raqueta indicando una señal en la arcilla que estaba fuera. El juez de silla bajó, acompañado por los silbidos del estadio hacia el sueco, y rectificó indicando otra marca dentro de la pista. Soderling no se lo creía pero lo cierto es que fue el único de la Manolo Santana que vio esa pelota fuera.

Aquí un aficionado puede pensar si, después de estas tres pelotas reclamadas, el sueco se acerca más a un desconfiado o a un jugador pillo. Lo cierto es que de haber ganado el punto de la bola que tanto reclamó (ésta última) hubiera supuesto un 4-2 a su favor en el segundo set. Al final el juego sería para Federer y, posteriormente, el set y partido.

Hacia el final del encuentro la grada coreó 'Roger, Roger' decantándose por su favorito para medirse con Rafa. Seguro que los patrocinadores y la organización también están de enhorabuena con esta final anticipada.

Llegó uno de los días grandes del Masters 1000 de Madrid. La semifinal deseada entre Rafa Nadal y Roger Federer tendrá lugar hoy. Otro partido del año. Otro Madrid-Barça. Para Nadal, llegar a 'semis' ha sido un camino más que envidiado. Sin gastar energías, con un partido menos (por el abandono de Martín del Potro) y frente a rivales lejos del top ten. Federer tuvo que sudar la gota con Feliciano, con Malisse lo pasó mejor y ayer tuvo que vérselas con el desconfiado y 'raro' de Robin Soderling al que derrotó en dos sets ajustados (7-6 y 6-4).

El tenista sueco es famoso en el circuito por ir a su bola. Afirma no tener amigos en el circuito y no seguir el tenis más allá de sus partidos. "Soderling es un chico extraño, yo le he saludado siete veces desde que estoy en el circuito, y no me contesta nunca. Pero he preguntado a otros jugadores y no es sólo conmigo", explicaba Nadal en mayo de 2009. El de Tibro no ha cambiado y ayer su desconfianza hacia sus compañeros quedó de manifiesto en la Caja Mágica.

Hubo dos bolas que reclamó al juez de silla a pesar de que Roger Federer marcase con su raqueta que habían salido. En ninguna tenía razón Robin. Hasta ahí, puede considerarse como un signo de desaprobación a la vista de Federer. Quién sabe cuál era la intención del tenista suizo, quizás pretendía engañarle o, simplemente, había señalado otra marca.

Roger Federer Robin Soderling