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Djokovic sigue teniendo pesadillas por 'culpa' del Ojo de Halcón
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LO ECHÓ DE MENOS EN SU PARTIDO ANTE MELZER

Djokovic sigue teniendo pesadillas por 'culpa' del Ojo de Halcón

La última edición de Roland Garros deja varias imágenes para el recuerdo, como la de Rafa Nadal levantando su quinto Grand Slam parisino o la gran actuación

La última edición de Roland Garros deja varias imágenes para el recuerdo, como la de Rafa Nadal levantando su quinto Grand Slam parisino o la gran actuación de Almagro y Verdasco. Sin embargo, esta edición también nos deja otras imágenes, como la de la desesperación de Novak Djokovic tras ver cómo le ‘robaban’ un punto sobre la pista de arcilla y, probablemente, su eliminación del Grand Slam.

En los cuartos de final, el serbio se medía a Jürgen Melzer. Después de cuatro horas de partido, los dos tenistas se jugaban su pase a semifinales en el quinto set. 5-4, servía el austriaco para ganar el encuentro. Djokovic sabía que le quedaban pocas opciones para dar la vuelta al partido y ya había conseguido dar un pequeño paso poniendo el 0-15 en el luminoso. En el segundo punto del juego, el serbio remató cerca de la red y Melzer consiguió a duras penas devolver la pelota. Los dos tenistas seguían jugando muy concentrados, pero el juez de silla había ordenado parar. El punto era para el austriaco. Ambos tenistas estaban confusos. No entendían la decisión del juez cuando la pelota había tocado claramente en la línea. Melzer instó al juez a inspeccionar la marca, pero éste volvió a considerar que la bola había golpeado fuera. 15-15.

Djokovic no podía creer lo que veía: “Desde mi lado y desde mi perspectiva, se vio buena. Es increíble cómo alguien que está allí en la silla con tantos años de experiencia cometa ese error". Un error humano, que sin embargo podría haberse evitado. Ningún circuito de tierra batida permite actualmente rearbitrar con el sistema del Ojo de Halcón, que sí se utiliza en los tres torneos de Grand Slam. La explicación parece obvia: el polvo de ladrillo hace de testigo e indica dónde botó la pelota. Sin embargo fallos como el del encuentro entre Djokovic y Melzer, aunque no son comunes, pueden provocar que un tenista pierda la concentración durante un partido.

Ion Tiriac, asesor del Madrid Open y uno de los, lleva meses insistiendo a los mandamases del tenis mundial en que el deporte de la raqueta tiene que evolucionar y hacer uso de las nuevas tecnologías. “En tierra batida puede haber un error aunque se vea la marca. Puede saltar la tierra sobre la señal que deja la bola. Hay errores humanos y errores electrónicos y yo me agarro a los electrónicos. Creo que el ojo de halcón debería implantarse en el circuito de tierra y que la pista debe ser azul para que la pelota se vea mejor”.

En realidad, Tiriac sólo advertía de problemas como el que se pudo evitar en París y que reabre el debate sobre la implantación del Ojo de Halcón en el circuito de tierra batida.

Un ojo muy tecnológico

El Ojo de Halcón es un sistema que vigila al milímetro cada punto jugado en cualquier torneo ATP. Actualmente el sistema se utiliza en todas las pistas, pero sólo puede cumplir la función de rearbitrar en pistas duras y de hierba, ya que en las de tierra batida la bola deja una marca en el suelo.
 
Ubicados en la planta superior de las instalaciones donde se dispute un torneo de la ATP, tres empleados de la empresa Haw-Eye Innovations controlan cada pelota que se juega en la pista central. No pasan por alto ningún punto, lo controlan todo al milímetro. Tienen la responsabilidad de ver lo que el ojo humano no llega a atisbar y sacar de dudas a tenistas, juez de silla y espectadores en apenas unos segundos. Su labor es esencial, ya que en el tenis un mísero punto puede cambiar el rumbo de un partido.

El sistema del Ojo de Halcón es tan poderoso, que es capaz de recrear digitalmente y en 3D la trayectoria de la bola con un margen de error de tan sólo 3,6 milímetros. Cuenta con varios aliados tecnológicos. Hasta diez cámaras de vídeo de alta velocidad situadas alrededor de las pistas y un súper ordenador que procesa todos los datos.

En cada punto que se juega en pista, las cámaras del Ojo de Halcón recogen la información sobre la trayectoria que ha seguido la bola a razón de 60 fotogramas por segundo. Todos los datos son enviados por un súper ordenador, que es capaz de procesar más de 1billón de operaciones matemáticas por jugada. A los pocos segundos, las pantallas de control de los empleados de Haw-Eye Innovations se llenan de líneas y parábolas hasta que finalmente el sistema dibuja en 3D el punto que se acaba de jugar. Cada recreación se envía por señal interna a las televisiones que tienen la posibilidad de reproducirlas cuando deseen. En el caso de que haya dudas en un punto y uno de los jugadores solicite al juez de silla la ayuda del Ojo de Halcón, el vídeo se reproduce en las pantallas de la pista central.

Cada jugador puede recurrir a este sistema de rearbitraje dos veces por set para aclarar si la pelota fue válida o no. Si el tenista tiene razón, mantiene su número de reclamaciones, pero si se equivoca, pierde una. En el tiebreak, los tenistas sólo disponen de una oportunidad, se hayan agotado o no las anteriores.

El Ojo de Halcón también se utiliza para medir la velocidad de las pelotas en cualquier momento del juego, así como otro tipo de estadísticas que ofrece la televisión como la trayectoria de los ‘aces’, la colocación de los servicios, dónde se producen los errores no forzados de cada jugador, el tiempo que pasa cada tenista en cada zona del campo, etc.

El sistema fue desarrollado en Reino Unido en el año 2001. Más adelante la tecnología se fue perfeccionando de la mano de Haw-Eye Innovations. En 2006, se usó por primera vez en el Masters de Miami, y  poco después se integró en el US Open. En 2007, el sistema se sumó a los Grand Slam de Australia y Wimbledon. Su coste de mantenimiento semanal ronda los 16.000 euros y hay varios equipos funcionado simultáneamente en el mundo.

La última edición de Roland Garros deja varias imágenes para el recuerdo, como la de Rafa Nadal levantando su quinto Grand Slam parisino o la gran actuación de Almagro y Verdasco. Sin embargo, esta edición también nos deja otras imágenes, como la de la desesperación de Novak Djokovic tras ver cómo le ‘robaban’ un punto sobre la pista de arcilla y, probablemente, su eliminación del Grand Slam.

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