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Nadal vuelve a ser el número 1; ahora falta que la ATP lo certifique
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EL BALEAR RECUPERA SU MEJOR VERSIÓN

Nadal vuelve a ser el número 1; ahora falta que la ATP lo certifique

“Cómo la pega”, “llega a todas”, “otra vez ha remontado un 40-0”, “no pierde ni una”, “es el mejor en tierra”… los comentarios sobre Rafa Nadal

Foto: Nadal vuelve a ser el número 1; ahora falta que la ATP lo certifique
Nadal vuelve a ser el número 1; ahora falta que la ATP lo certifique

“Cómo la pega”, “llega a todas”, “otra vez ha remontado un 40-0”, “no pierde ni una”, “es el mejor en tierra”… los comentarios sobre Rafa Nadal vuelven a ser los de siempre en tierra batida. El tetracampeón de Roland Garros logró ayer su victoria número 21 de la temporada en tierra –pleno- y no ha cedido un set en todo el presente campeonato. El balear tiene varios asuntos que solventar mañana en la final: derrotar al único jugador que le ha ganado en el torneo parisino y arrebatar el número 1 a Roger Federer (bueno, y levantar la copa de mosqueteros por quinta vez).

Ayer descorchó la botella de champán de tres litros que le habían regalado el jueves por su 24 cumpleaños. El mejor Rafa Nadal de siempre había vuelto; de por sí, algo ya importante que celebrar. Este año ya ha ganado los Masters 1000 de Montecarlo, Roma y Madrid, convirtiéndose en el tenista que más veces ha conquistado un torneo de esta categoría con 18, el segundo es Agassi (16).

Federer se ha diluido en este curso. Posee el esplendor de ser el número uno en la ATP pero está lejos de su mejor tenis en tierra. El suizo ha dejado de ser el mismo rival de otros años en arcilla y la efímera final de Madrid lo demostró. En superficie rápida será distinto.

Melzer fue un rival de 'octavos'

Ayer, el choque de Nadal con Jurgen Melzer, número 27 en el ranking ATP, recordó a un encuentro de cuartos de final. Lo pasó mal sólo cuando ya estaba pensando en la final; ganaba 5-4 y servía para cerrar el partido pero jugó “así, así”, como el propio manacorense reconoció. No obstante, al final lo solventó sin los apuros que había pasado con Nicolás Almagro en la anterior ronda. Y es que han sido unas semifinales atípicas: sólo el de Manacor y Robin Soderling eran ‘Top Ten’.

Precisamente frente al sueco jugará mañana en la Philippe Chatrier. Será la segunda vez que dispute el último partido de un Grand Slam y no lo haga ante Roger Federer, con quien ha compartido final en siete ocasiones (en cinco ha ganado). La otra ocasión fue también en Roland Garros ante el argentino Mariano Puerta. Mañana, tendrá ganas de doblegar a su único verdugo de París, ese que tanta indiferencia levanta en todo el circuito.

Y es que, de vencer, saboreará de nuevo el número 1. Lo llevó en la espalda durante 46 semanas, desde agosto de aquel -gran- 2008 hasta Wimbledon del año pasado. Lo perdió cuando peor lo estaba pasando. Sus rodillas y los problemas personales (motivados por la separación de sus padres) frenaron en seco una carrera que parecía imparable.

Hoy, Rafael Nadal ha vuelto

Aunque no lo reconozca. se marchó tras la final de Madrid de 2009 y poco a poco ha ido levantándose. Del pasado Abierto de Estados Unidos hasta el regreso a la tierra ha sufrido derrotas que le señalaban como un mediocre ‘Top Ten’. Federer, Djokovic, Murray, Del Potro y Davydenko eran jugadores que estaban por encima de él.

Ahora parece más ligero; continúa llegando a todas las bolas, pegándole igual de fuerte, mentalizándose mejor que su rival en cada punto y sabe que el saque, al igual que antes, no es su punto fuerte (aunque haya mejorado). Mantiene su obsesión por ordenar perfectamente cada botella que utiliza, se seca hombros y cara cuando hay una pausa en el juego e insiste en sacarse los calzoncillos de ‘ahí’ cuando resta.

Mañana saldrá a la pista con la idea de lograr su victoria número 38 en París (de 39 partidos). De lograr el trono de nuevo, Nadal emularía a Jimmmy Connors, Bjorn Borg, John McEnroe, Ivan Lendl, Mats Wilander, Stefan Edberg, Jim Courier, Pete Sampras, Andre Agassi, Marcelo Ríos, Gustavo Kuerten, Lleyton Hewitt y Roger Federer, que también cedieron su corona y la recuperaron luego. Además, con Borg se quedaría a uno en número de Roland Garros. Sólo su compatriota Soderling puede evitarlo.

“Cómo la pega”, “llega a todas”, “otra vez ha remontado un 40-0”, “no pierde ni una”, “es el mejor en tierra”… los comentarios sobre Rafa Nadal vuelven a ser los de siempre en tierra batida. El tetracampeón de Roland Garros logró ayer su victoria número 21 de la temporada en tierra –pleno- y no ha cedido un set en todo el presente campeonato. El balear tiene varios asuntos que solventar mañana en la final: derrotar al único jugador que le ha ganado en el torneo parisino y arrebatar el número 1 a Roger Federer (bueno, y levantar la copa de mosqueteros por quinta vez).

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