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La increíble revolución de Nadal
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MEJORA SU TÉCNICA Y RECUPERA SU MEJOR VERSIÓN

La increíble revolución de Nadal

Era de esperar. Nadal nos había acostumbrado a brillar de día y de noche y lo ha vuelto a hacer. Pese a caer en la final

Foto: La increíble revolución de Nadal
La increíble revolución de Nadal

Era de esperar. Nadal nos había acostumbrado a brillar de día y de noche y lo ha vuelto a hacer. Pese a caer en la final del Torneo de Doha contra el ruso Nikolay Davidenko, el español ha iniciado 2010 dando la mejor de sus caras. Tal y como afirmó este mismo sábado: "Estoy feliz con mi actuación. He jugado con un tenis increíble. Esto, lo que demuestra, es que, tal vez, he recuperado mi mejor nivel, como estaba en el 2008. Es una inyección de moral enorme".

 

Tras pasar algunos meses oculto en una cueva, sin luz y con poco oxígeno, a la espera de la cicatrización de sus heridas, el mejor tenista español por fin ha salido de la oscuridad para demostrar que no sólo ha recuperado su mejor forma y ha olvidado aquellos problemas -físicos y mentales- que tantos dolores de cabeza le causaron al final del pasado año, sino que además ha demostrado que ha mejorado sus puntos débiles.

 

No puedo servir más rápido que Roger o Robin, pero sí puedo servir entre 190 y 200 kilómetros por hora, ahora estaré bien”. Palabras que describen al pie de la letra su realidad. Sus mejorías tanto técnicas como mentales son evidentes. Casi el 80% de los puntos que ganó en Dohafueron con su primer servicio. No cedió ningun set hasta la final, y sus rivales no han sido más que un simple aperitivo para un león que denota hambre.

 

Nadal ha recupero el aliento, la forma física y sobre todo confianza. Ahora vuelve a ser el jugador que arrasó en 2008 con dos Grand Slams -Roland Garros y Wimbledon- y el oro olímpico. Recuperó su velocidad endiablada, su precisión milimétrica y mejoró su saque, lo que lo hace aún más peligroso. Si antes debía hacer un doble esfuerzo físico para suplir sus ‘minicarencias’ técnicas, con su nuevo servicio será más peligroso y sobre todo más agresivo en la pista, como ya demostró en Doha.

 

Demostró ser humano

 

El número dos del mundo –por el momento- nos había enseñado a disfrutar de sus victorias, de sus incontables éxitos, pero se había olvidado recordarnos que era humano, que algún día fallaría. La gente nunca dejó de apoyarle, mientras que la prensa no sabía qué hacer. Era difícil criticar a Nadal por su bajo estado de forma sin evitar pensar en su indiscutible profesionalidad y su intachable compromiso con el tenis y su afición.

 

Era de esperar. Nadal nos había acostumbrado a brillar de día y de noche y lo ha vuelto a hacer. Pese a caer en la final del Torneo de Doha contra el ruso Nikolay Davidenko, el español ha iniciado 2010 dando la mejor de sus caras. Tal y como afirmó este mismo sábado: "Estoy feliz con mi actuación. He jugado con un tenis increíble. Esto, lo que demuestra, es que, tal vez, he recuperado mi mejor nivel, como estaba en el 2008. Es una inyección de moral enorme".

Rafa Nadal