El rugby pone de acuerdo a Sánchez y Sáenz de Santamaría en presencia del Rey

"Felipe, Felipe, Felipe, Felipe...". El Rey jugaba en casa. Todo el estadio José Zorrilla recibió al Monarca con un entusiasmo y una algarabía atípica de cualquier otro evento deportivo, donde a veces es aplaudido y otras silbado. En Valladolid había un motivo especial que despertó ilusión: decir "sí" al rugby. La ciudad que vio casarse a los Reyes Católicos, este domingo también fue protagonista de cómo, 87 años después, y tras mucha insistencia del alcalde e Valladolid, Óscar Puente, otro Rey presenciaba en directo un partido de rugby. Don Felipe no fue la única personalidad que acudió a esta final de Copa entre El Salvador y el VRAQ.

Quién iba a decir hace unos pocos días que dos de los más importantes políticos de nuestro país iban a coincidir en algo. Mientras seguimos en una época de búsqueda de unos pactos que parecen lejanos, el líder del Partido Socialista, Pedro Sánchez, y la número dos del Partido Popular, Soraya Sáenz de Santamaría, apartaron sus diferencias para ver patadas, empujones y golpes, todos ellos con respeto, como el silencio que se hacía en el estadio -con las más de 25.000 localidades vendidas- cada vez que alguien disparaba a palos. Ni un pito. La costumbre de raíces británicas se instaló con éxito en la meseta castellana, donde actualmente está instaurada la capital del rugby en España. ¿Se expandirá a otros 'terrenos de juego'?

Los valores que desprende el rugby no sólo se advirtieron con esa solemnidad a la que se enfrentaba cada jugador a la hora de concentrarse y apuntar a palos, también se vieron cuando todo el estadio despidió aplaudiendo la salida del lesionado Johnathon Carter (Silverstorm El Salvador). Daba igual que se llevara una camiseta con los colores del Quesos, nadie dudó en aplaudir la retirada del jugador del Chami en camilla. #ThisIsRugby

Quizás estas lecciones de deportividad lleguen al Congreso, Casa Real o queden escritas en alguna carta con destino Panamá. Ya de paso, que se queden en este estadio habitualmente de fútbol donde un día antes se insultaba a los jugadores locales. Tal vez no haya que esperar otros 87 años para ver a un Rey en un partido de rugby en España y esta sea la semilla de un árbol futuro. El favor (repercusión e impacto mediático) que el Rey ha hecho al rugby nacional en esta histórica final, el rugby se lo puede devolver a la sociedad que él corona.