El gran heredero del trono del ajedrez ha desaparecido: ¿dónde está Alireza Firouzja?

En noviembre de 2021 un joven iraní de 18 años hizo historia en el mundo del ajedrez. Alireza Firouzja acababa de firmar un Campeonato de Europa por equipos de escándalo y se convertía en el jugador más joven en superar los 2.800 puntos de ELO. No es que fuera una sorpresa, pues venía de ganar el Gran Suizo, uno de los torneos más prestigiosos del mundo y que otorga una plaza en el Torneo de Candidatos, pero es una puntuación que mitos como Anataly Kárpov no alcanzaron jamás.

Eso, claro, le convirtió en uno de los nombres más importantes del ajedrez. Tanto que el mejor jugador de la historia, Magnus Carlsen, aseguró un mes después que solo defendería su título mundial si Firouzja era su rival. De lo contrario, renunciaría a la corona. Era el único que estimulaba lo suficiente el genio del noruego, el único que le motivaba. Para ello, el joven iraní debía vencer en el torneo más duro del mundo, el de Candidatos, que se disputó en Madrid en el verano de 2022.

Con toda la presión sobre sus hombros, Firouzja se desmoronó en Madrid. Quedó en sexta posición (de ocho) y solo ganó dos de las 14 partidas que jugó, muy lejos de tener cualquier opción de victoria. Carlsen sí hizo su parte: renunció a un título que ahora disputarán el chino Ding Liren y el ruso Ian Nepomniachtchi (a partir de ahora Nepo, por motivos obvios).

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Desde ese fiasco en la capital española, poco hemos sabido de Firouzja. En siete meses solo ha jugado una cita del Gran Chess Tour en Croacia, en julio, y la Sinquefield Cup de San Luis en septiembre. Su ausencia no se puede achacar a los malos resultados, pues en esta última cita venció a pesos muy pesados como Nepo, Wesley So o Hikaru Nakamura, y se hizo con el título y un cheque de 87.500 dólares.

Este periodo de nula actividad sorprende especialmente porque Firouzja se ha saltado dos citas que deberían estar marcadas en rojo en su calendario: el mundial de rápidas y blitz y el Tata Steel. La primera de esas dos competiciones fue la que hizo saltar la alarma con el iraní. Es extraño que no compitiera en rápidas, categoría en la que es el 12.º del mundo, pero muy extraordinario que tampoco compareciera en el Mundial de Blitz, donde es el mejor jugador del mundo con diferencia. En esa disciplina es el único por encima de los 2.900 puntos ELO y le saca más de 25, una buena cantidad en ajedrez, a Carlsen, su más inmediato perseguidor.

De nuevo, saltó la sorpresa cuando Firouzja no formaba parte del grupo de superélite que se citó la pasada semana en la localidad neerlandesa de Wijk aan Zee para jugar el Tata Steel, el torneo más prestigioso de clásicas solo por detrás del campeonato del mundo. Es cierto que Firouzja ha tenido algunos choques con la rígida organización del evento, pero ninguna ha sido de una relevancia suficiente como para justificar por sí misma la ausencia de la mayor sensación del ajedrez en los últimos años.

Por hacer una comparación, sería como si el número uno del mundo de tenis decidiera no acudir a Roland Garros y Wimbledon sin dar ninguna explicación.

A todo ello hay que sumar que su actividad online se limita a torneos regulares y casi recreacionales, pues también se saltó el Global Championship, un torneo por internet que reparte un millón de dólares en premios y en el que hubiera estado en el grupo de favoritos de haberse presentado.

Además, su canal de Twitch lleva más de seis meses sin actividad pese a que sus streamings eran habituales y a que acumula casi 108.000 seguidores en la plataforma. Firouzja siempre había encontrado en las partidas rápidas en internet su refugio y legendaria es ya la noche, en pleno Torneo de Candidatos, en la que estuvo jugando hasta bien entrada la madrugada, como si de una terapia se tratara, cuando al día siguiente debía afrontar una partida de más de seis horas.

La huida de Irán

Alireza Firouzja nació en Babol, una localidad al norte de Teherán. Pero su vinculación con su país de nacimiento se acabó en el año 2019 por una norma muy particular que tiene la federación de ajedrez: si eres iraní y en una competición internacional te toca enfrentarte a un jugador de Israel, tienes que perder. Debes retirarte, no puedes ni sentarte frente al adversario en el tablero.

El motivo de esto es puramente político. Irán es uno de los países que no reconoce a Israel y obliga a todos sus deportistas a seguir este guion, sin importar la disciplina. Eso no le terminó de hacer mucha gracia a Firouzja, que decidió hacer las maletas cuando en una competición tuvo que perder dos veces contra sendos rivales israelíes.

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Encontró refugió en Francia junto a su padre, que se encarga de gestionar todos los asuntos que van más allá de los escaques, en la zona de Chartres, unos kilómetros al sur de París. Bien puede ser que haya convertido su hogar en una fortaleza y que, tras el duro palo sufrido en el Candidatos de Madrid, haya decidido centrarse en su preparación, siguiendo la clásica línea soviética que abogaba por jugar pocos torneos para mejorar con horas de entrenamiento.

La ausencia no parece estar relacionada con motivos más allá de los deportivos, por muy inexplicable que sea. Leontxo García, periodista de El País y miembro de la Federación Internacional, explicó esta semana en una retransmisión por internet que había tratado de ponerse en contacto con el padre de Firouzja, que siempre había contestado a sus mensajes. Esta vez, sin embargo, la única respuesta fue el silencio, alimentando todavía más la duda. ¿Dónde está Alireza Firouzja?