Es noticia
Obama se da un baño de masas en su visita a un partido de béisbol con Raúl Castro
  1. Deportes
  2. Otros deportes
vio junto a castro un partido en la habana

Obama se da un baño de masas en su visita a un partido de béisbol con Raúl Castro

El presidente fue ovacionado por los 55.000 espectadores del Latinoamericano. Acudió con su familia y destacó la importancia del deporte en las relaciones entre ambos países

Foto: Raúl Castro y Obama asisten al partido en el Estadio Latinoamericano. (Reuters)
Raúl Castro y Obama asisten al partido en el Estadio Latinoamericano. (Reuters)

Barack Obama no tarda ni dos preguntas de la ESPN, la cadena deportiva más importante del mundo, en nombrar a Jackie Robinson. Él fue el primer negro en jugar en las grandes ligas, uno de los hombres que, desde el deporte, ayudó a desvanecer las barreras raciales que corroían los Estados Unidos. Obama está en el Estadio Latinoamericano, rodeado por 55.000 espectadores que le han aplaudido a su llegada y viendo como la selección cubana juega contra los Tampa Bay Rays. Espera que ese ejemplo, el del deporte cerrando heridas, sea tomado también por las muy difíciles relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Raúl Castro le ha acompañado al partido y, a su llegada, reciba una cerrada ovación. Las cosas están cambiando.

La viuda de Robinson está en la grada, como lo está el comisionado de la liga de béisbol o Derek Jeter, una de las más grandes estrellas del deporte en las últimas décadas que se retiró la pasada temporada tras una larga y exitosa carrera en los New York Yankees. Su presencia allí reafirma el mensaje del presidente: "Robinson nos enseñó que América es talento, caracter y habilidad, no el color de la piel. Ese es el poder del deporte, a veces puede cambiar actitudes de una manera que los políticos no podríamos hacerlo". Además, Robinson también jugó en el Estadio Lationamericano. Lo hizo en 1947, cuando la revolución aún no se esperaba y él todavía no había roto la barrera del color y cambiado para siempre las normas del deporte de la pelota.

Obama llega al estadio después de haber hablado con disidentes en la isla. Es el primer presidente en 90 años que visita Cuba y todo lo que hace tiene una significación especial. El béisbol es pasión a los dos lados del Golfo de México, un vínculo común que ha acercado a ambos pueblos, como ya pasara en 1999 cuando los Orioles de Baltimore consiguieron, no sin mucha negociación previa, acudir a la isla caribeña a disputar un partido contra la selección.

Acudió acompañado de su mujer Michelle, sus hijas Sasha y Malia y el presidente cubano Raúl Castro. A su llegada, el Estadio Lationamericano le ovacionó. Vestido con camisa blanca aprovechó los primeros compases del partido para acudir a la zona de comentaristas y hablar sobre el partido, acordarse de los atentados de Brusela y bromear con los comentaristas.

Los atentados de Bruselas

Obama quiso hablar sobre los atentados en Bélgica, que llegaron a poner en duda que se disputase el partido. Antes de comenzar, se guardó un minuto de silencio por las víctimas. "Es siempre un reto cuando hay un ataque hoy en día, quieres ser respetuoso y entender el dolor, pero hay que recordar que su prioridad es cambiar la manera en la que vivimos, y por eso mismo es importante no suspender este partido", comentó Obama.

Cuando pasó a cosas menos serias, en la retransmisión de televisión del partido en la que hizo de improvisado comentarista, tuvo tiempo, incluso, para bromear. Se sabe que el presidente es un gran aficionado al baloncesto, pero no tiene tanta cercanía con el béisbol. "Soy más de baloncesto, pero hay algo en el béisbol que es fundamental en nuestra cultura. No hay nada como ir a un campo de béisbol, todo se ralentiza y te da la opción de recordar las grandes cosas que tienes. Es un deporte muy familiar", dijo antes de admitir que nunca se le dio bien y que sufrió cuando tuvo que hacer el lanzamiento de honor en un partido por primera vez. "Lo he hablado con el presidente Bush, nada hay más estresante en una presidencia que eso, yo al menos no tiré la pelota al suelo", decía entre risas. Junto a él uno de los comentaristas se reía de su estilo, pero él respondía. "Mi padre no fue una leyenda como el tuyo, yo lo tuve más difícil", contestaba.

La reconciliación por medio del béisbol

Previamente, Obama había escrito una tribuna en la página web de la ESPN explicando los motivos de su visita al partido: "Hoy voy a un partido de béisbol con Michelle y la niña, es algo que los estadounidenses hacen todo el tiempo, pero en este caso es algo extraordinario".

"Lo más importante, es el símbolo de lo que une Estados Unidos y Cuba a pesar de décadas de aislamiento, un pequeño paso que nos muestra que nuestras naciones pueden empezar a moverse más allá de nuestras divisiones del pasado y mirar a un futuro con mayores conexiones y cooperación entre ambos países", escribe el presidente americano. "Esta visita es para recordar lo que compartimos, un reflejo de las barreras que estamos rompiendo y un vistazo a un futuro mejor", concluía Obama que recordaba también que desde 1959, el año de la revolución, unos 100 jugadores cubanos han disputado las ligas mayores de béisbol, con diferencia el deporte donde han tenido más importancia dentro de los Estados Unidos. Entre ellos varios miembros de los White Sox, el equipo de Chicago del que el presidente se declara seguidor.

Obama comprendió, desde el principio de su mandato, que el deporte es una pasión, pero también un instrumento. En sus ocho años en la presidencia ha pasado innumerables veces por cadenas deportivas, ha entrado en retransmisiones y programas, ha hecho pronósticos para la liga universitaria... No es casualidad que ahora, cuando llega a Cuba, haya tirado del deporte nacional, un territorio común que casi 60 años de aislamiento no ha podido derrocar.

Barack Obama no tarda ni dos preguntas de la ESPN, la cadena deportiva más importante del mundo, en nombrar a Jackie Robinson. Él fue el primer negro en jugar en las grandes ligas, uno de los hombres que, desde el deporte, ayudó a desvanecer las barreras raciales que corroían los Estados Unidos. Obama está en el Estadio Latinoamericano, rodeado por 55.000 espectadores que le han aplaudido a su llegada y viendo como la selección cubana juega contra los Tampa Bay Rays. Espera que ese ejemplo, el del deporte cerrando heridas, sea tomado también por las muy difíciles relaciones entre Cuba y Estados Unidos. Raúl Castro le ha acompañado al partido y, a su llegada, reciba una cerrada ovación. Las cosas están cambiando.

Barack Obama Raúl Castro
El redactor recomienda