Un Seis Naciones entre Irlanda e Inglaterra a no ser que Italia regale otro ridículo

En una competición de cinco partidos, es muy natural que los márgenes de victorias de los equipos participantes sean mínimos, pero lo de este año en el Seis Naciones puede ser histórico. Y todo, a sabiendas de que Irlanda pudo cerrar la historia de esta edición el pasado fin de semana en Cardiff, pero no lo hizo. Un ensayo más, y el XV del Trébol habría ganado virtualmente su segundo título de manera consecutiva. Pero no lo hicieron, no superaron a Gales, y ahora hasta cuatro de las seis selecciones pueden ganar el título más prestigioso del rugby europeo.

Los dos favoritos que empezaban con visos de levantar la copa en la última jornada, Irlanda e Inglaterra, siguen siendo los grandes favoritos. Nada ha cambiado, en realidad. Bueno, sí, que ahora ya no hay marcha atrás y un tropiezo, o incluso una victoria mínima puede hacer que sea el contrario el que se lleve el Seis Naciones al agua. Porque esa será la clave: tanto Inglaterra, Irlanda y Gales necesitan no sólo ganar, sino hacerlo por la mayor diferencia de puntos posible. Pero no todos lo tendrán igual de sencillo para conseguirlo.

La teoría dice que los dos primeros de la clasificación son los que mejor lo tienen para ganar, pero sus puestos en la tabla pueden ser engañosos. El XV de la Rosa tiene cuatro puntos de ventaja sobre los irlandeses (+37 por +33). Mientras, Gales se sitúa por detrás con un -25 con respecto a los ingleses, pero el truco está en los enfrentamientos de esta última jornada. Los más beneficiados por el rival al que se enfrentan son precisamente los galeses, que juegan en Roma contra Italia, es decir, el adversario propicio para endosarle una paliza, como la que le metió Francia en la última ronda (0-29). Gales tiene que ir a morder, a intentar superarse en puntos y esperar que ninguno de los demás haga una gran anotación.

Lo normal también sería que Irlanda le gane a Escocia y le otorgue por tanto la Cuchara de Madera al XV del Cardo, pero el último puesto escocés es también bastante engañoso, ya que a pesar de que han perdido los cuatro partidos, los han competido de maravilla y han merecido tener más premio que ese cero en el casillero de puntos clasificatorios. Y los problemas ofensivos irlandeses contra Gales hacen pensar que les costará hacerle un roto a su rival por el Centenary Quaich.

Y en el otro partido, el que cierra la competición, para más inri, cualquiera de los dos tiene opciones de ser campeón. Francia lo tiene realmente complicado, por no decir imposible, porque sólo podría ganar si Italia le gana a Gales, Escocia gana a Irlanda y ellos ganan en Twickenham por un mínimo de 16 puntos. Es decir, bastante improbable. La ventaja principal de Inglaterra es que puede jugar sabiendo lo que han hecho sus rivales. De hecho, si Gales e Irlanda pierden, Inglaterra sería campeona perdiendo por 14 contra Francia. Y aunque ganasen, sabría lo que necesitaría para llevarse el trofeo. Muchas combinaciones, muchas posibilidades, un campeón: puro rugby.