¿Se imaginan que crecen flores en un desierto? Lo positivo del fracaso olímpico

Salvo milagro, España ya ha agotado todas las posibilidades de lograr un metal en los Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi 2014. Las máximas opciones de medalla española se han tenido que conformar con diplomas o con quedarse a las puertas de los puestos más altos. Ha sido el caso del abanderado Javier Fernández, que albergaba todas las esperanzas del equipo nacional y terminó cuarto, o de Lucas Eguibar y Queralt Castellet, séptimo y undécima en snowboard, respectivamente. El resto de la expedición ha cumplido en deportes con escasa o ningunatradición en España.

Algunos de los deportistas más desconocidos del panorama nacional han demostrado con creces que quieren sacar la cabeza, destacaren el mundo del deporte. Pese a la gran afición que hay a modalidades como el esquí, lo cierto es que falta cultura de competición en los deportes de invierno, un problema que ha llevado a contar con un escaso palmarés en los Juegos de invierno. En toda la historia, España sólo cuenta con dos medallas, las logradas por los hermanos Fernández Ochoa. La juventud de Fernández (22), Eguibar (20) o Castellet (24) miran al futuro español con la esperanza de aumentar el medallero español.

“Tenemos una representación muy numerosa y diversa. Todos han hecho un gran papel y no es nada fácil rendir cuentas cada cuatro años en unos Juegos Olímpicos. En España nos falta cultura en deportes de invierno, nos hace falta saber que todos los años hay que prepararse y competir a ese nivel para estar listos", son las palabras de la exesquiadora, María José Rienda, en una entrevista concedida a eLowCost. La cinco veces olímpica, siete veces participando en Mundialesy que ha subido en total 11 veces al podio de la Copa del Mundo reconoce que los Juegos son algo “único para cualquier deportista”.

España ha contado en Sochi con una representación de 20 deportistas, ha sido la mayor expedición de la historia, pero no ha sido suficiente para ganar una medalla. El abanderado Javier Fernández era la máxima esperanza española, pero el patinador se quedó a las puertas del podio con un cuarto puesto y un diploma olímpico. Un error en el ejercicio final le apartó definitivamente de los metales.

Lo mismo pasó con Lucas Eguibar. Con 20 años recién cumplidos, el vasco afrontaba sus primeros JJOO de invierno después de haberse proclamado campeón del mundo junior en 2013. Con la ilusión por bandera, Eguibar no pudo clasificarse para la final A de boardercross, pero sí logró adjudicarse la final B y ganar un diploma olímpico tras terminar séptimo. En el caso de Queralt Castellet, la rider llegaba a Sochi con serias opciones de medalla, pero después de llegar a la final con una puntuación de 93,25, el segundo mejor registro, dos caídas la relegaron a la undécima posición.

Fueron los mejores resultados para una España que, aunque todavía tiene cinco días de competición por delante, tiene complicado lograr mejores resultados. Y esto, en un país donde no hay competiciones a nivel nacional de casi ningún deporte olímpico y donde las pistas de esquí están dedicadas únicamente al ocio. Sólo algunos, como los patinadores, pueden entrenarsepero en sitios contados.La mayoría de los deportistas que han viajado a Sochi, han tenido que emigrar a otros países para poder entrenar y participar en competiciones, todas de carácter internacional. El futuro es alentador para los Javier Fernández y compañía. España sigue suspirando por las medallas.La próxima cita: los Juegos Olímpicos de PyeongChang 2018.