La fuerza del grupo, clave del éxito de las 'guerreras' de Miki Oca

Tras una victoria (14-12 ante Holanda)y una derrota (6-7) ante Rusia en los dos primeros encuentros del Mundial, España quiere seguir soñando. No desfallecen las chicas de Oca pese a las dificultades atravesadas. Apodadas a ellas mismas como las ‘guerreras’ en una concentración en Sant Cugat, buscan las chicas de Miki Oca afianzarse en el puesto de élite que la plata conseguida en Londres les ha brindado por derecho propio.

Finalizaba el Mundial de Shangai en 2011 con la selección femenina de Waterpolo en duodécima posición. Pese a una nueva clasificación desilusionante, sin brillo, algo había cambiado en la selección de waterpolo. La llegada de Miki Oca supuso un antes y un después en la trayectoria del combinado español. Conocidas como las ‘Guerreras’, algo se cocinaba a fuego lento en el waterpolo femenino. Una de las irrupciones más emocionantes en los últimos años del deporte olímpico español estaba a punto de eclosionar.

No se entiende el éxito cosechado en Londres sin la presencia de Miki Oca como seleccionador. Delantero del equipo que consiguió la plata en Barcelona 92 y Atlanta 96, ha logrado transmitir a un combinado joven (una media de edad de apenas 21 años) la pasión vivida por él mismo en sus éxitos olímpicos. Oca sin embargo apela siempre al espíritu del grupo. “Cuando uno trabaja con este espíritu, no existe el fracaso”, declaraba en una reciente entrevista. Lejos quedan tiempos más sombríos, donde se sucedían numerosos cambios que restaban continuidad al grupo. “Cada año jugábamos de manera diferente y el equipo no maduraba”, ha criticado Jennifer Pareja recientemente en El País Semanal. Oca apostó claramente por afianzar lazos afectivos dentro del grupo. Quería un grupo cohesionado. Para ello comenzó a realizar concentraciones de pocos días en el Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat.

Con la convicción de seguir arriba, saben de las dificultades. No se cansa de recordar el enorme mérito que tienen estas chicas. En un Mundial que se disputa en casa, también deben aprender a convivir con la presión que supone su nuevo estatus como subcampeonas olímpicas. “Está claro que va a ver presión, porque venimos de un subcampeonato olímpico y, sobre todo, porque jugamos el Mundial en casa, y eso aprieta mucho. Tenemos que ser conscientes de que esa parte de nervios va a existir y convivir con ello. Centrarnos en cada defensa, en cada transición, en cada ataque, pensar solo en cada paso que demos es la mejor manera de aislarse de la presión”.

Colocadas en el grupo de las favoritas tras irrumpir de forma brillante en su primera participación en unos Juegos Olímpicos, conocen en el grupo la importancia que supondría una nueva presea en estos Mundiales de Barcelona. “Una medalla significaría consolidarnos entre los grandes, pero creo que cualquier equipo de los que participa en el Mundial la firmaría ahora mismo”, declara el seleccionador. Menos físicas que el resto, las españolas basan su potencial en transiciones rápidas, y mucha solidaridad en defensa. Una complicidad en la que ha perseverado el seleccionador, consciente de que el éxito del equipo pasaba por la cohesión del grupo y la perfecta sincronización en las transiciones del juego. Igual que le sucedió a él. Una medalla en este Mundial redondearían con éxito tres años de mucha exigencia. Frente a selecciones con más caché que las españolas, las ‘guerreras’ seguirán discutiendo el orden que ellas mismas ya rompieron hace un año.