Jorge Lorenzo demuestra ganando en Italia que su Ducati puede ser competitiva

Jorge Lorenzo ha vuelto, paradójicamente la misma semana que se ha sabido que se va. La Ducati, esa moto que le ha dado más penas que alegrías en los dos años que lleva montándola, le sirvió en el Gran Premio de Italia para lograr una victoria. Son ya 45 en Moto GP, una cifra brutal para un piloto excelente. Lorenzo se marchará el año que viene de vuelta a Yamaha, pero lo hará sabiendo que pudo hacer de una montura menor una ganadora. Un día al menos. Es el sexto piloto en la historia de la marca en lograr ganar un gran premio.

Lo hizo con contundencia además, en Mugello salió desde la segunda posición de la parrilla, demostrando todo el fin de semana que la moto tenía aspiraciones altas. Cuando se apagaron los semáforos él dio gas a fondo, cogió la primera posición y ya no la soltó en todo lo que quedaba de carrera. Ganó a lo grande, con una autoridad brutal, dejando muy lejos a todos los demás contricantes, liderados por su compañero de equipo, Dovizioso.

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Una carrera magnífica para la firma italiana, no del todo acostumbrada a dominar. Menos aún a hacerlo con Jorge Lorenzo, que hasta este momento no había encontrado el tono a su montura. La bandera negra de 'Lorenzo's Land' estaba cogiendo polvo en algún sótano. La alegría de los suyos es de algún modo compartida por Valentino Rossi, que logró una meritoria tercera posición y llegó a acercarse a Dovizioso en las vueltas finales.

Quien no tuvo un buen día fue Marc Márquez, que se fue al suelo en una carrera que, en todo caso, no le estaba saliendo bien. El catalán sigue líder del mundial destacado y es el claro favorito para llevarse el campeonato. También tuvo que retirarse Dani Pedrosa, redondeando un fin de semana pésimo para Honda. Mugello no era su lugar natural, habrá otras carreras con mejores perspectivas para los dos españoles.