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Fallece Alan Kempster, el piloto que competía sin un brazo y una pierna
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A LOS 56 AÑOS EN SU AUSTRALIA NATAL

Fallece Alan Kempster, el piloto que competía sin un brazo y una pierna

Después de sufrir un grave accidente que obligó a los doctores a amputarle sus dos extremidades del lado derecho, consiguió el sueño por el que peleaba: ser piloto

Foto: Alan Kempster, compitiendo con el dorsal 1/2 durante una prueba de Fórmula 400. (CC)
Alan Kempster, compitiendo con el dorsal 1/2 durante una prueba de Fórmula 400. (CC)

La vida siempre nos da una oportunidad para demostrar que el ser humano es capaz de conseguir sus sueños y el mejor ejemplo es Alan Kempster. Incluso para los amantes del deporte, este australiano se trata de un completo desconocido, pero que personifica una de las historias de superación más brillantes de la historia. Un grave accidente le dejó con severos daños en su cuerpo, pero eso no le impidió lograr su meta: ser piloto de motociclismo. Este jueves, ha fallecido a los 56 años.

Desde joven, la pasión de este australiano fueron las motos, con un solo objetivo en su cabeza: ser profesional... pero el destino se cruzó en su camino. Era un día más de 1990, en el que Kempster circulaba con su moto hacia su casa como de costumbre. Pero un hombre borracho que conducía un camión perdió el control de su vehículo, llevándoselo por delante: el resultado, un grave accidente que obligó a los servicios médicos a amputar su brazo y su pierna derechos para salvarle la vida.

Foto: Ian McKinley, en el centro durante un partido. (FOTO: benettonrugby.it)

Con el paso de los meses, Kempster fue recuperándose y, de nuevo, encontró en el deporte una razón para seguir sonriendo. Consciente de sus limitaciones, comenzó a practicar esquí acuático adaptado y pronto descubrió que no se le daba nada mal. No en vano, comenzó a labrarse un nombre y llegó a ser campeón del mundo de la especialidad hasta en tres ocasiones. El agua le dio el empujón necesario para seguir peleando por su gran sueño: no se había olvidado de la moto.

Así, decidió adaptar su moto con el objetivo de competir. No sería hasta los 48 años cuando logró su objetivo de ser piloto, corriendo en la Fórmula 400 australiana. Su espíritu de superación se demostró desde la primera prueba en la que compitió, pues no solo la logró acabar, sino que incluso la ganó. Y lo hizo gracias a su montura ajustada a las necesidades, en la que controlaba acelerador, embrague y freno delantero con la mano izquierda, y cambio y freno trasero con la pierna.

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Y no solo competía como los mejores, sino que lo hacía rebosante de humor. De hecho, su dorsal era 1/2, lo que le valió el sobrenombre de 'Half Man' ('Medio Hombre'), sino que era habitual verle bromear con su situación física. De hecho, en una ocasión, tras preguntarle si no tenía miedo a caerse y hacer aún más daño, su respuesta fue brillante: "¿Más daño? Al contrario, tengo la mitad de posibilidades que el resto de lesionarme". Un claro ejemplo de cómo afrontaba la vida.

Un sueño que se quedó en el tintero

Desde entonces, consiguió enfocar su vida hacia el motociclismo. Consciente de su capacidad para poder competir e incluso ganar pruebas al más alto nivel, decidió prepararse para intentar lograr otro de los sueños que tenía pendientes: competir en la carrera más peligrosa del mundo, el Tourist Trophy de la Isla de Man, un circuito que se ha cobrado la vida de más de 250 pilotos. Sin embargo, nunca llegó a conseguirlo: la vida se lo llevó antes de conseguir participar.

Fue este jueves cuando el piloto perdía la vida por causas naturales mientras dormía, no sin antes dar un ejemplo a toda la humanidad de que querer es poder. 'Half Man' necesitó más de un año y medio para reponerse de sus heridas y poder subirse a una moto, el gran sueño de su vida. No solo lo consiguió, sino que ha dejado una lección de superación para la posteridad: Alan Kempster demostró que los límites simplemente existen porque es una obligación superarlos.

La vida siempre nos da una oportunidad para demostrar que el ser humano es capaz de conseguir sus sueños y el mejor ejemplo es Alan Kempster. Incluso para los amantes del deporte, este australiano se trata de un completo desconocido, pero que personifica una de las historias de superación más brillantes de la historia. Un grave accidente le dejó con severos daños en su cuerpo, pero eso no le impidió lograr su meta: ser piloto de motociclismo. Este jueves, ha fallecido a los 56 años.

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