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Rossi se juega el honor a 200 kilómetros de su casa y en un trazado de Ferrari
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MUGELLO, SIGUIENTE CITA EN EL MUNDIAL

Rossi se juega el honor a 200 kilómetros de su casa y en un trazado de Ferrari

Urbino y Mugello están separadas por 175 km y la primera vio nacer a Rossi hace 35 años. El italiano llega a su casa, donde ganar es cuestión de honor

Foto: Valentino Rossi saluda a los aficionados antes de la carrera de Mugello de 2013 (Efe).
Valentino Rossi saluda a los aficionados antes de la carrera de Mugello de 2013 (Efe).

Urbino y Mugello están separadas por 175 kilómetros en línea recta. Se tarda, aproximadamente, tres horas en ir desde este municipio italiano hasta un circuito que se ha ganado estar entre los favoritos de los pilotos que forman parte del Mundial de Motociclismo. Italia es la siguiente parada del tour europeo en el que se está inmerso el deporte de las dos ruedas. Y allí Valentino Rossi es el ojito derecho de los tifosi. No en vano, Urbino le vio nacer hace 35 años y en Mugello ha firmado algunas de las mejores actuaciones de su carrera. El campeón italiano aterriza en casa asegurando que ganar en su terreno se ha convertido en una cuestión de honor.

La Toscana ya espera ansiosa para dar aliento al piloto de Yamaha. Apasionados como pocos, los aficionados italianos viven de una manera especial esta cita. Valentino Rossi contribuye a este fervor: su rostro está presente de Urbino a Mugello en pancartas, banderas e incluso representaciones del italiano a medida con las que los tifosi no dudan en fotografiarse. El trazado italiano es territorio de un Rossi que este fin de semana cumplirá 300 grandes premios desde que debutó en el Mundial hace 19 temporadas. Tras algunos años a la sombra, el piloto de Yamaha vive una segunda juventud que se refleja en los resultados: tres podios en las cinco primeras carreras. Números que le valdrán para firmar la renovación con la marca del diapasón por dos temporadas después de pasar por su hogar.

Y es que en casa, como en ningúnsitio. Algunas de las mejores actuaciones de Valentino Rossi en estos 19 años han tenido como escenario Mugello. No existe piloto que dome el trazado como él. Suyo es el récord de victorias consecutivas: siete triunfos que llegaron entre 2002 y 2008. Un resultado que espera repetir este fin de semana. No es descabellado pensar en Valentino subido en el cajón más alto del podio de Mugello. Desde Qatar, el piloto de Yamaha ha dibujado una línea ascendente con tres segundos puestos (Losail, Jerez y Le Mans), un octavo en Austin y el cuarto que firmó en Argentina. Con 81 puntos, es el tercer piloto de la clasificación por detrás de Márquez y Pedrosa y ya avisado que para él, ganar en Mugello se ha convertido en una cuestión de honor.

A los elementos que tiene a su favor hay que añadir un circuito que tiene como peculiaridad ser propiedad de Ferrari. Todo queda entre italianos. La Scuderia suele utilizarlo para probar la reacción de sus automóviles en las curvas rápidas. Ésta es una de las características de un trazado en el que la diversión está asegurada: las subidas y bajadas del diseño obligan a no fallar en la puesta a punto, debe ser perfecta. Exigente como pocos, la potencia de las motos y el chasis juegan, prácticamente, el mismo papel clave. Mugello destila espectáculo con una meta situada en una recta de más de un kilómetro. Todo un reto para los pilotos del Mundial pues no es circuito fácil y cuesta cogerle el punto para poder aprovechar la diversión que ofrece. Y ahí, pocos como Rossi.

El italiano se mueve en Mugello como pez en el agua. Conoce sus secretos, maneja sus rincones y, por ejemplo, sabe que la zona de la Arrabiata, situada en el tercer sector, es clave a la hora de marcar el tiempo por vuelta. Además, el trazado italiano se amolda a las maneras de Valentino sobre la Yamaha: hay que tener suficiente tacto en las chicanes (combinación de una curva rápida y otra lenta de forma consecutiva) para estabilizar la moto y que el tren delantero de la moto no provoque que los pilotos pierdan rueda. Con la adrenalina asegurada, en la oferta de Mugello también hay adelantamientos: el circuito se ensancha en las curvas seis (Casanova) y siete (Savelli) y aunque el desnivel de la doce (Correntaio) provoca complejos giros, también ayuda a rebasar… si los pilotos no acaban fuera de la pista o besando el asfalto. Y es que Valentino Rossi y compañía se van a jugar algo más que el honor este fin de semana.

Urbino y Mugello están separadas por 175 kilómetros en línea recta. Se tarda, aproximadamente, tres horas en ir desde este municipio italiano hasta un circuito que se ha ganado estar entre los favoritos de los pilotos que forman parte del Mundial de Motociclismo. Italia es la siguiente parada del tour europeo en el que se está inmerso el deporte de las dos ruedas. Y allí Valentino Rossi es el ojito derecho de los tifosi. No en vano, Urbino le vio nacer hace 35 años y en Mugello ha firmado algunas de las mejores actuaciones de su carrera. El campeón italiano aterriza en casa asegurando que ganar en su terreno se ha convertido en una cuestión de honor.

Valentino Rossi
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