Va por ti, Ben: la historia de superación de Queralt Castellet para ser leyenda en Pekín

La atleta Queralt Castellet ha hecho historia en la madrugada de este jueves al conseguir la medalla de plata en 'halfpipe' de los Juegos Olímpicos de Invierno. La española, abanderada de la delegación junto a Ander Mirambell, se ha convertido en la quinta deportista nacional capaz de colgarse una presea, un logro solo al alcance de los privilegiados. Y lo ha hecho, además, a lo grande: sacando fuerzas "de no sé dónde" para conseguir la segunda plaza olímpica.

La española no comenzó bien en la final, sin demasiadas buenas sensaciones y con alguna duda. Esa situación ha provocado que toda la presión se le viniera encima, consciente de que era su quinta participación en unos Juegos y que esta era su gran oportunidad. Esos nervios le han jugado una mala pasada, pero, cuando más complicado creía tenerlo, la 'ayuda divina' la ha conseguido calmar y hacerla disfrutar hasta lograr el mayor logro de su carrera deportiva.

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Europa Press

"Después de esa primera ronda, me han venido todos los nervios. Ha aparecido toda la presión, me han venido todos los pensamientos de lo importante que es esto para mí y, sin embargo, creo que me ha venido también una fuerza de no sé dónde para sacar esta ronda por la que tanto tiempo llevo trabajando. Me ha salido y con esto me han dado la segunda plaza", afirmaba Castellet. Pero sí sabe de dónde vino esa ayuda: de la persona que le convenció de que podía estar entre las mejores.

Desde muy joven, Castellet mostró afición por la nieve y el 'snowboard'. Tenía talento y calidad, al punto de que con solo 16 años participó en sus primeros Juegos Olímpicos, en Turín 2006. Pero, dos años después, cambiaría su vida para siempre: la española conoció a un joven neozelandés, llamado Ben Jolly, que se convirtió en su otra mitad. No solo pasó a ser su pareja, sino que se convirtió en su entrenador, mentor y, sobre todo, en un ejemplo para seguir creciendo como deportista.

Junto a él, su progresión deportiva fue en aumento. Con varios podios en la Copa del Mundo, su gran éxito llegó con la plata en el Mundial de Kreischberg de 2015 y, entonces, todo se rompió. Solo unos meses atrás, a Ben le habían diagnosticado un tumor cerebral: era un momento de felicidad deportiva, pero de temor personal... que iba a convertirse en drama. "Me llaman. Que Ben se ha quitado la vida. Y ahí se para todo, el 'snowboarding' incluido. En ese momento, no entiendo qué está pasando".

Así lo cuenta Castellet en el documental de Red Bull, donde confiesa que Ben había sido su gran razón para mejorar y crecer en el deporte, que siempre fue una persona que creyó en ella y que una frase la había marcado: "Tú puedes entrar en la élite". Pero, de repente, de la noche a la mañana, Queralt se encontró con un vacío difícil de asumir que, incluso, le hizo dejar la tabla durante varios meses. Solo mucho tiempo después, decidió volver a probar... y se propuso el gran objetivo.

Era la hora de luchar (aún más)

La nieve la hacía feliz, era su vida y, ahora, tenía una razón aún más profunda para buscar el éxito: honrar a Ben. Por ello, entrenó como nunca, compitió como nunca y creyó en sus posibilidades como nunca lo había hecho. Sabía que podía estar entre las mejores, solo necesitaba ese punto de fortuna que se le había resistido. Han tenido que pasar siete años, mucho sufrimiento y trabajo, y, ahora, por fin Queralt Castellet puede presumir de haber logrado la plata olímpica.

Después de aquello, la española volvió a entrenar, a competir y a alejar sus fantasmas gracias al deporte. Incluso escribió una carta a su novio y entrenador algún tiempo después de lo sucedido que, de manera premonitoria, anticipaba lo que estaba por venir: "Ojalá pronto pueda mirar al cielo desde lo más alto de un podio y dedicarle mis éxitos. Porque siempre sabré que serán también suyos". Ahora, puede gritar bien alto que por fin lo ha conseguido.

"Lo que me ha venido a la mente tras ver la medalla ha sido toda la gente que me ha estado apoyando desde el principio: mi familia, mis amigos, toda la gente que ha sufrido los momentos difíciles conmigo y toda la gente que ha vivido esto desde el primer momento. Es un sueño hecho realidad, que demuestra que todo lo que se quiere se puede, y que todo lo bueno cuesta. Y esto es algo que me han enseñado estos Juegos. Aun así, se puede conseguir y todo es posible". Palabra de Queralt.