La selección femenina de Brasil se va de vacío de un torneo que ganó Alemania

La cara y la cruz. La alegría y la tristeza. Alemania derrotó hoy por 1-2 a Suecia y conquistó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Río 2016 por primera vez en la historia de sus participaciones en Juegos Olímpicos, mientras que Brasil, equipo anfitrión, se fue a casa sin el bronce frente a Canadá.

Las alemanas certificaron un sueño que llevaba escapándose demasiado tiempo: consiguieron el bronce en Sidney 2000, Atenas 2004 y Pekín 2008. Demasiado cerca de la gloria sin conseguirla. Ahora, el fútbol germano puede colocar la medalla de oro de Río presidiendo la sala de trofeos.

De este modo, Alemania emuló a la selección masculina, que ganó el Mundial de 2014 en el mismo escenario. Marcó primero Dzsenifer Marozsan una vez comenzada la segunda parte. Aprovechó un buen centro al corazón del área para marcar, de manera sutil, el primer tanto del encuentro,.

En ese instante, Pia Sundhage decidió hacer dos cambios para revolucionar su equipo, pero las novedades no le funcionaron hasta que fue demasiado tarde: Sembrant se marcó en propia puerta en el minuto 62 para poner el 2-0 a favor de las alemanas.

La tranquilidad alemana se terminó con Stina Blackstenius, que cinco minutos después anotó para Suecia, pero el conjunto escandinavo no fue capaz de certificar la remontada para conseguir, al menos, llegar a la prórroga.

Suecia, aunque triste por quedarse a un partido de conseguir el oro, también tiene motivos para sonreir: la plata es el mejor resultado del fútbol olímpico femenino en el país. Jamás había ocupado un lugar en el podio.

Por su parte, Brasil recibió una doble estocada mortal. Después de perder la posibilidad de luchar por el oro, se quedó fuera del podio después de perder (1-2) contra Canadá por el bronce. Deanne Rose, de 17 años, amargó la fiesta de las brasileñas. Abrió el camino de la victoria de las Canucks en el minuto 25 y ya en la segunda parte, asistió a Christine Sinclair para hacer el segundo. Beatriz, en el 79, recortó distancias, pero no fue suficiente para cambiar las tornas del partido.

La selección brasileña necesitaba de heroínas para salvar los muebles del naufragio pero no comparecieron con su talento la capitana Marta, ni la delantera Cristiane, la máxima goleadora con catorce en la historia del fútbol femenino en Juegos Olímpicos. Incluso el nerviosismo se hizo evidente con las faltas reiteradas que terminaron con tres amonestaciones.