La misión de Orlando Ortega: lograr que se hable de atletismo tanto como de fútbol

A Orlando Ortega le costó encontrar una bandera con la que celebrar su plata en los 110 metros vallas, y cuando encontró una, casi se cae al intentar cogerla. "Primero me mostraron una bandera de Cuba por los 300 metros, pero estaba loco buscando una bandera de España y nadie tenía una. Apenas la vi, salí corriendo y subí con los clavos y vi que resbalé, pero fue un pequeño sustito", contó una hora después de la carrera. Ya no lloraba y estaba más relajado, pero todavía llevaba esa bandera a modo de capa.

"Como prometí, di la vuelta a la pista con la bandera bien alta", dijo el atleta, que no paraba de dar las gracias a la federación, a su club, a su abuela, incluso a Ontinyent, la localidad donde se instaló cuando llegó al país en 2013 tras desertar de Cuba. "Prometí que iba a dar todo lo mejor de mí por España, que iba a dejarme la piel por España. Y lo he cumplido. Hubiese querido una medalla de oro, pero no salió. Esta plata sabe como oro".

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El nuevo subcampeón olímpico solo tuvo buenas palabras para España, país que le concedió la nacionalidad el año pasado y al que quiere devolver todo lo recibido durante los últimos tres años. "Quiero poner el nombre del atletismo español bien alto", dijo. "Quiero ayudar al atletismo, quiero que crezca, que sea como el fútbol. Que en las portadas tambien salga el atletismo. Sé que es un trabajo muy difícil, pero vine con ese objetivo. Amo este deporte, soy muy feliz haciendo lo que hago. Llevo 12 años haciendo este deporte y solo quiero que siga creciendo. Espero que todos los chicos que vienen a continuación, como Bruno Hortelano, le sigan dando triunfos a este deporte tan bello. Ojalá que vengan más resultados como este".

Quiero que en las portadas tambien salga el atletismo. Sé que es muy difícil, pero vine con ese objetivo

Su compromiso con el atletismo español no le hace olvidar sus orígenes. "De Cuba me fui porque quería tener otro estilo de vida, otros objetivos, otra ilusión, otros sueños", dijo cuando le preguntaron por los motivos que le llevaron a desertar, una cuestión de la que nunca rehúye. La isla y su familia, una parte en su Artemisa natal y otra en Estados Unidos, están muy presentes en todo lo que hace. "Tenerla lejos, tener que hablar con ellos todos los fines de semana por teléfono y que me digan que me extrañan es muy difícil, pero gracias a dios tengo una familia muy unida y de la que estoy orgulloso", comentó.

Igual que llegó a la zona mixta del estadio de Engenhao, se fue: con la bandera al cuello. No sabemos qué hizo con ella, pero sí qué no hizo: dormir, porque él mismo avisó que no tocaba. Orlando Ortega salió a celebrar su primera medalla olímpica y la primera en 12 años para España, país que eligio por el idioma y su alegría. Por eso y por sus cañitas y la paella. "De carne, porque no me gusta el marisco".