Brasil, una bomba de relojería a punto de explotar
Más que por el Zika, los atletas olímpicos deberían preocuparse por la fiebre chikunguña y la inseguridad ciudadana en un país que atraviesa una profunda crisis gubernamental
¿Es tan peligroso el virus Zika? ¿Representa una amenaza real para los deportistas que se disponen a viajar a Río de Janeiro el próximo mes de agosto? Las recientes declaraciones de Pau Gasol cayeron como un jarro de agua fría en la comunidad deportiva internacional. “Estoy valorando no ir a los Juegos por el Zika. Espero que tanto los comités olímpicos como las organizaciones de salud informen al cien por cien de los riesgos que hay en Brasil para que los atletas tengan toda la información y decidan si asumir los riesgos o no”, dijo el mediático jugador de baloncesto hace una semana.
Sus palabras se suman a la petición de un grupo de 150 reputados científicos, que en una carta abierta han pedido a la Organización Mundial de la Salud (OMS) pidieron el aplazamiento o el traslado de los Juegos Olímpicos por el riesgo de contagio del virus, que hasta la fecha ha causado al menos 1.489 casos de microcefalia en bebés. Ni la OMS ni la organización Rio 2016 consideraron pertinente esa petición.
Las declaraciones del pivot de Sant Boi, considerado una referencia del deporte mundial, reabrieron el debate sobre una enfermedad contagiosa que preocupa a atletas, entrenadores, federaciones deportivas y turistas. De hecho, otros deportistas, como el golfista norirlandés Rory McIlroy o la futbolista estadounidense Hope Solo han manifestado en público serias reservas y contemplan la posibilidad de no acudir a los JJOO de Río de Janeiro.
El presidente del Comité OIímpico Internacional (COI), Thomas Bach, expresó su “total confianza” en los pasos dados por las autoridades sanitarias y municipales de Brasil para enfrentar la emergencia. En el mismo sentido se pronunciaron las autoridades federales brasileñas y el alcalde de Río, Eduardo Paes. Y eso a pesar de que en EEUU acaba de nacer el primer niño con microcefalia, cuya madre fue infectada por el Zika tras una visita a Honduras.
No solo el zika, también el chikunguña
Para varios expertos brasileños, no hay tantas posibilidades de que los atletas olímpicos contraigan el virus Zika y desarrollen su variante más peligrosa, que puede provocar problemas neurológicos, el llamado síndrome de Guillain-Barré, o la citada microcefalia en fetos. Puestos a preocuparse, es quizás más probable y temible la fiebre chikunguña, menos conocida y no por eso menos peligrosa.
Transmitida por mismo mosquito del Zika, el terrible Aedes aegypti, también responsable del dengue, el chikungunya es una enfermedad que causa fiebre alta y fortísimos dolores articulares. Olvidada hasta hace poco por el clamor mediático de las otras dos patologías, ha vuelto poderosamente a ocupar las crónicas brasileñas por su repentina virulencia. Según el ministerio de Sanidad, hasta el 23 de abril se habían contabilizado 64.349 posibles casos de chikunguña. En el mismo periodo de 2015 se registraron 9.710, lo que supone un alarmante incremento del 562%.
“Yo estuve más de dos meses postrada en la cama con las articulaciones hinchadas y unos dolores terribles”, asegura Nana, una administrativa de Río de Janeiro. “Cuando por fin pude volver al trabajo, me torcí un tobillo porque mis piernas estaban todavía muy debilitadas y no aguantaban mi peso. El médico me ha dicho que no soy la única: varios pacientes se han roto una pierna o un tobillo después de contraer esta fiebre. Las secuelas son interminables”, agrega.
Lo peor es que un paciente puede contraer al mismo tiempo el zika y el chikunguña, o el dengue y el chikunguña. Además, los dolores articulares pueden persistir a lo largo de un periodo prolongado e incluso causar una artritis crónica, lo que puede llevar a una discapacidad. El chikunguña se desarrolla en tres etapas. La primera, llamada aguda, dura hasta tres semanas, en las que el paciente tiene fiebre, dolores articulares y erupciones cutáneas. La segunda puede durar hasta dos meses y presenta molestias articulares. La tercera ya es considerada una etapa crónica, en la que los afectados padecen dolores e inflamación permanentes en las articulaciones por más de tres meses o incluso años, según revelan las investigaciones llevadas a cabo hasta hoy.
Los robos aumentan un 24% en Río
Sin embargo, el contagio de enfermedades tropicales no es el único riesgo que debería alarmar a los más de 18.000 atletas que residirán en la Villa Olímpica de Río de Janeiro. La inseguridad ciudadana está alcanzando cotas muy elevadas en los últimos meses, como ha quedado demostrado tras el reciente atraco al campeón olímpico Fernando Echávarri, la campeona del mundo y europea Tara Pacheco y su entrenador, el también campeón mundial Santi López-Vázquez. Los tres fueron asaltados aplena luz del día, en el turísticos barrio de Santa Teresa, cuando iban a desayunar.
La falta de seguridad en Río de Janeiro es uno de los puntos que más preocupan a los equipos internacionales. En los últimos meses, los robos callejeros han crecido casi un 24% en la ciudad olímpica. En los primeros cuatro meses de 2016 se han registrados 38.461 casos, frente a los 31.083 del mismo periodo de 2015. El número de asesinados también ha subido de una forma preocupante. Según datos del Instituto de Seguridad Pública (ISP), se ha producido un aumento del 15,4%, lo que equivale a 1.715 casos, una media de 11 asesinatos al día. “Lamentablemente, hay muchas más posibilidadesde que un atleta o un turista sea acuchillado por la espalda en un atraco que de que acabe en un hospital por una enfermedad contagiosa”, señala a El Confidencial Sérgio, periodista y fotógrafo carioca.
¿Quién presidirá la ceremonia de apertura?
La crisis política, que ha culminado con la admisión a trámite del 'impeachment' contra Dilma Rousseff también puede causar grandes dolores de cabeza al COI. La decisión definitiva sobre el proceso de alejamiento del poder de Dilma podría ser sometida al voto del Senado el próximo 2 de agosto, es decir, a tan solo tres días de la ceremonia inaugural de los JJOO.
Teniendo en cuenta la inestabilidad política por la que pasa Brasil y las dos crisis de Gobierno que ya ha sufrido el gabinete interino de Michel Temer, en estos momentos cualquier escenario es posible. A día de hoy, nadie puede decir a ciencia cierta quién va a presidir la ceremonia de apertura de los JJOO.
La presión de las calles es otro elemento que hay que tener muy en cuenta, sobre todo por el recuerdo de las protestas masivas de junio de 2013 y de las manifestaciones contra el Mundial de fútbol de 2014. Desde la votación del 'impeachment' se han registrado varias protestas de diferente intensidad en numerosas ciudades de Brasil. Incluso ha habido escraches delante de la residencia familiar de Temer en Sao Paulo.
El lema '#foratemer' está presente también en la ocupación del Ministerio de Cultura, después de que el presidente interino anunciase su supresión. Poco importa que diera marcha atrás recuperando la cartera. Los artistas y productores culturales, que llevan semanas acampados en las sedes ministeriales de varias capitales federales, anunciaron que solo acabarán la ocupación cuando Temer esté fuera del Ejecutivo. Todo hace presagiar que los próximos dos meses serán muy calientes. Desde luego, el Zika no es la principal amenaza en esta bomba de relojería llamada Brasil.
¿Es tan peligroso el virus Zika? ¿Representa una amenaza real para los deportistas que se disponen a viajar a Río de Janeiro el próximo mes de agosto? Las recientes declaraciones de Pau Gasol cayeron como un jarro de agua fría en la comunidad deportiva internacional. “Estoy valorando no ir a los Juegos por el Zika. Espero que tanto los comités olímpicos como las organizaciones de salud informen al cien por cien de los riesgos que hay en Brasil para que los atletas tengan toda la información y decidan si asumir los riesgos o no”, dijo el mediático jugador de baloncesto hace una semana.