Los jugadores vuelven a ser la clave para que el Deportivo siga siendo de Segunda

Los protagonistas se repitieron con 24 horas de diferencia. El martes eran los jugadores del Mirandés los que unían fuerzas para que su equipo completase el proceso de conversión en un SAD y este miércoles fue el turno de la plantilla del Deportivo. La situación fue mucho más dramática en La Coruña donde el tiempo parecía transcurrir más despacio de lo normal. Muchos pensaron que el descenso administrativo sería una realidad, pero el acuerdo entre la AFE y el club obró el milagro. Esto sumado al desbloqueo de la cantidad final que se debía abonar y a la retirada de las denuncias de los jugadores hace que el Deportivo no sólo salve la categoría sino también la vida.

Toda historia dramática tiene que tener un final digno de este tipo de género. El Deportivo siguió al pie de la letra las pautas y no supo cuál sería su final hasta que los relojes rozaron la medianoche. En ese momento se acabaría el plazo para saldar las deudas que amenazaban al club. Javier Tebas, presidente de la LFP, aseguraba el martes que si el Deportivo no encontraba una solución se verían obligados a decretar el descenso administrativo del conjunto gallego. Bajar por segunda vez y pasar a formar parte de Segunda ‘B’ supondría una herida de muerte para el Deportivo ya que sobrevivir en dicha categoría con la deuda que arrastraba era casi inviable.

El peligro estaba ahí y la amenaza cada vez se antojaba más real. Las reuniones maratonianas se han sucedido en La Coruña. El martes terminó sin acuerdo entre las partes implicadas que llegaron a un punto común ayer al filo de la medianoche y tras siete horas de negociación. La solución apareció a cuentagotas pero llegó. Lendoiro, presidente del Deportivo, volvió a verse las caras con los acreedores, varios de los administradores concursales y la AFE. Sobre las 20:30, Francisco Prada (uno de los administradores) abandonaba el despacho de abogados donde se desarrollaba la reunión para informar al juez del concurso en qué punto se encontraban.

El acuerdo con la AFE, el desencadenante

La plantilla exigía el cobro o la garantía de recibir el dinero que el club les debía (10’9 millones). La AFE defendía a los jugadores abogando por cobrar la cantidad total y no la deuda contra la masa que el juez había prorrateado (4 millones). El primer paso llegó cuando la Asociación de Futbolistas publicaba un comunicado en el que confirmaban que habían alcanzado “una solución satisfactoria para los intereses del deportivismo. Sólo queda pendiente de abono las cantidades generadas contra la masa”.

Ahí es donde llegaba la segunda parte de la solución: el Deportivo debía abonar el dinero que se debía desde enero (es decir, al deuda contra la masa), una cantidad que ascendía a 4 millones y que sí entraba dentro del concurso de acreedores (el resto es anterior a este proceso) en el que se vigila que todos los pagos estén al día. El juez del concurso desbloqueó la cantidad cumpliendo tres requisitos: el compromiso de la LFP y de la RFEF a no descender al equipo por deudas concursales, no superar los ingresos de julio y tener el dinero necesario para que la sociedad continúe con su actividad.

La Coruña respira aliviada. El Deportivo sigue siendo de Segunda aunque faltan por saber los detalles de acuerdo definitivo que, según ha trascendido, puede incluir una fecha de caducidad para el mandato del presidente del club, Augusto César Lendoiro, dando entrada a representantes de los acreedores en el consejo de administración.