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"Da rabia que equipos saneados pasemos penurias y otros sigan compitiendo"
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EL MIRANDÉS CHARLA CON 'EL CONFIDENCIAL'

"Da rabia que equipos saneados pasemos penurias y otros sigan compitiendo"

Un rara avis. En eso se ha convertido el Club Deportivo Mirandés en las últimas horas cuando ha logrado 'in extremis' seguir estando en Segunda

Foto: La plantilla del Mirandés.
La plantilla del Mirandés.

Unrara avis. En eso se ha convertido el Club Deportivo Mirandés en las últimas horas. A su sueño copero (alcanzando las semifinales y siendo eliminado por el Athletic de Bilbao) y posterior ascenso a Segunda División hace dos temporadas y a la permanencia en la categoría de Plata de la pasada campaña, hay que sumarle ahora su inusual (por momentos esperpéntica también) conversión en Sociedad Anónima Deportiva (SAD). En primer lugar, por la suscripción de acciones por parte de socios y aficionados, que alcanzaron el 41% del capital social (un millón de euros), algo que ningún club ha alcanzado a día de hoy. Y en segundo término, por la sorprendente aportación de los jugadores a ese capital en el último instante y que sirvió para que el club se mantuviera, tal y como contábamos ayer.

La campana salvó al Mirandés de un descenso que los rojillos vieron muy cerca. A seis minutos de la medianoche, cuando el tiempo se agotaba, se llevó a cabo la suscripción del resto de acciones y al ingreso del montante económico restante (1,3 millones de euros). La plantilla era la que proponía la solución, ayudando al vicepresidente Alfredo De Miguel (auténtico mecenas de toda esta situación) a salvar al equipo. “Las promesas incumplidas por parte de Vicente España nos llevaron a una situación de extrema gravedad, jugando con los sentimientos de la gente e incluso con el futuro del club, jugadores, empleados…”, comentaba el capitán Iván Agustín en una comparecencia de prensa de toda la plantilla, donde quisieron aclarar lo vivido la noche del pasado martes y cómo queda la situación en estos momentos, que no es otra que los futbolistas aportarán una cantidad en torno a los 450.000 euros para cubrir esa conversión en SAD.

“Han sido momentos muy duros y complicados”, reconocían a El Confidencial el propio jugador y el director deportivo de la entidad, Carlos Lasheras. Todo el buen trabajo de un club y un equipo modestos se podían venir al traste por la famosa conversión en SAD, ley que todavía muchos siguen sin entender en el fútbol profesional y que está llevando a la ruina a muchos clubes de este país.

“Se hace muy difícil de comprender y explicar cómo equipos con muchísima deuda siguen compitiendo, en Primera y Segunda, y nosotros, que llevamos un control total y absoluto, que miramos cada gasto con lupa para no pasarnos en cifras, que seguimos todo a rajatabla y presentamos unas cuentas buenas, hayamos pasado semejantes penurias y hayamos estado a punto de descender. Es algo que no se entiende en el futbol actual”, explica el director deportivo del club de Miranda de Ebro.

El gesto que la plantilla tuvo en el último instante para salvar el barco “es de una talla humana extraordinaria”, tal y como incide Lasheras. Los futbolistas se han identificado con el club y han arrimado el hombro para solventar una situación que, por desgracia, es muy común. “Nosotros hemos conseguido solucionarla, pero hay muchos otros compañeros que lo están pasando mal. Desde aquí, les mandamos toda la fuerza del mundo”, manifiesta Iván Agustín, jugador más veterano en las filas rojillas y uno de los ‘cabecillas’ para que todo llegara a buen puerto.

Y tras la tempestad, debe llegar la calma. O al menos eso esperan desde la parcela deportiva y, sobre todo, desde la institucional. La euforia por haber logrado casi un milagro debe ser ahora canalizada para que, como dice el mandamás en la conformación de la plantilla, “nos refuerce en cuanto a imagen de club, en cuanto a jugadores, que se nos vea como a un club sano y unido y que eso nos ayude a crecer”. Lasheras tiene claro que los malos momentos deben quedar atrás y “ahora hay que preparar al equipo para que pueda competir con las mejores garantías”.

Unrara avis. En eso se ha convertido el Club Deportivo Mirandés en las últimas horas. A su sueño copero (alcanzando las semifinales y siendo eliminado por el Athletic de Bilbao) y posterior ascenso a Segunda División hace dos temporadas y a la permanencia en la categoría de Plata de la pasada campaña, hay que sumarle ahora su inusual (por momentos esperpéntica también) conversión en Sociedad Anónima Deportiva (SAD). En primer lugar, por la suscripción de acciones por parte de socios y aficionados, que alcanzaron el 41% del capital social (un millón de euros), algo que ningún club ha alcanzado a día de hoy. Y en segundo término, por la sorprendente aportación de los jugadores a ese capital en el último instante y que sirvió para que el club se mantuviera, tal y como contábamos ayer.

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