El 'modelo Roig' para su Villarreal: Europa y cantera como 'must' tras usar el flotador de Mercadona

Fernando Roig es uno de los presidentes –y dueños– más longevos del fútbol europeo. En LaLiga es ya, desde hace años, el más veterano. En mayo se cumplirán 27 años del día en el que firmó la compra del Villarreal CF, el equipo de un pueblo de 50.000 habitantes. Hasta aquel 1997, el techo del club groguet estaba en Segunda División, sin ser tampoco un fijo de la categoría. Desde el año 2000, hasta hoy, el submarino amarillo ha competido en Primera División todas las temporadas salvo una. Precisamente, aquella traumática temporada 2011-2012 que acabó con descenso marcó un antes y un después en el modelo Roig, una forma de gestionar un club profesional con unas líneas muy claras. La entidad castellonense acaba de volver a beneficios, tras tres años en rojo, pandemia mediante. Y es el único equipo de LaLiga con el filial en Segunda.

En primer lugar, hay que retrotraerse al verano de 2012. El club cae a Segunda en un año en el que había disputado la Champions League. Aquella temporada manejaba una cifra de negocio de 68 millones de euros. En personal, invirtió casi 49 millones de euros, según datos extraídos de 2Playbook Intelligence, la unidad de datos e inteligencia de mercado de 2Playbook. Pero se fue al infierno de Segunda, y ello requirió de un esfuerzo particular de Roig. El empresario de la cerámica –propietario de Pamesa– vendió un 2,4% de sus acciones de Mercadona a su hermano, Juan Roig, por 71,6 millones de euros, según se explicó en su momento. Asimismo, traspasó algunos activos del club “para equilibrar los resultados del Villarreal, por lo que ahora es un club totalmente saneado y sin ninguna deuda”, apuntó Roig entonces. En el césped, vendió futbolistas por 50 millones de euros.

Prácticamente, hizo un equipo nuevo para subir por la vía exprés un año después. Lo consiguió, asumiendo, eso sí, 58 millones de euros de pérdidas entre el año del descenso y el de la vuelta a la élite. Ahí arranca un modelo Roig que tiene, en lo financiero, una máxima: cada cuatro años, break even acumulado. Es decir, toda inversión debe acabar con rentabilidad en ese periodo cuatrianual. Casualidad o no, son los mismos plazos que se marcan las competiciones, como la Champions League o los Juegos, para sus planes de negocio, o las televisiones –las grandes generadoras del negocio del fútbol–, que firman contratos por entre tres y cinco años.

Una de las claves del modelo económico del club castellonense es que cada cuatro años ha de dar ‘break even’ acumulado

Si se toma como partida el año de vuelta a Primera (2013-2014), el Villarreal va cumpliendo con el encargo del propietario. Al frente de la entidad, en la parcela ejecutiva, está su hijo: Fernando Roig Negueroles, CEO del club. El ejecutivo sabe bien la fórmula y ha fortalecido otro de los puntos fuertes en los que se ha destacado en este cuarto de siglo del Villarreal en Primera. La cantera es uno de los activos más importantes en la filosofía grogueta. No abundan jugadores de la región en el primer equipo, aunque hay excepciones, como la de Pau Torres, pero la base acostumbra a dar frutos cada temporada.

Con el filial en LaLiga, el club apostó este pasado verano en maximizar la rentabilidad de la cantera formada en la Ciudad Deportiva José Manuel Llaneza, que lleva el nombre de otro hombre clave en la historia de la entidad, mano derecha de Roig y que falleció en 2022. Allí se hicieron futbolistas Pau Torres, Samu Chukwueze o Nicolas Jackson. Los tres salieron del club en verano, rumbo a clubes de primer nivel europeo, y dejaron casi 90 millones de euros en la caja, según el portal especializado Transfermarkt.

Además, la entidad castellonense ha conseguido su fama como vendedora de talento externo, firmado a precio muy bajo y que, tras despuntar en el equipo, marchó a precio de oro. ¿Ejemplos? Cédric Bakambu, firmado por 7,5 millones del Bursaspor (Turquía) y vendido por 40 millones dos años y medio después al BJ Guoan chino, en plena burbuja del fútbol del gigante asiático. Por Eric Bailly pagó 5,7 millones al RCD Espanyol y lo traspasó, año y medio después, por 38 millones al Manchester United. Acaba de volver gratis a Villarreal. Y entre equipos españoles, destaca su operación con Diego Forlán, descarte del United, que fichó por 3,2 millones y tras exprimir sus goles para ser un fijo en Europa lo vendió por 21 millones al Atlético de Madrid.

Con este modelo Roig, y aunque deportivamente no está siendo un buen curso liguero, el Villarreal cuenta con un presupuesto de 144 millones para 2023-2024, una marca que ya roza los 25 millones de euros de ingresos comerciales. Y en clave de sostenibilidad y futuro: deuda financiera neta menor a tres millones, fondos propios de 84 millones y un estadio recién reformado.

*Artículo publicado originalmente en 2playbook.com.