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Víctor Muñoz: "Santamaría me lloró cuando me quedé fuera del Mundial 82"
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ENTREVISTA AL EXJUGADOR

Víctor Muñoz: "Santamaría me lloró cuando me quedé fuera del Mundial 82"

Cumplió su sueño de ser futbolista en el equipo de su vida, el Zaragoza. Luego se marchó al Barcelona, donde se le recuerda más por el Motín del Hesperia que por su juego

Foto: Víctor Muñoz, en su etapa como entrenador del Getafe. (EFE/Juan José Lahuerta)
Víctor Muñoz, en su etapa como entrenador del Getafe. (EFE/Juan José Lahuerta)

El colegio es un lugar en el que uno siempre recoge buenos frutos en forma de amigos. En el caso de Víctor Muñoz (Zaragoza, 1957), también lo hizo en el fútbol. No llegó a la cantera del Zaragoza hasta los 18 años, porque en su escuela, los Salesianos, el nivel de los equipos federados era muy alto.

Cumplió su sueño de jugar en el equipo de su vida, el Zaragoza. Allí completó cinco buenas temporadas antes de fichar por el Barcelona, donde fue uno de los líderes de un club en el que coincidió con Maradona y Menotti. Pero salió por la puerta de atrás tras el Motín del Hesperia.

Gracias a los entrenamientos vespertinos de Menotti, Víctor completó sus estudios de INEF, complementarios a los que ya tenía de Magisterio. Al marcharse del Barcelona, probó suerte en Italia y en Escocia antes de retirarse en el Zaragoza y convertirse en entrenador. Precisamente, en la capital de Aragón fue su última experiencia, en 2014. Ahora, gestiona una instalación pública deportiva en la Ciudad Condal y escribe a veces en el Mundo Deportivo.

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PREGUNTA. ¿Cómo fueron sus inicios en el fútbol?

RESPUESTA. Con mis amigos en el colegio. Yo jugaba con mis hermanos en la calle, porque el mayor tiene cuatro años más y yo le seguía. Luego se dio la casualidad de que jugamos juntos en el filial del Zaragoza.

P. ¿Cómo llegó al Zaragoza?

R. Llegué con 18 años, porque hasta ese entonces jugaba en el equipo del colegio, en los Salesianos. Estábamos federados y jugábamos prácticamente en las mismas categorías que los equipos de la cantera del Zaragoza. Había mucho nivel.

P. ¿Qué da la calle que no dan las escuelas?

R. Picardía. Yo creo que es bueno jugar en la calle y en mi época era normal. Ahora es más difícil encontrar calles para poner dos piedras y jugar.

P. Usted estudió INEF. ¿Siempre tuvo claro que quería ser futbolista?

R. No realmente. Cuando jugaba en el Zaragoza, estudié Magisterio; en Barcelona empecé INEF porque me gustaba estar vinculado al deporte en más ámbitos además del fútbol.

P. ¿De qué manera se organizaba para compaginar ambas cosas?

R. Tuve la suerte de que el entrenador era César Luis Menotti, que puso los entrenamientos por la tarde. A partir de ahí, me organicé y pude asistir todas las mañanas prácticamente. Alguna vez sí faltaba por los viajes, pero pocas.

P. Usted debutó en el Zaragoza, en 1976, en momentos de cambio en España. ¿Se notaban en el deporte?

R. En esos momentos yo estaba en la universidad, donde había mucha movida y muchas manifestaciones. Por eso vivimos los cambios directamente, no solo en el deporte. Yo veía cómo variaban las cosas diariamente.

P. En el Zaragoza coincidió con Jorge Valdano. ¿Cómo era?

R. Estaba en el Alavés y se incorporó al Zaragoza, donde formó una buena delantera con Amarilla y Pichi Alonso. Yo me fui al Barcelona y él se marchó al Madrid tres años después, cuando acabó contrato.

placeholder Jorge Valdano fue compañero de Víctor en el Zaragoza. (EFE/Biel Aliño)
Jorge Valdano fue compañero de Víctor en el Zaragoza. (EFE/Biel Aliño)

P. Tuvo de entrenador a Leo Beenhakker, del que destacan sus métodos.

R. Yo debuté en el Zaragoza con Boskov de entrenador, que era otro técnico distinto a lo que había en España en esa época. Tanto él como Beenhakker habían entrenado en Holanda, que estaba de moda en el fútbol por La Naranja Mecánica. Entrenábamos mucho con balón, que no se hacía. Hubo un tiempo en el que los entrenamientos de los equipos eran prácticamente atletismo y ellos priorizaron la pelota.

"Los entrenamientos de los equipos parecían de atletismo"

P. Radomir Antic fue compañero suyo en Zaragoza. ¿Era un entrenador en el campo?

R. Tenía mucha experiencia y jugaba de líbero. Su bagaje era superior al nuestro porque nos sacaba diez años a los que acabábamos de subir al primer equipo. Vino a Zaragoza a jugar los últimos años de su carrera y después se fue a Yugoslavia. Allí se preparó para ser entrenador y regresó al club para ocupar el banquillo. Y más tarde lo fichó el Madrid. Como jugador, era bastante técnico y golpeaba el balón muy bien.

P. ¿Cómo se fraguó su traspaso al Barcelona en 1981?

R. Yo había debutado en la Selección española cuando el Barça se interesó en mí. Recuerdo que pagaron entre 60 y 80 millones de pesetas (360/480.000 euros) para incorporarme. El Zaragoza necesitaba ingresos y optaron por mi venta.

P. El entrenador era Udo Lattek. ¿Qué tal con él?

R. Fue mi primer entrenador en el Barça. El primer año, tuvimos una fase muy buena en el inicio, porque hicimos un trabajo espectacular en el aspecto físico. Íbamos líderes en Liga, pero luego hubo muchas lesiones y nos recortaron muchos puntos. Finalmente, perdimos el campeonato.

P. Decían que sus entrenamientos eran muy físicos.

R. Así es. Él basaba sus entrenamientos en lo físico, por eso empezamos tan fuertes en Liga ese primer año. Creo que sacamos muchos puntos de ventaja. Pero en las últimas cinco o seis jornadas -por lesiones, baja forma o problemas psicológicos- sumamos pocos puntos.

placeholder Maradona jugó con Víctor en el Barcelona. (EFE/Javier Lizón)
Maradona jugó con Víctor en el Barcelona. (EFE/Javier Lizón)

P. Maradona fue el flamante fichaje en 1982. ¿Qué cambió con su llegada?

R. Lo revolucionó todo porque era un superclase. Luego llegó Menotti, con el que hizo una buena sociedad. Aunque ganamos alguna competición, tuvimos problemas porque era un cambio muy radical en la forma de entrenar. Además, Maradona era muy joven, no estaba hecho y se tenía que adaptar. Tuvo el problema de la fractura del tobillo y la hepatitis. Su etapa acabó con ese partido ante el Athletic de Bilbao de la Copa del Rey, donde se perdieron los nervios. Diego siempre tuvo algún problema adicional que impidió que rindiese a su verdadero nivel. Si hubiera estado diez años en el club, el Barça habría sido campeón muchas veces.

P. ¿Lo intentaron convencer para que se quedara?

R. Todo acabó muy rápido tras aquella trifulca en el final de la temporada. Tampoco hubo tanta comunicación como para sentarnos con él y hablar del tema. Justo después de la final de Copa, se habló del traspaso al Nápoles y todo se encarriló. Además, él hubiera tenido una sanción grande después de lo ocurrido. No recuerdo que habláramos directamente con Diego en esa fecha.

"No sé si Maradona fue el más genial, pero sí uno de ellos"

P. ¿En qué lugar del fútbol lo coloca?

R. Entre los genios sin duda. No sé si fue el más genial, pero sí uno de ellos. Fue un referente. Técnicamente, era un superdotado. El peligro era el entorno que tenía alrededor. Messi, por ejemplo, ha jugado en otras condiciones, con otros campos… Leo ha perdurado más en el tiempo, porque ha sido mucho más continuo.

P. ¿A qué se refiere cuando habla del entorno?

R. A los campos, a los árbitros… Las entradas que le hacían a Diego eran durísimas. Y no solo era eso también los balones, la ropa, las herramientas… Todo lo que rodeaba al fútbol ha cambiado. Y, sobre todo, las imágenes, porque ahora se protege mucho más al jugador.

Foto: El entrenador César Luis Menotti. (Getty/Ricardo Ceppi).

P. ¿Qué les aportó Menotti, más allá de cambiar los entrenamientos a la tarde?

R. Su filosofía, su forma de hablar. Explicaba las cosas de forma excelente, aunque luego costaba llevarlas a cabo en el campo. Era un genio. Él venía con una idea clara de juego e hizo muchísimos cambios. En los 80 se jugaba al marcaje al hombre y llegó con la zona, el achique de espacios. También salíamos jugando desde atrás, algo impensable en esa época.

P. Cuando usted llegó a Barcelona, todavía no habían ganado la Copa de Europa. ¿Era un trauma para el club?

R. La primera se ganó en el 92, cuando yo ya no estaba. Yo jugué la final de 1986 y tuvimos mala fortuna. Prácticamente, estábamos malditos en Europa. Cuando llegaron a la final del 92, aquel equipo ya tenía experiencia porque había ganado la Recopa de Europa en 1989.

"En la final de 1986 salimos al campo pensando que el gol llegaría antes o después"

P. ¿Qué falló en el 86?

R. Creo que salimos al campo pensado que el gol llegaría antes o después. No ganamos porque no salimos con la convicción de darlo todo desde el primer momento, sino de esperar porque íbamos a ganar seguro. En las finales hay que salir convencidos.

P. También fue entrenado por Luis Aragonés. ¿Se le reconocen sus méritos en el fútbol español?

R. Sí, yo creo que sí. Su apodo lo dice todo: El Sabio de Hortaleza. Tenía una forma de ser y una forma de gestionar los equipos, a los que les daba una impronta peculiar. En la Selección fue capaz de ganar la Eurocopa, el primer título importante desde 1964. Fue el que inició ese periodo dorado del fútbol español. Nosotros llegamos a la final de la Eurocopa en 1984, pero no ganamos.

P. La temporada de Luis en Barcelona concluyó con el Motín del Hesperia. ¿Cómo se llegó a eso?

R. Luis llegó al club en un momento difícil, porque el equipo no se había reestructurado después de la final de Copa de Europa de 1986. Con Aragonés ganamos la Copa del Rey en 1988, cuando nadie daba un duro por nosotros. Tuvimos un año complejo, porque teníamos cuatro jugadores extranjeros en la plantilla y solo podían jugar dos. El tema del Motín del Hesperia llegó por los derechos que imagen, ya que hicimos dos contratos con el Barça, el federativo y ese. Hubo problemas con esa decisión del club y no lo resolvían. Por eso estábamos muy impresionados con lo que ocurría y vimos que era injusto lo que sucedía. Simplemente fue una declaración.

P. ¿Cómo fue su relación con Núñez y Gaspart antes de aquello?

R. Era una relación normal. En los últimos años, como yo era capitán, teníamos más trato. Eran dos personas muy vinculadas al Barcelona. En un momento determinado, tuvimos divergencias, pero no creo que fuera un gran escándalo. El Motín del Hesperia fue manifestar la postura de los jugadores, algo que veo con naturalidad.

placeholder Núñez fue presidente del Barcelona entre 1978 y 2000. (EFE/Enric Fontcuberta)
Núñez fue presidente del Barcelona entre 1978 y 2000. (EFE/Enric Fontcuberta)

P. Usted fue uno de los líderes. ¿Participar fue su carta de salida del Barcelona?

R. Yo acababa contrato ese mismo año y no hubiera seguido. Tenía la intención de jugar en el extranjero, así que no me produjo ningún problema que no me renovaran el contrato. Antes de retirarme en el Zaragoza, me dio tiempo a jugar en Italia y un periodo corto en Escocia.

P. ¿Por qué eligió el fútbol italiano? No sé si influyó Boskov…

R. No, no. Yo elegí el fútbol porque Italia era en aquel momento como ahora la Premier: la mejor liga del mundo. La mayoría de los jugadores importantes iban a Italia en esa época, por eso acabé allí. Luego salí a Escocía para aprender inglés y conocer el fútbol británico.

P. ¿Aprendió inglés?

R. Scottish (risas).

P. Jugó en la Sampdoria. ¿Qué tal la adaptación a Génova?

R. Bien, bien. El italiano lo dominé bien al cabo de un año. Allí viví la rivalidad entre la Sampdoria y el Genoa. En esa época, teníamos un gran equipo y le ganamos la Copa de Italia al Nápoles de Maradona. En Liga, además, ocupamos buenas posiciones en esas dos temporadas. Y ganamos la Recopa de Europa en el 90. Era un equipo que jugaba por títulos y que tenía un nivel muy alto.

P. La plantilla tenía jugadores como Mancini, Vialli y Toninho Cerezo.

R. La figura era Mancini, que formó una dupla increíble con Vialli. Vialli hizo buenos años en la Sampdoria, pero luego siguió a un gran nivel en la Juventus y en el Chelsea. Era un equipazo sin duda.

"Las figuras del 'calcio' no eran los extranjeros, sino los italianos"

P. Solo había tres extranjeros por equipo. ¿Cómo eran esos vestuarios?

R. A mí me fichó Boskov porque me conocía. Las figuras de todas formas no eran los extranjeros, porque los jugadores italianos tenían muchísimo nivel. El presidente fichó a jugadores jóvenes con proyección y los arropó para que crecieran. Ahí estaban Vialli, Mancini, Carboni… La mayoría fueron pilares de la selección italiana.

P. Usted no disputó el Mundial 82 con la Selección.

R. Santamaría me lloró cuando me lo perdí porque confiaba mucho en mí. Fue una lástima, ya que me lesioné el quinto metatarsiano en el mes de mayo. El Mundial era un junio y no pude jugarlo. Luego sí jugué el Mundial 86 y las Eurocopas del 84 y del 88.

P. ¿Con la Selección vivió los peores momentos de su carrera?

R. En el 84 fue un éxito llegar a la final porque había equipos espectaculares como Alemania y Dinamarca. Perdimos contra Francia, que era la anfitriona y tenía uno de los mejores jugadores del momento, Platini. En las semifinales quedamos muy dañados por aquella regla de la acumulación de tarjetas.

placeholder Platini fue el líder de la Francia que venció a España en la Euro 84. (EFE/Yoan Valat)
Platini fue el líder de la Francia que venció a España en la Euro 84. (EFE/Yoan Valat)

P. En el 86 parecía que el equipo aspiraba a más.

R. Tuvimos una gran actuación, pero nos eliminó Bélgica en los penaltis. En las semifinales, nos hubiera tocado Argentina. Se habían incorporado a la Selección grandes jugadores como Míchel y Butragueño. Fue un Mundial raro, porque no perdimos ningún partido.

P. ¿Tuvo claro tras la retirada que quería ser entrenador?

R. Sí, sí, me estaba preparando para entrenar y para seguir vinculado al fútbol como entrenador. Lo pensé y me formé para eso. Cuando estaba en activo, me fijaba mucho en los ejercicios y siempre aspiré a entrenar. Y aproveché la oportunidad cuando me tocó.

P. ¿Era de los que hablaba mucho con los entrenadores?

R. Claro, me quedaba tras el entrenamiento, hablaba con ellos y les preguntaba. Siempre estaba en contacto con el técnico porque quería entender las cosas.

P. Usted fue uno de los primeros entrenadores de Fernando Roig en el Villarreal. ¿Qué tenía de especial ese proyecto?

R. Cuando yo llegué, era uno de los primeros años en Primera de manera estable, porque antes había estado subiendo y bajando. A mí me destituyeron y llegó Pellegrini, que empezó la época dorada del club. El proyecto ya se veía venir porque incorporamos grandes jugadores como Belleti, Reina, Marcos Senna… Si hubiéramos seguido en el Villarreal, creo que hubiéramos tenido éxito porque estuvimos cerca de ganar una Copa del Rey. También tenían muy presente el trabajo de cantera, con una visión moderna. Y solo hay que fijarse en lo que han construido.

P. El Zaragoza lleva 10 años en Segunda. ¿Tiene solución el asunto?

R. Sí, claro. Hay que hacer un equipo con buenos jugadores que sea capaz de subir a Primera División. El problema es que eso no lo hacen. Y que no tienen esa paciencia como para mantener un equipo durante dos o tres temporadas con un proyecto sano y claro. El Zaragoza tiene que estar en Primera porque tiene afición, medios y un estadio que, además, lo van a modificar. Tarde o temprano regresará a la élite

"¿Volver a entrenar? Ahora estoy descatalogado"

P. ¿El banquillo lo ha dejado o sigue a la espera de alguna oportunidad?

R. Ahora es como si estuviera descatalogado. Podría entrenar, porque, de hecho, estuve en China hace un par de años. Y estoy muy activo, porque sigo viendo mucho fútbol pero tampoco tengo esa necesidad. Me tienen que venir a buscar.

P. ¿Qué es más difícil, colgar las botas o dejar los banquillos?

R. Colgar las botas. Desde pequeño, siempre sueñas con convertirte en futbolista. Cuando eres jugador, vives para jugar. Eso te divierte y te despreocupa. Vives del fútbol. Además, este deporte me ha dado muchas experiencias.

El colegio es un lugar en el que uno siempre recoge buenos frutos en forma de amigos. En el caso de Víctor Muñoz (Zaragoza, 1957), también lo hizo en el fútbol. No llegó a la cantera del Zaragoza hasta los 18 años, porque en su escuela, los Salesianos, el nivel de los equipos federados era muy alto.

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