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El refugiado pateado por la periodista húngara será entrenador en Getafe
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GRACIAS A MIGUEL ÁNGEL GALÁN, DIRECTOR DE CENAFE

El refugiado pateado por la periodista húngara será entrenador en Getafe

Una de las historias más crueles vistas en los últimos días tendrá final feliz gracias al balón: Miguel Ángel Galán, director de la escuela de entrenadores CENAFE, traerá a Madrid a Osama Abdul Mohsen

Foto: Osama Abdul Mohsen y su hijo, tratando de huir de Hungría tras la patada de Petra Laszlo.
Osama Abdul Mohsen y su hijo, tratando de huir de Hungría tras la patada de Petra Laszlo.

Hace unas semanas, una vergonzosa imagen conmocionaba al mundo entero. Decenas de refugiados sirios, que previamente se habían visto obligados a abandonar su país por culpa de una cruel guerra, se encontraban en Roeszke, un punto entre la frontera de Hungría y Serbia desde el que buscar una mejor vida en el viejo continente. Los medios de comunicación se desplazaron hasta el lugar para filmar lo que estaba sucediendo, cuando la policía magiar también apareció en el lugar: una avalancha, una patada y un llanto inconsolable que, ahora, el balón puede convertir, de nuevo, en una sonrisa.

Aquel triste día, una periodista de la cadena húngara N1, de nombre Petra Laszlo, fue cazada por otros compañeros de profesión mientras pateaba a los refugiados que huían de la policía. Sin duda, la imagen más impactante fue aquella en la que la agresión de esta 'informadora' acababa con un padre y su hijo, al que llevaba en brazos, rodando por el suelo. Las imágenes del pequeño de siete años llorando de terror dieron la vuelta al mundo: pero lo que muy poca gente conocía es que ese hombre que huía junto a ese crío era un entrenador de fútbol de primer nivel en Siria.

Osama Abdul Mohsen fue, durante varias temporadas, el entrenador del Al-Fotuwa, el club más grande de Siria durante los primeros años de la década de los noventa. Sin embargo, la cruel guerra desatada en su país le obligó a tener que huir hacia un destino mejor, buscando refugio en cualquier lugar de Europa donde poder vivir en paz. Tras su triste paso por Hungría, por fin alcanzaría, tras 12 días de duro viaje, su principal objetivo: Múnich, donde ya se encontraba su otro hijo de 18 años y donde la única idea que tenía en mente era poder reunir de nuevo a toda su familia.

Pero, tal y como informa el diario As este miércoles, el destino le ha querido sonreír después de unas semanas realmente difíciles. Mientras clubes como el Real Madrid, la Real Sociedad, Eibar o Granada han ofrecido su ayuda incondicional a los refugiados, otros incluso se han atrevido a dar un paso más. Miguel Ángel Galán, director de la escuela de entrenador de CENAFE, sabedor de la profesión de Osama en Siria, ha decidido darle una oportunidad en Madrid: su idea no es otra más que traer a toda la familia a Getafe para que el progenitor pueda volver a dirigir a un equipo de fútbol.

Así, en primer lugar, Galán contactó con un alumno suyo nacido en Marruecos para preguntarle si tendría problema en viajar a Múnich en busca de esta familia. Tras el consentimiento de éste, a través de otros periodistas consiguió contactar con Osama. que, incrédulo, no dudó en aceptar la oferta de Galán para viajar a Madrid. Así, según informa As, en las próximas horas tomarán un tren hacia París para después subir a otro con destino a Barcelona y, desde ahí, terminar por recalar en la capital española, donde Galán les espera con un hogar y una oferta de trabajo.

Después de tanto sufrimiento, Osama Abdul Mohsen podrá, por fin, volver a disfrutar del fútbol desde los banquillos. Su primer problema será superar la barrera lingüística para poder entrenar a sus jugadores de manera fluida, pero hay más motivos para su esperanza: aquel niño de siete años que lloraba desconsolado en Hungría tendrá la oportunidad de pelear por su nuevo sueño: ser futbolista. No sólo tendrá todas las facilidades para tratar de conseguirlo, sino que podrá hacerlo junto a su padre, un hombre que vuelve a sonreír gracias a la generosidad del director de la escuela de entrenadores de CENAFE.

Hace unas semanas, una vergonzosa imagen conmocionaba al mundo entero. Decenas de refugiados sirios, que previamente se habían visto obligados a abandonar su país por culpa de una cruel guerra, se encontraban en Roeszke, un punto entre la frontera de Hungría y Serbia desde el que buscar una mejor vida en el viejo continente. Los medios de comunicación se desplazaron hasta el lugar para filmar lo que estaba sucediendo, cuando la policía magiar también apareció en el lugar: una avalancha, una patada y un llanto inconsolable que, ahora, el balón puede convertir, de nuevo, en una sonrisa.

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