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El independentismo y Cataluña también entran en la campaña electoral del Barça
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LAPORTA APUESTA POR LA CUESTIÓN POLÍTICA

El independentismo y Cataluña también entran en la campaña electoral del Barça

Joan Laporta quiere marcar diferencias con la última Junta y la cuestión política será uno de sus principales argumentos

Foto: Joan Laporta en una foto de archivo (Efe).
Joan Laporta en una foto de archivo (Efe).

Joan Laporta ha introducido a “Catalunya”, así, como concepto y en general, en las elecciones para presidir el FC Barcelona. El anuncio del expresidente azulgrana de que se presentará a las elecciones ha animado, como era previsible, el cotarro, pero también ha evidenciado que el debate no estará tanto en el modelo deportivo del club y sí en otros asuntos más etéreos como la catalanidad, el carisma y los valores. Josep María Bartomeu tiene motivos para estar preocupado porque en la arena de la dialéctica, Laporta es capaz de darle un buen revolcón. Por eso, la estrategia de Bartomeu básicamente es la de hablar lo menos posible durante la campaña.

El triplete conseguido por el equipo de Luis Enrique deja fuera del debate el ámbito deportivo y Laporta lo sabe. Por ello, en el vídeo en el que confirmó que se presentaba, dejó así de claro dónde centrará su discurso: “Para mí el Barça es más que un club. Más que un club es una declaración de principios. Es un modelo basado en Cruyff, La Masía, Catalunya y Unicef”.

Laporta, que siempre ha mostrado de manera absolutamente desinhibida su independentismo, vuelve a poner sobre el tapete el papel que, según él, debe ocupar el Barcelona como club en el terreno político, algo que Bartomeu ha evitado todo lo que ha podido. Durante la última Asamblea de socios compromisarios, por ejemplo, sólo la presión social le llevó a apuntar al Barça al registro de entidades a favor del derecho a decidir.

Bartomeu, que presentará el viernes su proyecto de precandidatura, es consciente de que debe agarrarse a los éxitos deportivos y a Luis Enrique; procurará distanciarse del asunto político porque ni le conviene, ni se siente cómodo. Sus asesores le han aconsejado que reduzca al mínimo sus intervenciones públicas. Cuanto menos hable, menos puede equivocarse, pero todos saben que Laporta irá a la yugular y no les resultará fácil evitarle. Jordi Majó también se presenta mañana y con su perfil de hombre tranquilo pondrá el acento en la necesidad de una tercera vía alejada de las luchas intestinas y los ‘ismos’. El último en saltar a la arena será Laporta, que hablará el lunes desde la sede de su candidatura.

Todos los precandidatos a la presidencia del club están intentando captar a barcelonistas insignes para presentarles como trofeos. Los teléfonos de Puyol, Bakero y Koeman, por ejemplo, echan humo estos días, pero la sospecha es que al final de lo que se hablará más durante la campaña es de Qatar y el estado islámico, de imputaciones, de quién defiende más a Catalunya, de los espionajes a vicepresidentes y jugadores y las facturas de la última etapa de Laporta incluyendo el pago del pollo del domingo en la “Rostissería Rosita” de San Cugat presuntamente con la tarjeta del club, de Unicef y del independentismo. De todo aquello, en fin, que sirva como arma arrojadiza. El ‘fair play’ que pedía Bartomeu cuando convocó elecciones -y que luego él mismo se saltó a la torera cuando su último día como presidente lo convirtió en su primer acto electoral con el triplete, los aplaudidores y la renovación exprés de Luis Enrique- puede ser el gran ausente de esta campaña. Laporta ya avisó que no pensaba guardar ‘fair play’ con quien no lo había tenido, en alusión a la demanda de responsabilidad civil.

Joan Laporta ha introducido a “Catalunya”, así, como concepto y en general, en las elecciones para presidir el FC Barcelona. El anuncio del expresidente azulgrana de que se presentará a las elecciones ha animado, como era previsible, el cotarro, pero también ha evidenciado que el debate no estará tanto en el modelo deportivo del club y sí en otros asuntos más etéreos como la catalanidad, el carisma y los valores. Josep María Bartomeu tiene motivos para estar preocupado porque en la arena de la dialéctica, Laporta es capaz de darle un buen revolcón. Por eso, la estrategia de Bartomeu básicamente es la de hablar lo menos posible durante la campaña.

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