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¿Falta de hambre? ¿Cansancio? El Madrid echa por tierra la euforia de Múnich
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casi adiós a la liga tras pasar a la final

¿Falta de hambre? ¿Cansancio? El Madrid echa por tierra la euforia de Múnich

La voracidad que derrocharon los blancos contra el Bayern parece haber desaparecido en los encuentros ligueros, donde ha dicho adiós la lucha por el título

Foto: El Real Madrid se dejó en Valladolid buena parte de sus opciones en la Liga.
El Real Madrid se dejó en Valladolid buena parte de sus opciones en la Liga.

Salía el Real Madrid del Allianz Arena y en el bolsillo de los jugadores había un título inmaterial, pero sabroso y que varios de esos futbolistas llevaban muchos años buscando y no encontrando. Tras cuatro años sin pasar de semifinales, el Madrid conseguía romper esa barrera psicológica y alcanzar la final. El techo reciente del club se superaba y una losa muy pesada dejaba de romper las espaldas merengues. El inconveniente de esa efervescencia momentánea es que, para desgracia de los madridistas, aún quedaba casi un mes para alcanzar ese día tan señalado y anhelado en el calendario, para ese viaje a Lisboa. Queda aún Liga por jugar. Quedaba Liga por disputar.

La inspiración madridista pareció morir cuando el árbitro señaló el final del partido contra el Bayern de Múnich. Desde entonces no se ha vuelto a ver ni un pequeño matiz similar a lo que mostró entonces el Madrid, lo cual fue el mejor partido de los últimos años. Eso es decir mucho y podía justificarse un bajón físico y mental, pero que suceda en los partidos decisivos del campeonato de Liga es, cuanto menos, llamativo. ¿No le quedan energías a los blancos en las piernas? ¿Les es suficiente con jugar (e intentar ganar) la final de Champions?

La respuesta a dichas cuestiones dista mucho de estar clara. La demostración de Múnich fue la de un equipo sobrado de fuerzas y de hambre competitiva, por lo que parece imposible que tal voracidad muriese de la noche a la mañana. Sin duda la Liga es una competición menor en comparación con la ansiada ‘Décima’, pero la competición de la regularidad sólo ha acabado ganándola el Real Madrid una vez de los últimos seis años, un dato especialmente flojo para el equipo más laureado de este país. Ganar la Liga no era una obsesión, como sí lo es la Champions League. Es, en cambio, casi una obligación.

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Tanto en el partido del Bernabéu contra el Valencia como en éste último en Zorrilla, la suficiencia ofensiva del Real Madrid fue suficiente para que las ocasiones fueran más en mayor número blancas. Sin embargo, el juego fue fluido en escasísimos instantes de ambos choques. Se achacó contra los ches la ausencia de Modric en la falta de creatividad del Madrid, pero su entrada en el once contra el Valladolid no supuso ese salto de calidad que requería el equipo. Aportó trabajo y sacrificio, pero no encontró la complicidad de sus compañeros en tal aspecto. Y el empate del Valladolid, con el Madrid encerrado en área propia, llegó con Alonso, Modric, Illarramendi y Marceloen el campo. Sólo faltaronKhedira y Casemiro para completar el quinteto de centrocampistas sobre el verde.

El pasado domingo jugó la BBC al completo y tan sólo mojó Cristiano. Este miércoles, faltó de inicio Gareth Bale y Ronaldo tuvo que salir del terreno de juego a los diez minutos por unos problemas físicos. Ante tal panorama y como Benzema como única ‘B’ del trío atacante, Ancelotti lo sustituyó cuando había que aguantar el partido por Marcelo. Es decir, que los únicos jugadores puramente ofensivos que acabaron el choque de Pucela fueron Di María y Morata.

La ‘razón física’ del repentino bajón blanco es, quizás, la más factible y tan sólo hay que remitirse al parte de bajas. Como decimos, Cristiano Ronaldo salió del campo sustituido por Morata, no se encontraba bien, con los “músculos fatigados”, según el club. Cuando los cambios se agotaron, Pepe terminó el partido cojeando, jugándose una lesión más grave y, por lo tanto, su puesto en la final del 24 de mayo. Y cuando expiraba el partido, Di María hizo un gesto extraño con el cuerpo y cayó desplomado, con aparentes problemas físicos. Esas tres molestias de tres pilares se unen a una lista de ‘dudas’ o descartados para jugarse la Champions contra el Atlético de ocho jugadores, donde también están Jesé, Arbeloa, Varane, Carvajal y Bale. Lo ‘bueno’ para el Madrid, que tienen 17 días en los que no se ‘jugarán’ casi nada y podrán pensar en recuperar a los lesionados para Lisboa.

Salía el Real Madrid del Allianz Arena y en el bolsillo de los jugadores había un título inmaterial, pero sabroso y que varios de esos futbolistas llevaban muchos años buscando y no encontrando. Tras cuatro años sin pasar de semifinales, el Madrid conseguía romper esa barrera psicológica y alcanzar la final. El techo reciente del club se superaba y una losa muy pesada dejaba de romper las espaldas merengues. El inconveniente de esa efervescencia momentánea es que, para desgracia de los madridistas, aún quedaba casi un mes para alcanzar ese día tan señalado y anhelado en el calendario, para ese viaje a Lisboa. Queda aún Liga por jugar. Quedaba Liga por disputar.

Cristiano Ronaldo Gareth Bale
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