El manual de psicología de Pizzi engancha a un vestuario que ya comienza a creer

Cuestiones futbolísticas al margen, que también han tenido su repercusión, la cercanía de Juan Antonio Pizzi con sus jugadores ha sido fundamental para la transformación del Valencia. Los próximos resultados marcarán el futuro del equipo, para comprobar si su resurrección ha sido fruto de la casualidad, pero en apenas una semana el cambio ha sido radical. El particular manual de psicología del entrenador argentino ha sido clave para unos jugadores que antes no creían y ahora comienzan a tener fe en su nuevo jefe.

“Todo ha cambiado un poco. El nuevo entrenador trata de inculcarnos su manera de ver el fútbol y hay que reconoce que en los dos últimos partidos se ha visto otro Valencia”. Dani Parejo resume con sus palabras el sentimiento del vestuario, renacido con la cercanía del argentino. Pizzi se ha ganado al equipo teniendo un contacto más directo y fluido con los futbolistas, algo que no sucedía con Djukic, que en las primeras semanas de pretemporada comenzó a perder el control del vestuario.

Un trato más cercano con el jugador ha servido para que Pizzi entre con el pie derecho en el Valenca. Los futbolistas agradecen el cambio y en el terreno de juego han demostrado en dos partidos -Levante y Atlético de Madrid- que el nuevo método ha tenido una positiva e inmediata respuesta. Los integrantes del plantel echaban de menos el diálogo en la pasada etapa. No sólo a nivel individual, también colectivo.

El técnico argentino ya ha mantenido diferentes reuniones individuales con varios futbolistas de la plantilla valencianista. Una práctica nada habitual con Djukic y que en el grupo ha sido asumida con satisfacción. En estos primeros días al frente del Valencia, el entrenador ha querido tener un contacto directo y cercano con los futbolistas. No sólo se han tratado de reuniones meramente técnicas; Pizzi quiere ir conociendo poco a poco a todos sus jugadores y saber más a fondo sus impresiones sobre la situación del equipo.

No sólo se ha quedado en eso Pizzi. En las reuniones en grupohay más actividad y mucha más comunicación. Y no sólo en la Ciudad Deportiva de Paterna… En los dos encuentros que ha dirigido al Valencia, ha habido un contacto más directo y, sobre todo, más constante. En la anterior etapa, el vestuario echó de menos en muchos momentos que Djukic expresara sus sensaciones con más efusividad. Apenas había diálogo, algo que por el momento no está sucediendo con el Lagarto. Más bien todo lo contrario…

Otro aspecto que no ha pasado desapercibido a ojos del vestuario es el comportamiento de su técnico durante los partidos. Pizzi se mantiene fuera del banquillo en todo momento, pero dando órdenes sin parar o protestando al colegiado cuando toca. Esa frenética actividad también ha sido valorada notablemente por los futbolistas, que con Djukic no sentían el mismo estímulo desde la banda.

El trabajo diario, además,ha sufrido un giro radical con la llegada de un preparador físico que ha activado de inmediato a los jugadores. Antes, en privado, censuraban la monotonía de los ejercicios que realizaban, pero ahora todo ha variado. Un hiperactivo Alejandro Richino ha llenado de vistosidad y dinamismo las sesiones de trabajo. El uruguayo, apodado en por algunos como ‘el profesor chiflado’, ha calado en el vestuario, que ahora disfruta con ejercicios variados, exigentes y que mantienen en permanente tensión al plantel.