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Un Atlético de Madrid imperial continúa dispuesto a atropellar al Barcelona
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GOLEÓ SIN DESPEINARSE AL BETIS

Un Atlético de Madrid imperial continúa dispuesto a atropellar al Barcelona

No encuentra límites este Atlético, sujetado por su entrenador e impulsado por un Diego Costa al que no se le adivina techo. A la precisa maquinaria va incorporando Simeone fichas, dentro de esa competencia interna tan predicada por el técnico argentino.

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No encuentra límites este Atlético, sujetado por su entrenador e impulsado por un Diego Costa al que no se le adivina techo. A la precisa maquinaria va incorporando Simeone fichas, dentro de esa competencia interna tan predicada por el técnico argentino. En esas apareció Oliver Torres, diamante por pulir y que quema etapas a velocidad de vértigo. También se enganchó David Villa, necesitado de goles para que no decayera su espíritu pese al cariño que despierta entre todo el equipo y la afición. Resucitado el Guaje y superado con nota el estreno de la perla de la cantera rojiblanca, el Atlético sacó de pista a un Betis que tiene mala pinta si no logra ajustarse a tiempo. Crédito no le sobra a Pepe Mel pese a su historial.

Apenas se sentaba el público en el Calderón cuando el bisoño Oliver Torres hacía rugir al Calderón con el 1-0. El canterano, que debutaba como titular en el primer equipo, se estrenaba a lo grande. Ni quince segundos pasaron desde que sacó el Atlético del centro del campo y el 16 rojiblanco introdujo el balón en la red. Con el escenario deseado por Simeone, sin la obligación de llevar el protagonismo del partido, los rojiblancos pusieron en práctica el guión tan trabajado. Bien pertrechado atrás, mordía el equipo del Manzanares cada vez que el Betis dudaba. El equipo de Mel, agitado en exceso por las dudas de este inicio de campaña, no encontraba los espacios ante el muro levantado por los de Simeone.

No es el conjunto rojiblanco un equipo virtuoso. Tampoco lo pretende pues carece de las herramientas para ello. Ausente Arda Turan por lesión, dio el Cholo pista a la gran esperanza atlética. Ningún canterano ha despertado tanta admiración entre la parroquia del Calderón como el menudo Oliver Torres. Le tiene fe Simeone al chaval, pero respeta los tiempos del fútbol, algo poco habitual en esto tiempos de tanto vértigo y tanta ansiedad por lo inmediato.

No se amilanó Torres ante su gran estreno y pronto tomóel mando de las operaciones rojiblancas. Él marcaba el tiempo de la jugada, acelerando y poniendo pausa en función de las necesidades del juego. Aparecía siempre al compañero bien colocado para recibir. Con el niño doctorándose en el Manzanares, el Atlético volvía a dar una lección de cómo dominar los espacios, que no el balón. A falta de futbolistas de pasarela, ejerce en cada partido un acto coral atrapado por el espíritu de su entrenador, obsesivo por cada detalle. Si el Atlético tenía las ideas claras, los de Pepe Mel seguían buscándose. No hubo noticias de Courtois en la primera parte.

La noche estaba para reinvidicaciones, con un rival más asustado que predipuesto al combate. Andaba algo triste Villa ante la falta de tino de cara al gol. Y en apenas 4 minutos de la segunda parte se quitó amarras y dejó abrochado el partido con dos goles. Volvió el Guaje a ver puerta y lo celebró Simeone, consciente de la importancia del 9 para el grupo. No necesitó el Atlético un gran ejercicio. Le bastó con una correcta actuación sin estridencias en defensa y la inspiración de sus hombres de ataque, voraces e insaciables como todo el grupo. A la fiesta de Villa se unió el hispano brasileño Diego Costa. El asturiano filtraba un pase al espacio, Perquis desconocía por donde sonaba la música, y el 19 ponía el cuarto. No se le adivina techo al jugador de Lagarto. Cuando agonizaba el partido, Gabi redondeo la goleada con el quinto de la noche, desatando la locura de un Calderón entregado a su equipo.

Goleo con puño de hierro el Atlético, agitado desde el alma por su entrenador. La obsesión casi febril con la que vive cada encuentro habla de la mano de su entrenador, que logra que sus futbolistas lleven a la práctica el mensaje que repite semana tras semana a los medios. El Atlético sigue volando alto.

- Ficha técnica:

5 - Atlético de Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe; Óliver Torres (Adrián, m. 60), Gabi, Tiago, Koke (Cristian Rodríguez, m. 68); Diego Costa (Raúl García, m. 76) y Villa.

0 -Betis: Sara (Andersen, m. 46); Juanfran, Perquis, Jordi Figueras, Didac Vila; Lolo Reyes (Jorge Molina, m. 46), Matilla, Nosa; Vadillo (Nono, m. 63), Chuli y Cedrick.

Goles: 1-0, m. 1: Oliver Torres culmina una jugada colectiva en el segundo palo. 2-0, m. 52: Villa cabecea un centro de Filipe desde la banda izquierda. 3-0, m. 54: Villa regatea en el área y bate a Andersen. 4-0, m. 65: Diego Costa, con un disparo cruzado. 5-0, m. 90: Gabi, de tiro raso al borde del área.

Árbitro: Martínez Munuera (C. Valenciano). Amonestó al visitante Nosa (m. 20).

Incidencias: Partido correspondiente a la décima jornada de la Liga BBVA, disputado en el estadio Vicente Calderón ante unos 42.000 espectadores. Antes del inicio del encuentro se guardó un minuto de silencio en memoria de la piloto de Fórmula Uno María de Villota, que participó en la Superliga Fórmula con el equipo del Atlético de Madrid durante los años 2009 y 2010.

No encuentra límites este Atlético, sujetado por su entrenador e impulsado por un Diego Costa al que no se le adivina techo. A la precisa maquinaria va incorporando Simeone fichas, dentro de esa competencia interna tan predicada por el técnico argentino. En esas apareció Oliver Torres, diamante por pulir y que quema etapas a velocidad de vértigo. También se enganchó David Villa, necesitado de goles para que no decayera su espíritu pese al cariño que despierta entre todo el equipo y la afición. Resucitado el Guaje y superado con nota el estreno de la perla de la cantera rojiblanca, el Atlético sacó de pista a un Betis que tiene mala pinta si no logra ajustarse a tiempo. Crédito no le sobra a Pepe Mel pese a su historial.

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