¿Se dirán a la cara Florentino y Rosell lo que piensan y filtran el uno del otro?

SandroRoselly FlorentinoPérezpasan por ser de los personajes más relevantes más allá de su cargo como presidentes de Barcelona y Real Madrid. Antes era amigos, tal y como confesó el máximo mandatario blanco en repetidas ocasiones. Sin embargo, su relación actual dista mucho de ser la que en el verano de 2003 sirvió para que el entonces ejecutivo deNike'facilitara' elfichajedeRonaldopor el equipomadridistao la que era en 2010, cuando el ya presidenteazulgranallamaba a su colega para pedirle consejos en sus primeros meses como jefe delCampNou. Ahora se hablan lo justo y necesario, nada más. Mantendrán las formas. Seguro. Pura deportividad.

Hoy primero compartirán mesa y mantel en el restauranteNeichel, para después colocarse en primera línea del palco delCampNou para sufrir o disfrutar del primer Clásico de la temporada. Barcelona y Real Madrid son enemigos irreconciliables, aunque la ausencia de unos técnicos con tantapersonalidadcomoMourinhooGuardiolaha rebajado la tensión vivida en temporadas anteriores.

RosellyPéreztendrán oportunidad de decirse a la cara muchas de las cosas que uno y otro dicen de su rival sin un micrófono delante. Lo sucedido conNeymar, sazonado con otras diferencias, ha distanciado a ambos dirigentes. Uno y otro iniciaron en 2011 una guerra fría, que ahora mismo está en su punto más álgido. Real Madrid y Barcelona han peleado por un jugador que inició la carrera firmando un acuerdo con el equipo blanco y que la ha terminado deazulgrana.

En esos dos años dedesenfrenadacarrera ha valido todo para el dirigente culé. Desde subirse al autobús de la selección brasileña, ayudado en su amistad con elexpresidentey ahora refugiado en Andorra RicardoTeixeira, hasta regalar relojes de 6.000 euros con tal de no verle ponerse la camiseta del eterno enemigo.

FlorentinoPérezdormía tranquilo en el verano de 2011. Le valía el compromiso del jugador, el mismo que saltó por los aires cuando Rosellse acercó hasta la Copa América con la promesa de pagar 50 millones de euros a fondo perdido por la libertad de un jugador que terminaba contrato en 2014. El Real Madrid no quiso apretar y dejó a buen recaudo en una caja fuerte de SaoPauloel compromiso firmado por el hoyazulgrana. "Si se hubiera hecho la operación se habría cometido delito por las exigencias del Santos. Mejor dejarlo como estaba", afirma un dirigente blanco cuando se le recuerda lo sucedido en ese largo y tenso verano.

Péreztenía clavada la espina yRosellno se fiaba para nada de la palabra deNeymar, ni menos aún de la del padre del delantero. Por eso mismo, uno envió a un par de colaboradores a Brasil a incordiar todo lo posible. Buscaban un compromiso casi imposible, pero eran conscientes de que cualquier movimiento encarecería elfichaje, la llegada deNeymar.

El presidenteazulgranano se fiaba un pelo. Sabía que en cualquier momento la situación podría dar un vuelco y por eso se hizo con los servicios deAndréCury, responsable del acercamiento entre el Barcelona y el jugador y que se ha convertido en el guardián de Neymaren los dos últimos años. Ahora ya trabaja paraRoselly para el Barcelona.

El maratón de Clásicos recrudeció todo

El caso del yaazulgranano es la única causa de ese distanciamiento. Las denuncias aUEFAy amenazas vertidas a raíz delmaratón de clásicos vividos conGuardiolayMourinhoen el banquillo y la guerra electoral con un puesto en la directiva de laECA(Asociación de clubes Europeos), han servido para que uno y otro club convivan sin más, para que uno y otro presidente se hablen lo justo y lo imprescindible. Hoy, sin duda, tienen oportunidad de hablar de todo lo sucedido en los dos últimos años. ¿Lo harán? Mejor lo dejarán para los medios de comunicación.

Sobre el césped se enfrentarán amigos, compañeros de selección y dos bestias competitivos como sonMessiy Cristiano. La tensión del terreno de juego también se reflejará en el palco. FlorentinoPérezcompartirá primera fila del palco conSandroRosell, que no asiento vecino. En elCampNousiempre colocan a alguna autoridad entre ellos y a la izquierda al resto de directivos blancos desplazados hasta Barcelona.