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El Barcelona regala a Keirrison al Coritiba tres años y veinte millones de euros después
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NUNCA LLEGÓ A DEBUTAR CON EL BARCELONA EN PARTIDO OFICIAL

El Barcelona regala a Keirrison al Coritiba tres años y veinte millones de euros después

Tres años y quince millones de euros después, el Barcelona ha conseguido quitarse en encima la sombra de Keirrison al cederle durante las dos próximas temporadas

Foto: El Barcelona regala a Keirrison al Coritiba tres años y veinte millones de euros después
El Barcelona regala a Keirrison al Coritiba tres años y veinte millones de euros después

Tres años y quince millones de euros después, el Barcelona ha conseguido quitarse en encima la sombra de Keirrison al cederle durante las dos próximas temporadas al Coritiba, equipo en el que se inició en el mundo del fútbol. El delantero llegó en verano de 2009 al equipo que presidía en aquel entonces Joan Laporta y no ha jugado un solo partido oficial con la camiseta del Barcelona. A los doce millones que pagó en su día al Palmeiras y a la empresa Traffic por su traspaso, hay que añadir los otros cuatro millones de euros que en concepto de sueldo ha tenido que hacer frente.

El negocio ha sido ruinoso por completo. El coste de la estancia de Keirrison durante los casi tres años que ha pertenecido al Barcelona se ha elevado hasta los 20 millones de euros, gracias a los quince del traspaso y los cinco que han supuesto su sueldo y ficha. El brasileño llegó avalado con la firma de Txiki Begiristain, exdirector deportivo azulgrana, pero no contó nunca con el visto bueno de Pep Guardiola. El entrenador nunca confío en el delantero y le negó la más mínima oportunidad.

Benfica (apenas duró media temporada), Fiorentina (firmó por dos años, pero no llegó a completar media campaña), Santos y Cruzeiro han sido los equipos en los que Keirrison ha ido cubriendo etapas en espera de poder abrir las puertas del Barcelona, pero el entrenador nunca ha considerado al delantero con el nivel necesario para poder disputar un puesto a jugadores como Messi, Pedro, Villa o Ibrahimovic.

Su paso por las ligas portuguesa e italiana resultó un fracaso. En ninguno de los dos equipos llegó a ser titular. De regreso a Brasil, ha sido en el Santos en donde al menos se ha reencontrado con los éxitos deportivos del grupo, ya que tampoco fue titular. El equipo de Neymar conquistó el campeonato Paulista y la Copa de Libertadores, pero su aportación fue residual. Once partidos y tres goles. En agosto cerró su cesión al Cruzeiro, para ahora cerrar un nuevo cambio de residencia con destino a Coritiba.

Henrique completa el lote de jugadores que llegaron de la mano de Laporta y la empresa Traffic. Su traspaso lo cierra el Barcelona en diez millones de euros en el verano de 2008 procedente del Palmeiras. Nada más llegar es cedido al Bayer Leverkusen, en el que juega una temporada. A su regreso a Barcelona, y tras disputar la Supercopa de España, es de nuevo cedido al Racing, prolongando su estancia una campaña más. En la actualidad juega, de nuevo, en Palmeiras. Su futuro parece que estará en Internacional de Porto Alegre a cambio de cero euros, tal y como ha sucedido con Keirrison, pero esta operación no está cerrada por ahora. El coste de Henrique para la entidad azulgrana ha ascendido a los 16 millones de euros. El total de este extraño negocio Barcelona-Traffic-Palmeiras se ha elevado hasta los 36 millones de euros. A cambio, Keirrison ni debutó con el Barcelona y Henrique disputó cuatro partidos. Gran negocio.

Tres años y quince millones de euros después, el Barcelona ha conseguido quitarse en encima la sombra de Keirrison al cederle durante las dos próximas temporadas al Coritiba, equipo en el que se inició en el mundo del fútbol. El delantero llegó en verano de 2009 al equipo que presidía en aquel entonces Joan Laporta y no ha jugado un solo partido oficial con la camiseta del Barcelona. A los doce millones que pagó en su día al Palmeiras y a la empresa Traffic por su traspaso, hay que añadir los otros cuatro millones de euros que en concepto de sueldo ha tenido que hacer frente.