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Un agente FIFA demanda a Laporta por no pagar las comisiones de sus negocios en Uzbekistán
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HAN PUESTO EL NOMBRE DE LAPORTA A UN POZO PETROLÍFERO

Un agente FIFA demanda a Laporta por no pagar las comisiones de sus negocios en Uzbekistán

Los problemas se amontonan encima de la mesa de Joan Laporta, presidente del FC Barcelona. Bayram Tutumlu, agente internacional de la FIFA, representante de jugadores, directores

Los problemas se amontonan encima de la mesa de Joan Laporta, presidente del FC Barcelona. Bayram Tutumlu, agente internacional de la FIFA, representante de jugadores, directores técnicos, clubs y organizaciones, además de ex representante del Dínamo de Kiev, presentó ayer una demanda de conciliación en un juzgado de barcelonés reclamando las comisiones a que el máximo dirigente azulgrana se había comprometido. En concreto, el 10% de los negocios que realizase en la lejana república de Uzbekistán y que, por lo que narra en el escrito, son muchos y suculentos. Tutumlu fue representante, entre otros, de Michael Laudrup, Andriy Schevchenko y Ronald Koeman, además del danés Poulsen o de Rafael van der Vaart, con quienes negoció su incorporación -fallida finalmente- al FC Barcelona en 2008.  En el mes de abril del pasado año, comenzó una estrecha relación con Joan Laporta, a quien le concertó una cita  con Miradil S. Djalalov, empresario estrechamente vinculado al club de fútbol Kuruvchi (hoy llamado FC Bunyudkor) y al presidente uzbeko, Islom Karimov. La reunión tuvo lugar en un reservado del selecto restaurante Vía Véneto de Barcelona el 18 de mayo de 2008, según la demanda a la que ha tenido acceso El Confidencial. Al principio de la misma, Laporta mantuvo una actitud distante porque “creía poco en la negociación con un club de Uzbekistán”.  Durante el encuentro, “las conversaciones se realizaron en ruso y en castellano entre algunos de los asistentes [además de los tres protagonistas, estaba también un hijo de Tutumlu y un empleado del Barça de confianza de Laporta, de origen georgiano (...)] y en catalán de forma puntual para preguntar varias veces a Bayram Tutumlu, en ocasiones en tono jocoso, si el señor Djalalov tenía dinero y poder. Literalmente: ‘Aquest tio té calés?’ [¿Este tío tiene pasta?]”. La utilización del catalán, según narra en el escrito, era “para que el señor Djalalov no pudiera entenderle”. Las dudas de Laporta se disiparon cuando supo que Djlalov es el propietario de la multinacional Zeromax GmbH, con sede en Suiza, tiene negocios de petróleo, gas, minas de oro y un imperio vinculado a la agricultura, al textil y a la logística. Sus compañías dan empleo a 23.000 personas en Uzbekistán y tiene como aliada a la poderosa hija del presidente, Gulnara Karimova. Fue fue todo oídos cuando le explicó el plan de futuro de su club (construcción de un nuevo estadio en Tashkent, capital del país, organizar una nueva estructura del  Kuruvchi y conseguir que jugadores reconocidos impartieran clases de fútbol y táctica pagadas a precio de oro). Pero lo que más le impresionó fue que tenía listos 25 millones de euros para establecer acuerdos de colaboración con el BarçaDesvío de negocios hacia su despacho La reunión fue productiva. “La actitud de Joan Laporta pasó del escepticismo al entusiasmo, agradeciendo y reconociendo a Bayram Tutumlu su gestión de mediación”, dice el texto de la demanda. Durante los siguientes meses, volvieron a hablar y a insistir en el porcentaje del 10% de comisión en los negocios que se hiciesen en Uzbeistán. Eso sí, quedando bien claro algo que el propio Laporta estableció: “Las operaciones que fueran de ámbito particular, no vinculadas al FC Barcelona, se realizarían a través de su despacho de abogados”. Además, Tutumlu pagó la comida de su propio bolsillo: 1.241,67 euros. Durante los siguientes meses, Tutumlu y Laporta siguieron hablando sobre la concreción de los negocios y el presidente del Barça volvió a recordarle que algunas negociaciones “se llevarían desde su propio despacho de abogados, con el fin de cobrar una minuta adicional para su despacho, excepto lo que concerniera al FC Barcelona”. Pero pasaron los meses y el intermediario sólo recibía largas por parte de Laporta, quien le aseguraba que no había negocio alguno. Pero el mismo mes de julio, intentó vender Samuel Eto’o al club uzbeko con un contrato de 40 millones de dólares, operación que resultó fallida. El 8 de agosto, sin embargo, el propio Laporta visito a Tashkent y anunció un acuerdo de colaboración con el club asiático.  La propia web del Barça recogía esta noticia y señalaba que el acuerdo incluía la disputa de un amistoso en Uzbekistán “en la primera fecha disponible antes del 31 de enero de 2010” y que el Barça dejaba sus instalaciones para que el Kuruvchi pudiera hacer un stage de preparación, además de programar un partido amistoso en el Miniestadi. Además, varios jugadores del FC Barcelona se desplazaron a Uzbekistán para participar en actividades como “un campus de tecnificación y diversos actos de relaciones públicas”, como Samuel Eto’o, Andrés Iniesta y Carles Puyol. Posteriormente, los acuerdos fueron ampliados a un partido amistoso en enero del 2009 y otro en agosto del 2010, por lo que el Barça recibiría 10 millones de euros. Mientras tanto, algunos otros jugadores del Barça se desplazaron a Uzbekistán en virtud de los acuerdos de Laporta, entre ellos Carles Puyol, Andrés Iniesta y Cesc Fàbregas “para impartir clases magistrales y participar en actos promocionales por los cuales recibieron enormes cantidades de dinero que la prensa cifra en la cantidad de un millón de euros por cada uno de los jugadores desplazados”. En diciembre del 2008, también visitó la capital uzbeka Leo Messi, quien se entrenó con jóvenes futbolistas en el estadio del ya rebautizado Bunyodkor. “¡Éste es el futuro!” Paralelamente, la amistad de Laporta y del presidente del club de Uzbekistán, Isak Akbarov (amigo de Djalalov, con quien comparte negocios) fue creciendo. El directivo asiático incluso le puso el nombre de Laporta a uno de sus pozos de petróleo, fotografía que el presidente del Barça lleva en su móvil y acaba enseñando, indefectiblemente, a sus amigos. “¿El futuro? ¿Quieres saber lo que es el futuro? ¡Éste es el futuro!”, espeta mientras hace aparecer la instantánea, según declaró a este diario una persona cercana al presidente del Barça. Tutumlu recabó de la embajada francesa datos sobre las estancias de jugadores culés en el país y el resultado fue: por Eto’o se pagó un millón de dólares por una jornada, con conferencia de prensa y master-class; otros cuatro jugadores costaron a los uzbecos cuatro millones de dólares por un día; dos partidos amistosos con el Barça, cinco millones de euros. Pero de lo que debería reportar esto en comisiones, ni un céntimo. El texto también destaca el intento de compra del Mallorca por parte de Zeromax GmbH, la compañía de Djalalov. En esta ocasión, Laporta, a través de su despacho de abogados, “solicitó a la sociedad Binipuntiró, empresa popietaria del Real Mallorca, una comisión del 7% (4,7 millones de euros) por intermediar en la venta del club por 60 millones de euros a la empresa Zeromax. Finalmente, la operación no pudo cerrarse”, dice la demanda. Y subraya que Zeromax está vinculada al equipo uzbeko Bunyodkor “que en esas fechas ya había pagado cinco millones de euros al FC Barcelona”.  Añade que “en una entrevista mantenida posteriormente por Bayram Tutumlu con representantes del FC Barcelona, éstos le reconocieron que el contrato con Uzbekistán había salvado los balances del club en el ejercicio 2008/2009 y que nadie en el club sabía de la mediación de Bayram Tutumlu”. El intermediario afirma también que ha tenido conocimiento “de que Joan Laporta ha cerrado otros asuntos con los representantes uzbecos, de los que nace asimismo su derecho a percibir la correspondiente comisión”, aunque de momento reclama el 10% de lo que se ha acreditado y que asciende a 10 millones de euros. Fuentes oficiales del FC Barcelona consultadas por El Confidencial declinaron realizar comentarios sobre la demanda aduciendo que no tenían constancia de ella.

Los problemas se amontonan encima de la mesa de Joan Laporta, presidente del FC Barcelona. Bayram Tutumlu, agente internacional de la FIFA, representante de jugadores, directores técnicos, clubs y organizaciones, además de ex representante del Dínamo de Kiev, presentó ayer una demanda de conciliación en un juzgado de barcelonés reclamando las comisiones a que el máximo dirigente azulgrana se había comprometido. En concreto, el 10% de los negocios que realizase en la lejana república de Uzbekistán y que, por lo que narra en el escrito, son muchos y suculentos. Tutumlu fue representante, entre otros, de Michael Laudrup, Andriy Schevchenko y Ronald Koeman, además del danés Poulsen o de Rafael van der Vaart, con quienes negoció su incorporación -fallida finalmente- al FC Barcelona en 2008.  En el mes de abril del pasado año, comenzó una estrecha relación con Joan Laporta, a quien le concertó una cita  con Miradil S. Djalalov, empresario estrechamente vinculado al club de fútbol Kuruvchi (hoy llamado FC Bunyudkor) y al presidente uzbeko, Islom Karimov. La reunión tuvo lugar en un reservado del selecto restaurante Vía Véneto de Barcelona el 18 de mayo de 2008, según la demanda a la que ha tenido acceso El Confidencial. Al principio de la misma, Laporta mantuvo una actitud distante porque “creía poco en la negociación con un club de Uzbekistán”.  Durante el encuentro, “las conversaciones se realizaron en ruso y en castellano entre algunos de los asistentes [además de los tres protagonistas, estaba también un hijo de Tutumlu y un empleado del Barça de confianza de Laporta, de origen georgiano (...)] y en catalán de forma puntual para preguntar varias veces a Bayram Tutumlu, en ocasiones en tono jocoso, si el señor Djalalov tenía dinero y poder. Literalmente: ‘Aquest tio té calés?’ [¿Este tío tiene pasta?]”. La utilización del catalán, según narra en el escrito, era “para que el señor Djalalov no pudiera entenderle”. Las dudas de Laporta se disiparon cuando supo que Djlalov es el propietario de la multinacional Zeromax GmbH, con sede en Suiza, tiene negocios de petróleo, gas, minas de oro y un imperio vinculado a la agricultura, al textil y a la logística. Sus compañías dan empleo a 23.000 personas en Uzbekistán y tiene como aliada a la poderosa hija del presidente, Gulnara Karimova. Fue fue todo oídos cuando le explicó el plan de futuro de su club (construcción de un nuevo estadio en Tashkent, capital del país, organizar una nueva estructura del  Kuruvchi y conseguir que jugadores reconocidos impartieran clases de fútbol y táctica pagadas a precio de oro). Pero lo que más le impresionó fue que tenía listos 25 millones de euros para establecer acuerdos de colaboración con el BarçaDesvío de negocios hacia su despacho La reunión fue productiva. “La actitud de Joan Laporta pasó del escepticismo al entusiasmo, agradeciendo y reconociendo a Bayram Tutumlu su gestión de mediación”, dice el texto de la demanda. Durante los siguientes meses, volvieron a hablar y a insistir en el porcentaje del 10% de comisión en los negocios que se hiciesen en Uzbeistán. Eso sí, quedando bien claro algo que el propio Laporta estableció: “Las operaciones que fueran de ámbito particular, no vinculadas al FC Barcelona, se realizarían a través de su despacho de abogados”. Además, Tutumlu pagó la comida de su propio bolsillo: 1.241,67 euros. Durante los siguientes meses, Tutumlu y Laporta siguieron hablando sobre la concreción de los negocios y el presidente del Barça volvió a recordarle que algunas negociaciones “se llevarían desde su propio despacho de abogados, con el fin de cobrar una minuta adicional para su despacho, excepto lo que concerniera al FC Barcelona”. Pero pasaron los meses y el intermediario sólo recibía largas por parte de Laporta, quien le aseguraba que no había negocio alguno. Pero el mismo mes de julio, intentó vender Samuel Eto’o al club uzbeko con un contrato de 40 millones de dólares, operación que resultó fallida. El 8 de agosto, sin embargo, el propio Laporta visito a Tashkent y anunció un acuerdo de colaboración con el club asiático.  La propia web del Barça recogía esta noticia y señalaba que el acuerdo incluía la disputa de un amistoso en Uzbekistán “en la primera fecha disponible antes del 31 de enero de 2010” y que el Barça dejaba sus instalaciones para que el Kuruvchi pudiera hacer un stage de preparación, además de programar un partido amistoso en el Miniestadi. Además, varios jugadores del FC Barcelona se desplazaron a Uzbekistán para participar en actividades como “un campus de tecnificación y diversos actos de relaciones públicas”, como Samuel Eto’o, Andrés Iniesta y Carles Puyol. Posteriormente, los acuerdos fueron ampliados a un partido amistoso en enero del 2009 y otro en agosto del 2010, por lo que el Barça recibiría 10 millones de euros. Mientras tanto, algunos otros jugadores del Barça se desplazaron a Uzbekistán en virtud de los acuerdos de Laporta, entre ellos Carles Puyol, Andrés Iniesta y Cesc Fàbregas “para impartir clases magistrales y participar en actos promocionales por los cuales recibieron enormes cantidades de dinero que la prensa cifra en la cantidad de un millón de euros por cada uno de los jugadores desplazados”. En diciembre del 2008, también visitó la capital uzbeka Leo Messi, quien se entrenó con jóvenes futbolistas en el estadio del ya rebautizado Bunyodkor. “¡Éste es el futuro!” Paralelamente, la amistad de Laporta y del presidente del club de Uzbekistán, Isak Akbarov (amigo de Djalalov, con quien comparte negocios) fue creciendo. El directivo asiático incluso le puso el nombre de Laporta a uno de sus pozos de petróleo, fotografía que el presidente del Barça lleva en su móvil y acaba enseñando, indefectiblemente, a sus amigos. “¿El futuro? ¿Quieres saber lo que es el futuro? ¡Éste es el futuro!”, espeta mientras hace aparecer la instantánea, según declaró a este diario una persona cercana al presidente del Barça. Tutumlu recabó de la embajada francesa datos sobre las estancias de jugadores culés en el país y el resultado fue: por Eto’o se pagó un millón de dólares por una jornada, con conferencia de prensa y master-class; otros cuatro jugadores costaron a los uzbecos cuatro millones de dólares por un día; dos partidos amistosos con el Barça, cinco millones de euros. Pero de lo que debería reportar esto en comisiones, ni un céntimo. El texto también destaca el intento de compra del Mallorca por parte de Zeromax GmbH, la compañía de Djalalov. En esta ocasión, Laporta, a través de su despacho de abogados, “solicitó a la sociedad Binipuntiró, empresa popietaria del Real Mallorca, una comisión del 7% (4,7 millones de euros) por intermediar en la venta del club por 60 millones de euros a la empresa Zeromax. Finalmente, la operación no pudo cerrarse”, dice la demanda. Y subraya que Zeromax está vinculada al equipo uzbeko Bunyodkor “que en esas fechas ya había pagado cinco millones de euros al FC Barcelona”.  Añade que “en una entrevista mantenida posteriormente por Bayram Tutumlu con representantes del FC Barcelona, éstos le reconocieron que el contrato con Uzbekistán había salvado los balances del club en el ejercicio 2008/2009 y que nadie en el club sabía de la mediación de Bayram Tutumlu”. El intermediario afirma también que ha tenido conocimiento “de que Joan Laporta ha cerrado otros asuntos con los representantes uzbecos, de los que nace asimismo su derecho a percibir la correspondiente comisión”, aunque de momento reclama el 10% de lo que se ha acreditado y que asciende a 10 millones de euros. Fuentes oficiales del FC Barcelona consultadas por El Confidencial declinaron realizar comentarios sobre la demanda aduciendo que no tenían constancia de ella.

Joan Laporta Bayram Tutumlu