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Ni tactos rectales, ni 'vendettas': Uruguay aplasta a Chile al grito de 'Godín, carajo'
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CONTUNDENTE VICTORIA 'CHARRÚA' POR 3 A 0

Ni tactos rectales, ni 'vendettas': Uruguay aplasta a Chile al grito de 'Godín, carajo'

El central del Atlético de Madrid se convirtió en uno de los grandes héroes de su selección, siendo el gran líder de su equipo para pasar por encima de una Chile completamente desconocida

Foto: Diego Godín celebra su tanto ante Chile (Efe).
Diego Godín celebra su tanto ante Chile (Efe).

"Qué bestia Diego Godín, ese hombre es una bestia". La expresión, cargada de muchos decibelios de admiración, brotaba casi por inercia de la garganta de un hincha celeste en el corazón de la platea América después de que el enésimo cabezazo del 'káiser rojiblanco' amenazara con poner la guinda al festival charrúa frente al vigente campeón continental, Chile, al que pasó por encima con unacontundente victoria (3-0) en la fase de clasificación para el Mundial de 2018.

La volcánica presencia del capitán uruguayo en el Centenario no sólo resultó determinante para que el once de Tabárez aplastara aChile, sino que acabó desactivando la presión que los medios de comunicación y el público local habían colgado sobre las espaldas de Gonzalo Jara por mor de aquella agresión 'rectal' sobre Cavani durante la pasada Copa América.

"A estos putos les tenemos que ganar", coreaba la parroquia celeste, al tiempo que contaba a viva voz del uno al quince para recordar a los 3.000 hinchas forasteros presentes en las gradas del coliseo montevideano quién es el verdadero rey de América. Estaba claro que la eliminación a manos de 'La Roja andina' en el último torneo continental y el añadido del feo gesto del zaguero del Mainz sobre el ariete del PSG no habían superado la epiglotis de una nación que ardía en deseos de sacarse ese dedo de la vergüenza de sus partes pudendas.

La espectacular silbatada al compás de los acordes del himno chileno fue el preludio de lo que le esperaba al once de Sampaoli en general, pero muy particularmente a su central izquierdo, que no tuvo un segundo de respiro en lo que el cuero se puso en movimiento. "Jara, la Concha de tu madreeeee", le espetó un hincha envuelto en una bandera uruguaya a modo de bienvenida. Para hurgar un poquito más en la herida, el vídeo-marcador fijaba a menudo la imagen en el defensor andino, lo que enaltecía aún más los ánimos. Entonces, el respetable echaba fuego por las fauces largando una lista interminable de improperios acordándose de los seres queridos del 'ET' chileno.

Cada vez que el balón rozaba sus borceguíes, el Centenario parecía el teatro Solís, con su música de viento tratando de perturbar la calma de un Jara que no perdía de vista la sombra de Cavani. Salvo en el saludo inicial, no habían vuelto a cruzar sus caminos hasta que en el minuto 21 el de Hualpen tocó por detrás al atacante de Salto, que se llevó las manos al cuello. Hubo más de teatro que otra cosa, pero la leve escaramuza dejó patente la tensión ambiental. Godín apareció a la carrera pidiendo la pena de muerte para Jara y se encontró con la réplica del 'abogado' Medel. La tangana resultó inevitable.

Decepciónchilena a base de toque

Al trencilla colombiano le costó lo suyo sacarle las brasas al primer incendio del choque. Dos tarjetas para los litigantes y a seguir jugando. Godín, qué venía justo de abortar una contra peligrosísima de Vargas, decidió que ya era hora de arrebatar el protagonismo a Cavani y Jara. El ídolo colchonero apareció con la guadaña dentro del área en una acción de pizarra para reventar la portería de Claudio Bravo. "Los chilenos son to putos", cantaba a pleno pulmón mi vecino de asiento, convertido ya en Mister Hade por obra y gracia del imperial zaguero del Atlético y su interminable compromiso con la Celeste. Su sociedad con Coates, sustituto del lesionado Giménez, hizo de la retaguardia charrúa un muro impenetrable para los Alexis, Vargas, Vidal y compañía.

Chile decepcionó con su empacho de toque y su escasa productividad ofensiva. Godín y su tropa aburrieron al tridente andino cada vez que trataba de pillarles en un renuncio. No hubo modo. La figura del defensor atlético comenzó a acaparar los elogios del personal y eso dio un respiro a Jara, providencial en un corte al filo del descanso que impidió a Diego Rolan plantarse solo ante Bravo.

Fue una tregua mínima, porque Uruguay le había cogido la medida a su cualificado enemigo en las alturas y por ahí hurgó en la herida abierta por Godín. Una pelota peinada hacia atrás con fuerza por Cavani la clavaría en el ángulo izquierdo Álvaro Pereira, que sólo llevaba dos minutos sobre el césped. "Soooooy celeste, celeste yo soy" atronaba en plena bacanal el Estadio cuando Martín Cáceres firmó el acta de defunción del campeón americano con casi media hora por disputarse. "Un minuto de silencio para Chile, que está muerto, ea,ea, ea, ea", le cantaba la desatada hinchada local a su homóloga, encogida como hacía tiempo no se la veía.

Las disculpas de Jara

La clase magistral de Godín ya había relegado a un segundo plano al dúo estelar de la noche, si bien Cavani era espoleado cada vez que tenía el balón en su poder para que firmase el póker y pusiese la guinda a la vendetta. Se lo impediría Jara a diez minutos del final, pero su soberbio corte ya no puso el Centenario al borde del multazo por contaminación acústica. El 3-0 y el partidazo de la Celeste, con Godín como patrón, disiparon la fobia anti-roja y hasta aplaudieron su gesto postrero de ir a saludar a Cavani.

El propio delantero del PSG confesó en zona mixta que "Jara se me acercó al acabar el partido, me felicitó por el triunfo y se disculpó por lo ocurrido en la Copa América. Se las he aceptado y a otra cosa. Creo que todo esto tuvo más ruido del que merecía".

Godín, quien se perderá por sanción el próximo duelo de la Celeste ante Brasil, tenía motivos más que sobrados para sacar pecho: pichichi charrúa en las eliminatorias (3 goles), el defensa atlético ensalzó "nuestro gran partido ante un rival durísimo. Los goles llegaron en momentos clave y nos ayudaron a manejar el duelo como más nos interesaba. A nivel personal estoy muy satisfecho del trabajo y del gol. Como grupo, este resultado nos refuerza y nos hace ver que estamos en el camino correcto". Y salió escopetado como alma que lleva el diablo rumbo a un avión con destino a Madrid. Pero antes de subirse al autobús de su selección, escucho por enésima vez ese grito de guerra tan uruguayo, pero que hoy las 65.000 almas que abarrotamos el Centenario mentamos en su honor: "Godín, carajo".

"Qué bestia Diego Godín, ese hombre es una bestia". La expresión, cargada de muchos decibelios de admiración, brotaba casi por inercia de la garganta de un hincha celeste en el corazón de la platea América después de que el enésimo cabezazo del 'káiser rojiblanco' amenazara con poner la guinda al festival charrúa frente al vigente campeón continental, Chile, al que pasó por encima con unacontundente victoria (3-0) en la fase de clasificación para el Mundial de 2018.

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