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Albertini: "Los ricos lo tienen más fácil, pero no siempre ganan, como demostró el Atleti"
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Habla con 'el confidencial' sobre 'calcio'

Albertini: "Los ricos lo tienen más fácil, pero no siempre ganan, como demostró el Atleti"

Demetrio Albertini perdió las elecciones para presidir el 'calcio', pero no se rinde en su lucha por devolver a su fútbol a lo más alto, como dice a 'El Confidencial'

Foto: Demetrio Albertini se quedó a las puertas de la presidencia del fútbol italiano (Reuters).
Demetrio Albertini se quedó a las puertas de la presidencia del fútbol italiano (Reuters).

Perder no le gusta a nadie. Ni un león quiere jamás perder la presa que tanto le ha costado cazar, ni un emperador quiere jamás perder un territorio que conquistó con la sangre de sus soldados. Menos aún le gusta perder a un campeón, a alguien que lo ha ganado todo en su carrera y que lo único que quería era que los chicos que ahora hacen lo que él hizo, volviesen a ganar. Hace una semana, Demetrio Albertini (Besana in Brianza, 1971) se quedó con la miel en los labios en las elecciones a la presidencia de la Federazione Italiana di Giuoco Calcio. Cayó por mucha diferencia contra Carlo Tavecchio, de 71 años. “Sabía que iba a perder, pero necesitaba que la alarma sobre el calcio que lancé fuera escuchada”. No se rinde, seguirá luchando.

¿Qué ha cambiado en Italia para que la Nazionale pasara de ser favorita a caer en Brasil?

Desde 2010 hasta 2014 hemos acumulado resultados mucho más positivos con el equipo nacional que con los clubes, a diferencia de otras federaciones. España, por ejemplo, ha sido campeona de Europa y del mundo y sus clubes han funcionado siempre bien, porque han ganado la Champions League o han estado en semifinales, al menos. Incluso en Alemania, selección y clubes han ido de la mano. Mientras, nosotros tenemos más triunfos con Italia que con las entidades. En estos años hemos crecido con la Nazionale en un proceso en el que he podido trabajar yo también. Pero después de la Confederaciones, el crecimiento se ha frenado, nos hemos estancado. En el Mundial nos encontramos con dos bloques de jugadores: uno con mucha experiencia y con algún año de más; y otro de jugadores jóvenes en su primera experiencia internacional. Con ello, es difícil conseguir una mezcla buena.

¿La progresión se ha bloqueado por la mezcla entre viejos y jóvenes?

Según mi opinión, sí. En Brasil éramos uno de los equipos más viejos… pero a la vez éramos de los que menos experiencia internacional tenía.

Uno de esos jugadores jóvenes es Marco Verratti, que lleva dos años en el PSG.

Sí, claro. Porque la Nazionale es diferente a la Serie A. Es un jugador que se marchó para tener una experiencia internacional en el extranjero. Fuera, nuestros jugadores sí están valorados. Pero en el Mundial teníamos jugadores que jugaron su primer partido internacional, y no me refiero a hacerlo con la selección. Matteo Darmian y Ciro Immobile, por ejemplo, jugaron su primer choque internacional. Son futbolistas que lo han hecho bien en su club pero que no tienen experiencia, y esto se paga. Y a parte, hubo errores a la hora de encarar los encuentros. No parecíamos aquéllos que jugaron la Confederaciones. Ni estábamos preparados en lo que se refiere al espíritu de grupo. La mezcla entre jóvenes y viejos provocó una diferencia insalvable de pensamientos en la plantilla.

¿Qué se podría haber hecho para evitar la eliminación?

Es difícil decirlo. Se podían haber hecho muchas cosas. Hay que valorar lo que le pasó también a España, que era campeona del mundo y europea, y tenía jugadores jóvenes pero más experimentados que los nuestros. Es decir, puede suceder una cosa así. Lo que sí se podría haber hecho mejor es crear una sinergia de grupo.

Pero, ¿cómo sucede esta caída de Italia? Jugó muy bien en la Eurocopa y en la Confederaciones.

El proyecto era muy bueno. Había jugadores de calidad, pero se bloqueó. En estos años, desde 2010, hemos hecho tres cosas muy bien: la clasificación al Europeo, la propia Eurocopa y la Copa Confederaciones. Tras eso, el equipo ha empezado a dar señales negativas y no ha respondido. No ha hecho partidos brillantes, incluso empató con Luxemburgo antes del Mundial.

Es decir, que el problema de Italia no ha sido solamente la Copa del Mundo, ¿correcto?

No, claro. Hemos tenido dos bajas importantes como Giuseppe Rossi y Riccardo Montolivo, pero después el entrenador (Prandelli) ha estado llevando a jugadores que son muy parecidos entre ellos. Y dependíamos de Pirlo, que es nuestro fuoriclasse. Los jóvenes seguirán con nosotros, pero necesitan adquirir experiencia internacional, y deberían conseguirla en su propio club, y no tener que salir al extranjero. Si no consiguen en su equipo la experiencia necesaria, es muy difícil que la logren sólo jugando con la Nazionale.

¿Por qué no se valoran en Italia los jugadores jóvenes de calidad?

Porque no existe la ‘cultura del proyecto’. Me presenté a las elecciones a presidente de la FIGC porque considero que debemos aplicar un frenazo brusco en nuestro fútbol. Lo único de lo que hablamos es de dinero, de organización, de estadios, pero jamás del crecimiento de nuestros chicos. Eso no importa.

Ni Milan, ni Juventus, ni Inter han fichado un italiano. ¿Qué le dice esto?

Es increíble. Yo lo sigo diciendo y diciendo y diciendo, y no sé qué más hacer para cambiar la dinámica. Más que presentarme a las elecciones no sé qué hacer. Más que hablar de los problemas en las diferentes sedes del calcio, no sé qué hacer. Quise ser candidato sabiendo de perder para poder entrar en cada lugar, en cada administración, para decir lo que es realmente importante. Hay que hacer entender el problema, porque si se añaden reglas para promocionar a los chicos sin creer en ellos, no sirve de nada. Necesitamos un frenazo brusco porque hemos perdido de vista qué es el fútbol y la pasión de la gente. Esta es una alarma que he querido lanzar, pero no ha sido escuchada porque importa mucho más la política que lo que yo pueda aportar.

¿Con Carlo Tavecchio, nuevo presidente, seguirá todo como hasta ahora, entonces?

Nuestro sistema electoral bloca cualquier tipo de acercamiento a cualquier cosa diferente. Ha hecho un proyecto muy diferente al mío. Él habla de reestructuración de la Federación, por ejemplo. Hará lo que considere y yo vigilaré sus movimientos como externo, porque no he querido formar parte de esta Federación. Creo que uno que se presente a presidente no debe rebajarse a ningún compromiso, y yo no lo he hecho. Así puedo decir con libertad lo que pienso. Pero en el momento en el que me presenté, las Ligas bloquearon cualquier tipo de votación, y es que somos el único país del mundo que tiene tres Ligas profesionales y una amateur. Y esto hace un 70% del total de las votaciones en contra. Y conmigo en el campo era un 10%. Es muy difícil cambiar algo, porque son estas Ligas las que reparten el dinero a los equipos.

Es la pescadilla que se muerde la cola, porque si los clubes tienen dinero, ¿qué más da lo demás?

Lo llevo diciendo desde hace tiempo. El fútbol está hecho de la pasión de la gente. Lo he dicho en mi intervención delante de mil personas, que tenemos que salvaguardar la pasión de la gente. Nosotros, los dirigentes, hacemos muchas cosas, pero no hacemos eso.

¿La gente en Italia sigue yendo a los estadios? Porque aquí en España tenemos problemas de asistencia.

Va bastante poco, pero eso también es problema de la crisis. Si hay paro, hay poco dinero y la gente no va a los estadios. San Siro, por ejemplo está casi siempre vacío, casi siempre. Pero tenemos problemas de estadios… y lo importante, tenemos un problema en la calidad del juego. Nosotros conceptuamos el fútbol por el resultado, pero la gente pide también el espectáculo.

¿Tienes esperanza en que el calcio volverá a ser importante?

Un joven siempre tiene que tener esperanza.

Curioso que diga lo de joven, porque Carlo Tavecchio tiene 71 años. ¿Un presidente de esa edad tiene ideas nuevas?

(Risas). No creo, la verdad es que no lo sé.

Hace un par de temporadas, cuando la Juventus fue eliminada de la Champions, Antonio Conte dijo que ningún italiano ganaría la Champions League en diez años. ¿Eso es cierto?

No, no es cierto, no será imposible, será difícil. Se necesitan proyectos y tener fe para llevarlos hacia delante. La experiencia nos enseña que no siempre el club más rico es el que gana. Tienen muchas más posibilidades, claro, porque en sus proyectos pueden acortar el tiempo, es lo que te permite el dinero con la compra de jugadores. Pero el fútbol está hecho de algunos equipos, algunas realidades, como el Atlético de Madrid este año. Son un ejemplo. Como el Liverpool cuando ganó la final al Milan de Ancelotti. Hay que saber crear un campeonato que atraiga por igual a la gente joven y a los grandes jugadores para que vengan a jugar. La liga francesa es un ejemplo de falta de atractivo: no todos los futbolistas quieren ir a jugar al Paris Saint-Germain aunque ofrezca mucho dinero porque no es un campeonato a la altura del español, el inglés o el alemán.

Perder no le gusta a nadie. Ni un león quiere jamás perder la presa que tanto le ha costado cazar, ni un emperador quiere jamás perder un territorio que conquistó con la sangre de sus soldados. Menos aún le gusta perder a un campeón, a alguien que lo ha ganado todo en su carrera y que lo único que quería era que los chicos que ahora hacen lo que él hizo, volviesen a ganar. Hace una semana, Demetrio Albertini (Besana in Brianza, 1971) se quedó con la miel en los labios en las elecciones a la presidencia de la Federazione Italiana di Giuoco Calcio. Cayó por mucha diferencia contra Carlo Tavecchio, de 71 años. “Sabía que iba a perder, pero necesitaba que la alarma sobre el calcio que lancé fuera escuchada”. No se rinde, seguirá luchando.

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