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Coke, un perroflauta que interpretó el papel de héroe en Basilea
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dos goles en la final contra el liverpool

Coke, un perroflauta que interpretó el papel de héroe en Basilea

"La clave en Coke es la ilimitada fe en sus posibilidades que tiene", dice el director deportivo Monchi. Así es el héroe sevillista de Basilea, criado en la cantera del Rayo Vallecano

Foto: Coke, héroe del Sevilla en Basilea. (EFE)
Coke, héroe del Sevilla en Basilea. (EFE)

Tras Antonio Puerta, Palop, Beto y Carlos Bacca, corrió el turno de héroe en St. Jakob Park hasta Coke Andújar, el periodista, el actor, el perroflauta, el lateral, el interior, el gran capitán, que todo eso es el madrileño de este Sevilla legendario, que alzó su tercera Europa League consecutiva en Basilea, la quinta en su década prodigiosa.

“Es un momento mágico”, acertaba apenas a decir Coke tras la final, de la que fue nominado mejor jugador. Cómo no. Dos goles en la soberbia segunda parte del Sevilla, ya saben, el equipo que nunca se rinde, carácter que tiene su explicación en jugadores como su capitán. “Cuando parecía que el Liverpool nos iba a hacer el segundo gol, nos hemos levantado, porque este equipo tiene alma, sabe sufrir, como lo hemos hecho durante toda la temporada. Es un momento increíble, y aún nos queda otra final [el domingo, de Copa, frente al Barcelona]. ¡Que lo disfruten todos!”.

[El Sevilla es imbatible, el Sevilla es inmortal]

Para alzar el trofeo que el Sevilla se quedará ya en propiedad, Coke cedió turno a José Antonio Reyes, primer capitán, por delante del lateral de 29 años, los últimos cinco en Sevilla, hartándose de luchar y de ganar. Porque nadie le ha regalado nada a Coke, ni en Nervión ni antes, en el Rayo Vallecano, a cuya cantera llegó con nueve años. Con 18, Míchel lo ascendió al primer equipo, en un club donde los Ruiz Mateos hacían estragos. “No pagaban y había compañeros que no llegaban a fin de mes”. En una situación difícil, con el Rayo en Segunda, Monchi le echó el ojo. En su presentación, el director deportivo no se cortó: “Creo que hemos fichado a un futurible lateral derecho de la selección”. La predicción fue exagerada. Pero Coke le daría mucho al Sevilla, hasta el éxtasis de la Quinta.

A integrarse en Sevilla le ayudó Álvaro Negredo, con quien había coincidido en el Rayo. “Es un tío excepcional, mi hermano”, dice el actual delantero del Valencia. A Coke, sin embargo, le costó hacerse a la ciudad. Demasiado clásica, se podría decir. A él, amigo íntimo de Leiva, reconocido perroflauta, que ni le va la Feria ni el Rocío, le costó encontrar motivaciones fuera del fútbol. “Acababa de entrenar, me tomaba dos cervezas, ¿y qué?”. La respuesta la encontró en la calle Regina, en una fantástica librería llamada El Gato en Bicicleta. Allí contactó con su propietario, Jesús Barrera, que le integró en un grupo de teatro donde Coke hace estragos. “Se atreve con todo”, dicen. Él matiza que no llegará a De Niro. “Solemos hacer ejercicios de relajación, improvisaciones, cositas pequeñas. Cualquier cosa que se le ocurre al director [Sergio Rodríguez]. Solo somos aficionados. Pero a mí me ayuda mucho”, relata Coke, que le pone título a la obra que desearía hacer: 'Sevilla Fútbol Club, el musical'.

De sus dotes escénicas ya había dado sobradas muestras públicas Coke en las dos anteriores Europa League ganadas por el Sevilla. El lateral era también el 'speaker' oficial de la fiesta, el tío que no se cortaba en ninguna situación, condición que se extiende hasta el campo de fútbol. “La clave en Coke es la ilimitada fe en sus posibilidades que tiene”, analiza el director deportivo Monchi. Efectivamente, pocos podían pensar que llegaría tan lejos. Tal vez su padre, taxista, que tuvo que cambiar el turno para ayudar a su hijo a entrenar con el Rayo, trasladándolo desde su domicilio en Getafe. O de su madre, que le animó a que no dejara los estudios cuando al chaval le costaba compaginarlos con el fútbol. “La mejor decisión de mi vida”. De ahí surgirían una carrera (incompleta) de Periodismo y una serie de inquietudes más allá del balón que colma ahora con el teatro, su otra gran pasión.

La confianza en sus posibilidades ha traído a Coke hasta esta gloria, que se ha ganando a pulso. También los guiños del destino. Hace tres años, precisamente con Míchel en el banquillo sevillista, Coke decidió que se iba. “No jugaba nada, y lo tenía ya todo acordado para marcharme a Inglaterra. Pero…”. Llegó Unai Emery, y apostó por el coraje del madrileño, un jugador fetiche para el entrenador vasco. Un reflejo, tal vez. Este año, lo transformó incluso en centrocampista, ante las bajas de jugadores y la alternancia con Mariano, otro que se salió en la final de Basilea. Frente al Liverpool, Coke actuó como interior, en lugar del recordado Krohn-Dehli. No pudo homenajearle mejor. “Hemos perdido a compañeros por el camino, con lesiones graves, y hemos sufrido en una temporada difícil. Pero este es el Sevilla, el equipo que nunca se rinde”. Palabra de capitán.

Tras Antonio Puerta, Palop, Beto y Carlos Bacca, corrió el turno de héroe en St. Jakob Park hasta Coke Andújar, el periodista, el actor, el perroflauta, el lateral, el interior, el gran capitán, que todo eso es el madrileño de este Sevilla legendario, que alzó su tercera Europa League consecutiva en Basilea, la quinta en su década prodigiosa.

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