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Busquets, lo más cercano a la perfección que ya le gustaría alcanzar a Diego Costa
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el delantero acumula siete partidos sin marcar

Busquets, lo más cercano a la perfección que ya le gustaría alcanzar a Diego Costa

El nivel de juego de España en el Tartiere fue muy bueno, no excelso como una vez fue, pero sí mucho mejor. Y si ocurrió así fue en buena medida por el 98% de acierto de Busquets en el pase

Foto: Busquets estuvo casi perfecto en el pase (Efe)
Busquets estuvo casi perfecto en el pase (Efe)

España jugó bien contra Eslovaquia. Bastante bien de hecho durante largos tramos del primer tiempo, uniendo combinaciones de altísimo valor tanto estético como efectivo (lo primero no siempre hace falta, lo segundo es indispensable) que no pusieron en duda el triunfo final. ¿Sirve esta buena victoria y la imagen positiva para alzar las campanas al vuelo y esperar que España gane otra Eurocopa? No, en absoluto. La Selección aún está lejos de la excelencia conseguida tiempo atrás y hay que empezar a asumir que eso lo vieron nuestros ojos y sólo lo verán de nuevo en la retina y en vídeos que hayamos guardado.

España tiene todavía mucha base de los que hicieron el mejor fútbol de siempre, pero aquello fue único. Lo que está claro es que si se acerca a lo que fue una vez, será en buena parte gracias a Sergio Busquets. Evidentemente, resaltar a un pivote posicional en una victoria cómoda y sin demasiados contratiempos parece inapropiado, pues lo normal sería hablar del partido de Silva e Iniesta, de las incorporaciones de Alba y los destellos de Pedro. Pero no se puede obviar a la persona que ha permitido directamente a todos esos jugadores destacar por encima de él mismo. He ahí el mérito indiscutible de la posición que detenta Sergio: hacer destacar sin destacar.

Sería imposible entender cómo Iniesta y Silva estaban siempre colocados en tres cuartos de campo eslovacos enarbolando jugadas que harían llorar de emoción hasta a Roy Keane, sin echar mano de los datos que nos dejó Busquets en este encuentro del Tartiere: fue él quien tocó más veces el balón en todo el terreno de juego, y eso dice mucho, porque su equipo tuvo el balón un 75% del tiempo. Y de todas esas veces que tocó el balón, sólo erró en dos... ¡de 123 pases! Una lección de precisión y no por dar pases de un metro o dos, sencillos, sin complicarse. No, eso no le va a Busquets, de la escuela de mediocentros modernos que les gusta tratar bien al balón, como se merece el cuero.

No vamos a entrar en el debate sobre el estilo, ese que se pregunta si se debe mantener o evolucionarlo hacia otra cosa, parecida o diferente, pero otra cosa. Lo que sí vamos a decir es que con Busquets todo es posible. La demostración empírica de que es así es la nueva manera que tiene el Barça de Luis Enrique de jugar: ya no marea la perdiz hasta que se desmaya y entonces la caza. No tiene problemas en buscar un pase directo antes de lo previsto, de acabar las jugadas con presteza. Y en eso también funciona Busquets.

Su posición es quizás, junto con la de Iniesta y la de los centrales, la única que no acepta ningún tipo de discusión. El resto de compañeros en el campo puede variar, pero Busquets es algo más que indiscutible, es la extensión de Del Bosque en el campo. Y es que el nivel del sabadellense no ha disminuido desde que debutara ya hace más de seis años. Los jugadores entran y se van, pero Busquets sigue, impasible.

Lo que aporta Costa

Ese acercamiento a la perfección de Busquets lo anhelan miles de jugadores de fútbol, pero un compañero suyo lo desea más que nadie del mundo. Ya le gustaría a Diego Costa tener la mitad de ese 98% de acierto pero centrado en sus disparos a portería. Hay que reconocer que lo del chaval ya es mala suerte. Ocasiones tiene, pero no le entran ni aunque la portería fuese el arcoiris. Del Bosque confía en él y va a seguir siendo el delantero titular siempre que esté bien, por mucho que le pese a Paco Alcácer y aún más a Morata.

Costa no aporta gol (por ahora, porque debemos pensar que si un delantero ha hecho goles en todos los equipos en los que ha jugado, los acabará haciendo rodeado de grandes jugadores), pero aporta otras cosas. A diferencia de los otros delanteros que ha tenido España, como Torres y Villa, Costa es mucho más estático como punta tradicional, más boya de waterpolo que puede recibir de espaldas, aguantar la embestida del central de turno y darla de cara para continuar una jugada y habilitar a los interiores o laterales que se incorporen. "Se ha movido, ha fijado a los defensas… Hay que tener paciencia. Muchas veces está de espaldas y los demás de cara", dijo Del Bosque. Aporta lucha en la presión, juego aéreo, agresividad y ganas. Sería tan injusto obviar su sequía como también lo es no reconocer el resto de sus virtudes.

España jugó bien contra Eslovaquia. Bastante bien de hecho durante largos tramos del primer tiempo, uniendo combinaciones de altísimo valor tanto estético como efectivo (lo primero no siempre hace falta, lo segundo es indispensable) que no pusieron en duda el triunfo final. ¿Sirve esta buena victoria y la imagen positiva para alzar las campanas al vuelo y esperar que España gane otra Eurocopa? No, en absoluto. La Selección aún está lejos de la excelencia conseguida tiempo atrás y hay que empezar a asumir que eso lo vieron nuestros ojos y sólo lo verán de nuevo en la retina y en vídeos que hayamos guardado.

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