El cambio de roles de Cesc y Silva: de carne de banquillo a indispensables con España

Ganar una Eurocopa, llevarse un Mundial y volver a llevarse un título del 'Viejo Continente' es un logro al alcance de muy pocos privilegiados. En cuatro años, la selección española ha pasado de ser un equipo acostumbrado a no pasar de cuartos de final a convertirse en un equipo campeón. El mismo bloque fue capaz de llevar el éxito al combinado nacional, pero es necesario destacar dos nombres: Cesc y Silva.

Cesc Fábregas (25 años) y David Silva (26 años) se han convertido en dos jugadores fundamentales en la selección española. Con el paso de los años, ambos han ganado galones hasta el punto de convertirse en básicos para sus distintos equipos. Vicente del Bosque ha sabido ver su evolución para darles la alternativa en la presente Eurocopa y olvidar los 'problemas' del pasado Mundial.

Antes de Sudáfrica, tanto el azulgrana como el 'citizen' ya habían dado claras muestras de su calidad en sus clubes -Arsenal y Valencia, por aquel entonces-, lo que les valió para formar parte de los 23 convocados de Del Bosque. Sin embargo, el técnico no terminaba de contar con los dos jugadores, a pesar de que con Luis Aragones ya habían demostrar su valía e incluso se habían ganado un hueco en el once.

Especialmente duro fue el caso de Silva. Titular en el debut de Sudáfrica ante Suiza, la Selección terminó perdiendo aquel partido (1-0) y Del Bosque no sólo decidió 'cargárselo' del once inicial, sino que no volvió a disputar un sólo minuto en todo el campeonato. El seleccionador reconocía que en el caso del canario se había tenido que realizar una "injusticia", pero consideró que era lo mejor para el equipo.

Dos hombres básicos para el título de España

Silva se mostró muy enfadado tras el campeonato, al considerar que había merecido jugar muchos más minutos de los que había tenido y el caso de Cesc fue similar. Fábregas, aunque más participativo, también dejó ver su descontento por el poco tiempo que había estado en el campo, y lo cierto es que el propio seleccionador era consciente de que no habían jugado todo lo que podrían merecer.

Pero la abundancia de jugadores talentosos de medio del campo en adelante impedía que se pudiera jugar con todos ellos, por lo que Cesc y Silva fueron los sacrificados. Dos años después, mucho han cambiado las cosas, y ambos jugadores se han convertido en básicos para el seleccionador, siendo dos pilares básicos de la Selección en el título logrado en Polonia y Ucrania.

Ambos jugadores han participado en todos los encuentros de la Eurocopa y han sido protagonistas en los momentos importantes. Fábregas logró el empate ante Italia en la fase de grupos, inició la jugada del gol de Navas ante Croacia y fue el encargado de marcar el penalti definitivo ante Portugal; Silva, por su parte, fue el gran asistente español y marcó el gol que abría la lata en la final ante Italia -cómo no, a centro de Cesc-.

Cesc y Silva han recuperado la sonrisa con la Selección y, esta vez sí, se han sentido importantes con el combinado nacional. Del Bosque, una vez más, ha demostrado ser un técnico capaz de gestionar los grupos a la perfección. Dos jugadores que en Sudáfrica no contaban lo que querían para el técnico, por fin han demostrado ser piezas básicas del equipo. El presente de la Selección es de ellos.