La 'Roja' da otro recital ante la China de Camacho y se lleva en el equipaje el cariño de Sevilla

La selección española cerró con una victoria por la mínima ante China la fase preparatoria de cara a la Eurocopa, donde debuta el próximo domingo contra Italia. La maquinaria de Del Bosque dio muestras claras de su buena salud en otro partido dominado de principio a fin y con varios de sus jugadores derrochando confianza y determinación. El único 'pero' fue la falta de acierto, que impidió que el marcador reflejara con una goleada la clara supremacía local. Un gol de Silva a pase de Iniesta, que volvió a encandilar a todos, terminó por derribar el orden defensivo de los de Camacho. Por otro lado, el cariño de Sevilla ya está en el equipaje que llevará La Roja a tierras polacas, como muestra de las grandes expectativas que la afición española tiene en sus jugadores.

El calor que Sevilla brinda históricamente a la Selección no falló tampoco este domingo veraniego. En esta etapa de bonanza que vive el equipo nacional, justo es acordarse de épocas mucho peores y no tan lejanas en el tiempo donde solo en la capital de Andalucía (y Valencia) La Roja seguía levantando pasiones y llenando alguno de los estadios de la ciudad. Para este duelo ante los chinos se eligió el tercer recinto, La Cartuja, el más grande de todos y que recibió a unas 50.000 personas, 15.000 menos del lleno. Con asequibles precios en las entradas, seguramente la hora tan tardía fue el único motivo que evitó que se completara el aforo. Desde un par de horas antes se podía ver la significativa marea roja que formaban los sevillanos rumbo al campo.

Sobre el terreno de juego, Vicente del Bosque dispuso un once compensado, con la inclusión de Xavi y Busquets como únicos representantes de la última hornada de internacionales incorporados, la de los jugadores del Athletic y el Barça. La China de Camacho mostró una imagen compacta, con gran trabajo defensivo y lanzando contragolpes que en muchos casos fueron demasiado más peligrosos de lo que cabe esperar de la defensa de los campeones del mundo. Casillas dejó su sello personal con una parada a la altura de las mejores de su carrera.

Aun así, se llegó al descanso con un empate a cero que estaba enfriando poco a poco el ambiente de fervor con el que se inició el duelo. Cazorla y Silva, en estado de gracia, crearon problemas en la defensa asiática, pero Negredo no estuvo acertado para abrir la lata en el par de ocasiones de que dispuso. España, con un 70% de posesión siempre trataba de abrir el campo, y en muchas ocasiones eran los laterales Jordi Alba y Arbeloa quienes acababan lanzando el centro al área en sus constantes subidas al ataque.

Iniesta puso una marcha más

En la reanudación, Iniesta, Torres, Navas y Valdés ocuparon el lugar de Xavi, Negredo, Busquets y Casillas. Los hombres de Del Bosque comenzaron a buscar con mayor agresividad la portería rival y Xabi Alonso se bastaba él solo para equilibrar el centro del campo. Por delante del tolosarra se disponían los bajitos, haciendo diabluras con Torres a la espera de rematar la labor. El portero chino Zeng tuvo que emplearse a fondo en dos disparos consecutivos de Iniesta y Silva a los pocos minutos del segundo tiempo. El gol parecía ahora cuestión de tiempo. Piqué entró por Ramos en el que era el quinto cambio de España. El sevillano se llevó una tremenda ovación de sus paisanos, igualada por el griterío femenino que provocó el anuncio por megafonía del nombre del barcelonista.

El ambiente de fiesta no estaba cerrado porque aún no se resolvía la incertidumbre del marcador. Iniesta dejaba destellos de su calidad en cada balón que tocaba y las triangulaciones con sus compañeros empezaron a desquebrajar el cansado entramado defensivo de los de Camacho. Un córner botado por Navas fue prolongado en el primer palo por Torres y Albiol, sin marca, remató al larguero también con la testa. Acto seguido, una mágica acción de Iniesta puso en pie a La Cartuja, después de que su toque sutil se estrellara también contra el larguero. Cántico unánime alabando al de Fuentealbilla. Torres se sumó al buen juego y una volea suya tampoco lograba convertirse en gol. El madrileño, cuya mejoría es ya un hecho, tuvo otra ocasión a continuación pero Zeng sacó con sus pies el disparo. Mata entró por Cazorla y España afrontaba el final del encuentro con la característica común en los últimos tiempos, el rival encerrado, sin apenas posesión y achicando las constantes acometidas de los campeones de Europa.

Y al igual que ocurrió en la serie final del Mundial, donde se ganaron los cuatro encuentros por 1-0, el fútbol hizo justicia con España. En el minuto 88, la enésima genialidad de Iniesta en forma de internada por la banda izquierda le permitió hacer el pase de la muerte para que Silva perforase al fin las redes chinas. El equipo se fundió en un abrazo y el público pudo gritar un tanto de sus ídolos. Aún pudieron ser más, pero la falta de acierto continuó hasta el pitido final, siendo ésta la única pega que se les puede poner a los hombres de Del Bosque.

- Ficha técnica:

1 - España: Casillas (Valdés, m.46); Arbeloa, Albiol, Sergio Ramos (Piqué, m.56) Jordi Alba; Xavi (Navas, m.46), Busquets (Iniesta, m.46), Xabi Alonso; Silva, Negredo (Torres, m.46), Cazorla (Mata, m.68).

0 - China: Zeng Cheng; Zhang Linpeng, Feng Xiaoting, Zhao Peng, Sun Xiang; Zhao Xuri (Lv Peng, m.70), Quin Sheng (Liu Jianye, m.84); Hao Junmin (Wang Xiaolong, m.59), Zheng Zhi (Liu Jian, m.64), Yu Hai (Zheng Zheng, m.74); Gao Lin (Yu Dabao, m.87).

Goles: 1-0, M.84: Silva.

Árbitro: Bas Nijhuis (Holanda). Mostró tarjeta amarilla al español Torres (m.79) y a los chinos Zhao Xuri (m.59) y Lv Peng (m.75),

Incidencias: Partido amistoso de preparación de España para la Eurocopa, disputado en el Estadio de La Cartuja ante unos 45.000 espectadores. Terreno de juego en perfectas condiciones.