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El Barça arrolla al Athletic Club en la final de Copa y le endosa una dolorosa goleada (4-0)
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Primer título de Ronald Koeman

El Barça arrolla al Athletic Club en la final de Copa y le endosa una dolorosa goleada (4-0)

Los azulgranas dominaron el encuentro a placer y pasaron por encima de los rojiblancos con un doblete de Leo Messi y los goles de De Jong y Griezmann

Foto: Los jugadores del Barça celebran el título de Copa. (Reuters)
Los jugadores del Barça celebran el título de Copa. (Reuters)

No hubo color. Ni rival. Tampoco dudas en el césped de La Cartuja sobre quién se alzaría con el título de Copa una vez que el balón empezó a rodar. Ambos se encargaron de evidenciarlo. Unos desde el dominio absoluto. Otros desde la incapacidad para llevar a cabo su plan y luego, para darle la vuelta a la situación. La superioridad del Barça fue tan enorme como el inmovilismo del Athletic Club, cuya final rozó la anticompetitividad en la segunda parte y elevó el disgusto de sus aficionados. Puesto que la que perpetró contra la Real Sociedad hace poco más de dos semanas se ha quedado en un esbozo en comparación con la de hoy. De este modo, el Barça de Ronald Koeman consigue su primer trofeo de la temporada gracias al doblete de Leo Messi y los goles de Frenkie de Jong y Antoine Griezmann.

El Athletic Club vivió la primera parte atado de pies y manos. Sometido ante el ritmo de balón del Barça. Zarandeado de lado a lado. Hundido en su propio campo pese a que la intención de su técnico estaba en las antípoda de lo que sucedió. El Barça, sin colmillo, tocaba a placer y desgastaba las carreras de los rojiblancos, cansados de morder tobillos y no poder llevarse nada a la boca. El culpable tenía nombre y apellidos y regresaba tras un mes de ausencia: Gerard Piqué. El central azulgrana, líder indiscutible de la zaga entre tanto defensa imberbe, abortó todos y cada uno de los envíos en largo a Iñaki Williams. Atento y contundente a campo abierto e inexpugnable por arriba.

placeholder Los jugadores azulgranas se abrazan tras el 4-0 de Leo Messi. (Reuters)
Los jugadores azulgranas se abrazan tras el 4-0 de Leo Messi. (Reuters)

De este modo, el Athletic se quedó sin plan para romper el cerco culé. El conjunto de Ronald Koeman monopolizaba la pelota en busca de una ocasión que pudiese decantar la final. El Athletic resistía como podía, pero defendía tan atrás que se mascaba la tragedia. En esas, Frenkie de Jong, culpable de muchos de los males vascos durante la primera mitad, desplegó su versión llegadora y estrelló el balón en la cepa del poste. Era el primer aviso para navegantes. Acto seguido, Leo Messi dibujaba un pase capaz de hacer trizas dos líneas de presión, pero Antoine Griezmann se enredaba ante la oportunidad de marcar la diferencia y malgastaba la ocasión.

El Barça superó al Athletic en todas las facetas

Los de Marcelino contestarían con una acción a balón parado en la que Íñigo Martínez hizo que los azulgranas se echaran las manos a la cabeza y su remate se marchó desviado por poco. El Barça, con superioridad en salida de balón, provocaba que los rojiblancos llegaran tarde a la hora de compensar la presión de los delanteros sobre los tres centrales azulgranas. De Jong bajaba a recibir, Pedri combinaba con Messi y los centrocampistas de los leones eran meros espectadores. Con Jordi Alba y Sergiño Dest arrastrando a los laterales visitantes (Balenziaga y De Marcos), el Athletic estaba descoordinado y desequilibrado.

A la vuelta de vestuarios, el conjunto vasco saltó sin uno de sus hombres clave: Iker Muniain. El '10', que se pasó toda la primera parte cojeando, se quedó en el banquillo y Lekue ocupó su lugar. Nada más empezar, Griezmann tuvo de nuevo la oportunidad de ser el héroe de la final gracias a un pase de la muerte de Dest, pero Unai Simón emergió para negarle la gloria. El Barça, empeñado en dar alas a su rival, volvió a fallar otra oportunidad manifiesta de gol a bocajarro y Simón dio una vida extra a su equipo. Tanto fue el cántaro a la fuente que se acabó rompiendo. De Jong rompió por fuera, avistó el desmarque del francés en el interior del área y Griezmann la mandó a guardar en el 60.

placeholder Piqué se muestra imperial al corte. (Reuters)
Piqué se muestra imperial al corte. (Reuters)

Marcelino introducía a Vesga por Berenguer pero no conseguía virar el encuentro. En el minuto 63, Jordi Alba se plantaba en el pico del área, oteaba el horizonte, detectaba la llegada al área de De Jong y el neerlandés fusilaba a Simón. Marcelino, desesperado en la banda, movió ficha. Iñaki Williams, Unai López y Yeray Álvarez se fueron y Villalibre, Yuri y Núñez entraron en su sitio. Ya era demasiado tarde, aunque ellos no lo sabían. Tan solo cinco minutos después, De Jong asistió a Messi, el '10' partió a Íñigo Martínez en el corazón del área y la colocó en el palo largo de Simón. Con 3-0, el Barça no pisó el freno. En el 73, de nuevo, Jordi Alba intervenía, trenzaba su habitual jugada con Messi y el argentino firmaba un doblete que sellaba la inmensa superioridad culé. El Barça vuelve a tocar plata tras una temporada pasada en blanco.

No hubo color. Ni rival. Tampoco dudas en el césped de La Cartuja sobre quién se alzaría con el título de Copa una vez que el balón empezó a rodar. Ambos se encargaron de evidenciarlo. Unos desde el dominio absoluto. Otros desde la incapacidad para llevar a cabo su plan y luego, para darle la vuelta a la situación. La superioridad del Barça fue tan enorme como el inmovilismo del Athletic Club, cuya final rozó la anticompetitividad en la segunda parte y elevó el disgusto de sus aficionados. Puesto que la que perpetró contra la Real Sociedad hace poco más de dos semanas se ha quedado en un esbozo en comparación con la de hoy. De este modo, el Barça de Ronald Koeman consigue su primer trofeo de la temporada gracias al doblete de Leo Messi y los goles de Frenkie de Jong y Antoine Griezmann.