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Un comunicado a las dos de la mañana, pagos y enfados: Xavi no se merece este Barça
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El recambio de Koeman ya es oficial

Un comunicado a las dos de la mañana, pagos y enfados: Xavi no se merece este Barça

El Al Saad anunció el fichaje el viernes por la mañana. Esto molestó en el Barcelona, que acabaron por oficializar la llegada del técnico casi a las dos de la madrugada

Foto: Xavi Hernández, en su despedida. (EFE/Alejandro García)
Xavi Hernández, en su despedida. (EFE/Alejandro García)

A las 11:45 de la mañana del viernes, el Al Saad emitía un comunicado: "Los administradores han llegado a un acuerdo con el FC Barcelona tras el pago de la cláusula de rescisión estipulada en el contrato de Xavi Hernández. Hemos acordado la cooperación con Barcelona en el futuro". A la una de la tarde compareció Sergi Barjuan en la rueda de prensa previo al partido ante el Celta y ante las preguntas insistentes de los periodistas recalcó que no había oficialidad por parte del Barça. Una hora más tarde, los enviados especiales de diferentes medios de comunicación catalanes en Qatar afirmaban que el club azulgrana no iba a pagar la cláusula de Xavi estimada en cinco millones de euros. Ya por la tarde, las informaciones variaban entre que Xavi pagaría él los cinco millones o mitad y mitad con el Barça. Pasadas las siete, desde el club se daba el acuerdo por cerrado… pero nada era oficial. El comunicado brillaba por su ausencia hasta que, a las dos menos cuarto de la madrugada, la entidad confirmó el fichaje con un tuit. Como ya es habitual, el plan previsto es que no hay plan. El Barça se ha abonado a la improvisación, a los giros inesperados en el último momento, al descontrol, vaya. Y Xavi no se lo merece.

Ha sido el exjugador azulgrana, todo un mito para la afición y el único que ahora mismo es capaz de generar consenso en una entidad que está en ruinas y con un equipo que hace aguas, el que ha dado todas las facilidades del mundo para fichar por el club de sus amores, el que ha llevado la voz cantante en las negociaciones, el que se ha reunido con el jeque y propietario del Al Saad y con los emisarios enviados por Laporta: Rafael Yuste y Mateu Alemany, que apenas han pintado nada y han dejado imágenes como las de los dos sentados en una silla que parecía un trono viendo el último partido del equipo catarí y que ante la imposibilidad de avanzar en las negociaciones pasaban las horas muertas en el gimnasio del hotel. Lo único que le falta a Xavi es pilotar el avión que le traiga de vuelta a Barcelona. Todo lo demás, lo ha hecho. ¿Y Laporta? Pues en Vigo dándose un baño de masas con los peñistas.

Trituradora de mitos

Xavi no es el primer mito azulgrana al que Laporta se las hace pasar canutas. Ahí estaba Messi llorando como un niño explicando en agosto que estaba convencido de que se quedaba porque había llegado a un acuerdo con el presidente. Y Ronald Koeman, el héroe de Wembley, al que el máximo dirigente le pidió que le diera 15 días para buscarle un sustituto en junio y ya en octubre, en una reunión con periodistas, Laporta dio por finiquitado para ratificarle dos días después y más tarde despedirle en un avión volviendo de Vallecas.

Foto: Laporta, junto a Cruyff, antes de ser elegido presidente del Barça. (EFE/Toni Albir) Opinión

No, Xavi no es el primero, sino una víctima más del disloque en el que se ha convertido el Barça, capaz de triturar a sus leyendas sin miramientos, incompetente para despedir a un mito y fichar a otro de manera mínimamente elegante y pretendiendo que todo pase encima por un plan estudiado que resulta a todas luces inexistentes. El caos como método.

Un viaje accidentado

Joan Laporta meditó, o eso dijeron, hasta el último momento si debía viajar o no a Qatar. Su oposición frontal al patrocinio del club por parte de Qatar Airways no ha sido olvidado, ni perdonado, en aquellos lares de jeques orgullosos. Ahorrarse la foto —que Yuste y Alemany no han podido evitar sentados en las sillas/tronos— como una muestra de dignidad después de firmar un amistoso en Arabia Saudí tres días más tarde de incluir en los Estatutos los Derechos Humanos como principio, tampoco cuela. Pero no viajó, ya explicará por qué. Y no es difícil imaginar que a los jefes de Xavi en el Al Saad no les sentó bien el gesto, el desaire. Aun así, desde el club seguían afirmando que las negociaciones se desarrollaban en un clima de cordialidad y que el acuerdo era inminente… hasta que llegó el viernes y el comunicado con la frase "tras el pago de la cláusula de rescisión estipulada" que les pilló por sorpresa, descolocados perdidos. Teniendo en cuenta que están en la ruina y aún siguen negociando el finiquito de Koeman de 12 millones de euros, los cinco por contratar a Xavi no entraban en los planes. Y así luego vino el que no iban a pagar. Y luego que a medias. Y después ni se sabe por qué ni ellos mismos se aclaran y cambian de opinión y de estrategia cada cinco minutos. Y ya bien entrada la noche que todo estaba cerrado, pero el comunicado oficial que no aparecía por ningún lado... Y así hasta las dos de la madrugada, cuando el club puso el mensaje de rigor en las redes sociales.

placeholder Joan Laporta, en la presentación de Barjuan como interino. (Reuters/Albert Gea)
Joan Laporta, en la presentación de Barjuan como interino. (Reuters/Albert Gea)

Mientras, Xavi ya se había despedido entre lágrimas de sus jugadores del Al Saad y esperaba la oficialidad para poder subirse de una puñetera vez al avión de vuelta a Barcelona. Porque salvo cargar las maletas él mismo en la bodega y pilotar el aparato, él más ya no puede hacer. No es precisamente el mejor principio del mundo, pero como zanjó Koeman en su momento: "Esto es lo que hay".

A las 11:45 de la mañana del viernes, el Al Saad emitía un comunicado: "Los administradores han llegado a un acuerdo con el FC Barcelona tras el pago de la cláusula de rescisión estipulada en el contrato de Xavi Hernández. Hemos acordado la cooperación con Barcelona en el futuro". A la una de la tarde compareció Sergi Barjuan en la rueda de prensa previo al partido ante el Celta y ante las preguntas insistentes de los periodistas recalcó que no había oficialidad por parte del Barça. Una hora más tarde, los enviados especiales de diferentes medios de comunicación catalanes en Qatar afirmaban que el club azulgrana no iba a pagar la cláusula de Xavi estimada en cinco millones de euros. Ya por la tarde, las informaciones variaban entre que Xavi pagaría él los cinco millones o mitad y mitad con el Barça. Pasadas las siete, desde el club se daba el acuerdo por cerrado… pero nada era oficial. El comunicado brillaba por su ausencia hasta que, a las dos menos cuarto de la madrugada, la entidad confirmó el fichaje con un tuit. Como ya es habitual, el plan previsto es que no hay plan. El Barça se ha abonado a la improvisación, a los giros inesperados en el último momento, al descontrol, vaya. Y Xavi no se lo merece.

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