El drama de Manolo el del bombo: "Tendré que vender el bombo para poder comer"

"Voy a tener que vender el bombo para poder comer". Manuel Cáceres, más conocido como Manolo el del bombo, tiene graves problemas económicos. El histórico aficionado español que se ha recorrido medio mundo detrás de la Selección española y también apoyando al Valencia Club de Fútbol, su otra gran pasión, se encuentra en una grave crisis económica y ya ha pasado por su cabeza vender su bien más preciado.

"Estoy sin ingresos porque el bar está cerrado, 800€ de pensión y 420 de hipoteca. Estoy en una situación económica muy mala. He perdido mucho dinero estos últimos meses por no poder abrir" ha relatado en la emisora 'CV Radio'. Manolo cuenta que el bar ya estaba funcionando con normalidad hasta que la pandemia llegó a apareció y tuvo que cerrarlo. Un bar que pudo mantener después de que hace casi dos años la dueña del local lo pusiera a la venta. El archiconocido hincha de la Roja lo tenía que casi era un museo del fútbol en Valencia y que se vio obligado a cerrar de forma temporal en 2011, después de 21 años, con la entrada de la Ley Antitabaco.

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La desesperación de Manolo por esta dura situación le ha llevado decir entre lágrimas que vender su preciado bombo es una posibilidad para sobrevivir. "Voy a tener que vender el bombo para poder comer, siempre he dicho que jamás lo vendería pero en algunas ocasiones me han ofrecido dinero por él y podría subastarlo...no sé qué haré". El instrumento le ha acompañado durante casi toda su vida y solo cuando se lo robaron se separó de él momentáneamente en un España - Colombia en la Nueva Condomina en 2017. Por suerte fue recuperado a las pocas horas.

Manolo ha aprovechado contando su experiencia para pedir ayuda a todo aquel dispuesto a poner su granito de arena. "Por favor, pido ayuda a todos: prensa, equipos aficionados..." ha comentado. Por otro lado, todavía no tiene claro si reabrirá el bar cuando las medidas se suavicen. "Con los partidos a puerta cerrada no sé si podré abrirlo". Gran parte de la clientela de Manolo eran aficionados al fútbol y más concretamente valencianistas que se concentraban en su bar antes, durante y después de los partidos de su equipo.