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"Pita penalti. Es para ver cómo lo celebran...". El equipo más feliz del mundo llega a España
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UNOS NIÑOS DE NEPAL EN LA DONOSTI CUP

"Pita penalti. Es para ver cómo lo celebran...". El equipo más feliz del mundo llega a España

Un equipo de niños de Nepal afectados por el terremento de 2015 participa en el torneo dentro de un proyecto solidario que filma su experiencia para recaudar fondos para reconstruir su escuela

Foto: Eladio Pérez junto a algunos de los niños que componen el equipo de fútbol de Nepal Scholar Home Academy que participa en la Donosti Cup. (J.M.A.)
Eladio Pérez junto a algunos de los niños que componen el equipo de fútbol de Nepal Scholar Home Academy que participa en la Donosti Cup. (J.M.A.)

En los prolegómenos del partido, el conductor del autobús del equipo infantil de fútbol de Nepal se acerca al joven árbitro para ‘comerle la oreja’ cariñosamente. “Pita un penalti para que al menos puedan meter un gol”, le espeta. “Es para ver cómo lo celebran los niños”, se justifica con una sonrisa. Joserra no es el único que pide este “pequeño favor”. También se suma la hinchada rival. Es el tercer y último encuentro de la fase de grupos de la Donosti Cup y los pequeños aún no han perforado la meta del contrario. En el campo pronto se dibuja una nueva goleada y desde la grada surgen voces que invitan al colegiado y a los jugadores del equipo vasco a facilitar esta pequeña alegría. “¡Pues hoy no comes!”, le sale del alma en respuesta a la negativa de su nieto a que su equipo se deje meter un gol.

El árbitro pita el final del partido y los rostros de los niños nepalíes no se corresponden con una abultada derrota. Eso de que el resultado es lo de menos -los mayores que les acompañan se han esforzado mucho en concienciar sobre ello- alcanza su máxima expresión en estos 18 chavales de 13 años procedentes de la región de Katmandú. Sonrisas, abrazos con los rivales, fotografías conjuntas… Los niños han cerrado la primera fase del torneo a cero en el marcador pero han metido decenas de goles de felicidad.

El balón es la excusa para dar rienda suelta a la felicidad, los sueños, las ilusiones de estos niños

Aunque no todo han sido sonrisas. El día del debut se impusieron por momentos las caras de desánimo, de desilusión, tras encajar un 7-0 contra un equipo de París. Era la primera vez que participaban en un torneo de fútbol y pensaban que se iban a comer el mundo -el césped en este caso-. La mayoría de ellos no se había calzado unas botas de fútbol hasta hace unos meses, pero habían entrenado “duro” y no se esperaban lo que iba a ocurrir en el terreno de juego. La ilusión del principiante se imponía a los avisos sobre la calidad de los demás equipos y el carácter competitivo de la competición.

"We love Nepal" en Donosti

Pero el desánimo pronto se quedó en el césped. Los cantos, los bailes o los gritos de “We love Nepal” se impusieron en el mismo terreno de juego y en los vestuarios. Porque el balón es la excusa para dar rienda suelta a su felicidad, a sus sueños, a sus ilusiones. Panta, Gurung, Shrestha, Sherpa, Thapa, Kafle o Poudel son uno de esos miles de niños que en abril de 2015 sufrieron el brutal terremoto que sacudió la región de la capital de Nepal, Katmandú, y que dejó cerca de 9.000 muertos, 22.000 heridos y millones de afectados y desplazados. Ahora, forman parte del equipo infantil de fútbol que ha sido invitado por la organización a participar en la Donosti Cup, el torneo de fútbol base más importante de España y el cuarto de Europa, con más de 600 equipos de 33 países -se celebran 315 partidos al día-.

placeholder Niños del Nepal Scholar Home Academy pisan una playa por primera vez. (E.P.)
Niños del Nepal Scholar Home Academy pisan una playa por primera vez. (E.P.)

Se dice que en muchas ocasiones un partido de fútbol se resuelve por pequeños detalles. En el caso de estos niños cualquier mínimo detalle es sinónimo de gol. Es lo que tiene no haber salido nunca de tu país, no haber montado jamás en un avión, no saber lo que es el mar, no conocer la playa, no haber tocado la arena… Hacer un castillo de arena constituye en sí mismo una experiencia inaudita, inimaginable e indescripible para ellos. Al igual que zambullirse en el agua. “La idea era que no se bañaran porque justo después tenían partido, pero ¡a ver quién les para!”, señala Eladio Pérez, responsable de la Fundación Golygol que trabaja en Nepal para promover el desarrollo humano de los niños a través de la actividad deportiva y, en especial, el fútbol, y que ejerce de entrenador de la Scholar Home Academy de Katmandú en este “torneo de la felicidad”.

Sus vivencias se van a reflejar en un documental y una serie digital de hasta 15 capítulos para concienciar sobre cómo se pueden hacer realidad los sueños de los niños a través del fútbol

Las vivencias de estos chavales en la Donosti Cup van a quedar reflejadas en un documental y una serie digital de hasta 15 capítulos dentro de un proyecto que busca el doble objetivo de concienciar sobre la difícil situación que atraviesa el país tras el terremoto -el 70% de los afectados sigue viviendo en hogares provisionales- y lanzar un mensaje de esperanza de cómo a través del fútbol se pueden hacer realidad los sueños de los más pequeños. Los fondos obtenidos con la difusión del audiovisual en cines y televisiones del mundo se destinarán a través de la ONG Mentissana a la reconstrucción de la escuela de estos chavales, destruida por el seísmo, y a mantener el equipo de fútbol.

Este partido comenzó hace algo más de un año. Contar los prolegómenos conllevaría muchas líneas pero, a modo de resumen (muy propio en esto del fútbol), se podría decir que la Donosti Cup otorga a la Scholar Home Academy una de las cuatro invitaciones gratuitas que concede para participar en el torneo y que el proyecto de filmación para poner en marcha una iniciativa humanitaria surge de la amistad que mantienen Eladio Pérez y Alfonso Duro, un periodista deportivo mallorquín afincado en Nueva York que acudió en enero de 2017 a Katmandú junto a una ONG para ayudar a la construcción de casas tras el terremoto.

placeholder El equipo de Nepal hace una piña al final de un partido de la Donosti Cup. (Pedro Delguy)
El equipo de Nepal hace una piña al final de un partido de la Donosti Cup. (Pedro Delguy)

Duro, como guionista y productor ejecutivo del proyecto, ha estado varias veces en Nepal conviviendo con estos niños, procedentes de familias de “clase media”, conociendo sus miedos, sus preocupaciones, sus esperanzas. Ahora les acompaña en todo momento en su periplo por España, que comenzó con su aterrizaje en Barcelona, donde pudieron visitar el Camp Nougracias a la Fundación del FC Barcelona. “Son tímidos, callados, y al principio estaban en 'estado de shock' ante todo lo que estaban viendo. Pero con el paso de los días se han ido soltando y ahora están en su salsa, irradiando felicidad”, expone.

"Estos niños no juegan en la Donosti Cup para sí mismos sino para todos los niños de Nepal"

Es consciente de que, a su regreso a Nepal, la mayoría de estos chavales no volverá a salir de las fronteras de su país. Otros niños no tendrán nunca esta posibilidad. Y no solo los niños. Por ejemplo, la vicepresidenta de la escuela, una mujer culta de más de 40 años que ejerce de tutora de los chavales en este viaje, nunca había conocido otros países. Por ello, Duro considera vital que estos niños aprendan de esta experiencia para trasladársela al resto de niños a su vuelta. “Estos niños no juegan para sí mismos sino para todos los niños de Nepal”, asevera.

De hecho, para Pérez fue “especialmente duro” tener que elegir a la escuela que representaría a Nepal en la Donosti Cup y a los 18 niños de este centro. “Fue el momento más difícil”, admite. En la selección pesó mucho el conocimiento o “chapurreo” del inglés ya que el objetivo es que estos chavales “vayan luego a las escuelas para compartir sus experiencias y les sirva a los demás niños”. El aprendizaje alcanza a todos los ámbitos, también en materia de higiene. A este respecto, Pérez tiene que obligar a los niños a ducharse al término de cada partido por la falta de costumbre.

placeholder Unos de los niños observan la playa de San Sebastián. (Pedro Delguy)
Unos de los niños observan la playa de San Sebastián. (Pedro Delguy)

Desde el terremoto, Pérez lleva facilitando de forma desinteresada material deportivo –Golygol no acepta donaciones económicas– para crear escuelas de deporte en Katmandú con vistas a ayudar a los niños a desarrollarse como personas a través de los valores que transmite el fútbol. Las adhesiones a su proyecto solidario "no para de crecer" y, ahora, con el final de la temporada de fútbol -muchos equipos donan equitaciones y material de este año- y la participación en la Donosti Cup se ha dado una ola de solidaridad "brutal". Hasta el punto de que, según reconoce, va a tener “dificultades” para no superar los 500 kilos de material deportivo que estos niños llevarán en el avión de regreso a su país -ha llegado a un acuerdo con la aerolínea para alcanzar este peso-.

La solidaridad es tal que va a haber "dificultades" para no superar los 500 kilos de material deportivo que estos niños llevarán en el avión de regreso

A la residencia de San Sebastián en la que se hospedan durante la Donosti Cup han llegado estos días cajas y cajas de material deportivo. “Todo está siendo increíble”, corrobora Duro. El partido de este miércoles en Zizurkil, una pequeña localidad guipuzcoana ubicada a apenas diez minutos de San Sebastián -el torneo llega a Navarra y a Francia-, da pie a pequeños gestos de solidaridad que llegan al corazón de los niños. Suena la puerta del vestuario y un jugador rival les trae un balón “de mi casa” para que “os lo llevéis a Nepal”. La historia se repite con otro jugador. “Yo os daría mi camiseta, pero no es mía”, se disculpa, contrariado, el portero rival. Los niños nepalíes, por su parte, responden con pins de su país para todo el mundo (a este periodista incluido).

placeholder Los jugadores del Scholar Home Academy de Nepal posan con sus rivales al término del partido de este miércoles de la Donosti Cup. (J. M. A.)
Los jugadores del Scholar Home Academy de Nepal posan con sus rivales al término del partido de este miércoles de la Donosti Cup. (J. M. A.)

La pretensión de Duro es poder estrenar el documental, dirigido por Julio Sonino, en elFestival de Cine de San Sebastián de 2019. Para ello, ya ha realizado las primeras gestiones. Habla entusiasmado del proyecto. Su entusiasmo se plasma en unas previsiones optimistas: contempla que más de 10 millones de personas puedan seguir la serie digital en todo el mundo. Gran parte del material se emitirá en el canal de cable estadounidense GolTV, el primer canal 24 horas de fútbol en este país. El proyecto contará, además, con el apoyo de conocidos deportistas como David Villa, Diego Forlán o Xabi Prieto para recaudar fondos que contribuyan a llevar adelante la reconstrucción de la escuela de estos niños.

No hay huecos libres en la agenda de estos niños desde que el pasado fin de semana aterrizaran en España, el que es para ellos “el país de Messi”. Se intenta que vivan al máximo la experiencia -tras el partido de este miércoles se han trasladado a las instalaciones de Lezama del Athletic- pero, al final, como precisa Pérez, “lo más sencillo y básico es lo que más les impresiona, porque es lo que no ven y no tienen en su país”. Por ello, se repiten las visitas a la playa de Ondarreta, situada a diez minutos a pie de la residencia. “No se puede describir lo que sienten al tocar por primera vez la arena, su primer baño…”, enfatiza.

placeholder Un momento de uno de los partidos. (Pedro Delguy)
Un momento de uno de los partidos. (Pedro Delguy)

La ceremonia inaugural les “impresionó” por el espectáculo en sí y por poder convivir con niños de otras culturas. "Nunca habían oído hablar en francés y estaban sorprendidos", ejemplifica Duro. Siempre comen y cenan con otros equipos participantes en el torneo, que este año ha superado su récord de participación femenina. De hecho, un equipo infantil de niñas también de Nepal ha sido invitado por la Donosti Cup para la edición de este año, algo que se achaca a la “casualidad”. Se trata de dos equipos de dos regiones diferentes y de dos proyectos diferentes.

El viaje concluirá este sábado con el regreso a Nepal. En la maleta habrá muchos recuerdos, vivencias y emociones. De momento, en el equipaje no hay goles. Y se dice de momento porque este jueves el equipo tiene un último partido dentro de los encuentros que se organizan entre los equipos que quedan eliminados del torneo a modo de despedida. “Estoy convencido de que vamos a meter un gol”, afirma su entrenador Pérez. Por lo pronto, ya han ganado el torneo por goleada en cuanto a simpatía y solidaridad. “Nepal, Nepal”, se escucha en las gradas de aficionados de diferentes equipos. La Donosti Cup acaba, pero el partido de este chavales continúa.

En los prolegómenos del partido, el conductor del autobús del equipo infantil de fútbol de Nepal se acerca al joven árbitro para ‘comerle la oreja’ cariñosamente. “Pita un penalti para que al menos puedan meter un gol”, le espeta. “Es para ver cómo lo celebran los niños”, se justifica con una sonrisa. Joserra no es el único que pide este “pequeño favor”. También se suma la hinchada rival. Es el tercer y último encuentro de la fase de grupos de la Donosti Cup y los pequeños aún no han perforado la meta del contrario. En el campo pronto se dibuja una nueva goleada y desde la grada surgen voces que invitan al colegiado y a los jugadores del equipo vasco a facilitar esta pequeña alegría. “¡Pues hoy no comes!”, le sale del alma en respuesta a la negativa de su nieto a que su equipo se deje meter un gol.

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