Jesé vuelve a sentirse en paz consigo mismo
Encontrar la recompensa del juego, de los goles, sobre todo para un jugador que vive de marcarlos y darlos, le hace recuperar la autoestima y a dejar de estar siempre enfadado
Cuando jugaba con el juvenil ya se decía que era lo mejor que había producido la cantera en décadas. Un futbolista destinado a marcar una época, un jugador de esos que se producen una vez cada mucho tiempo y que el club que lo forma debe cuidar al máximo para que su progresión no se corte y pueda desarrollarse en plenitud. El paso de Jesé por las categorías inferiores del Real Madrid era profundamente prometedor. Estaba llamado a jugar en el primer equipo y a hacerlo durante muchos años. Sin embargo, cuando su avance estaba dando los pasos correctos, cuando le dieron dorsal del primer equipo y con minutos iba demostrando todo su potencial, la lesión de rodilla le supuso un frenazo en seco. Mucho después de aquello, empieza a acelerar levemente otra vez con el objetivo de alcanzar la velocidad de crucero más pronto que tarde.
"Tenía ganas de marcar en Champions. Es mi primer gol en la competición y estoy muy contento. Me lo dedico a mí mismo y a los que están conmigo día a día. Lo he trabajado mucho. Es difícil jugar en este equipo repleto de buenos jugadores", dijo después de marcar su primer gol en Champions League en el Olímpico de Roma. Jesé necesitaba volver a sentirse en paz con la Champions, la competición que le quitó buena parte de un futuro brillante. Ganó la Décima, pero nunca se sentirá partícipe de esa victoria. Ese dolor de lesionarse en un partido intrascendente contra el Schalke no lo olvidará jamás. Y es por eso que Jesé también necesitaba sentirse en paz consigo mismo de nuevo.
Ha trabajado mucho, es verdad. Su lesión se complicó, fue mucho más larga de lo previsto, y luchó para recuperarse y fortalecer la rodilla para que no volviese a sucederle. Eso es un añadido a los nueve años que lleva esforzándose al máximo por llegar a ser importante en el Madrid. Por eso encontrar la recompensa del juego, de los goles, sobre todo para un jugador que vive de marcarlos y darlos, le hace recuperar la autoestima, a perder el miedo a su rodilla y a dejar de estar cabreado constantemente por pasar mucho tiempo en el banquillo.
La confianza de Zidane
Si ha habido una variación importante en el Madrid desde que Zidane es entrenador del primer equipo, además de la evidente mejora en la implicación de los jugadores, es la muy diferente utilización de los jugadores suplentes. El once titular, con la pequeña variación si queremos de Carvajal por Danilo, es más o menos el mismo que utilizaba Rafa Benítez, pero los futbolistas utilizados para dar refresco a los habituales han cambiado. El primer cambio ya no es Lucas Vázquez, que ha pasado a tener un papel residual. Muchas veces ya el primer o segundo cambio es Jesé Rodríguez.
Para qué engañarnos, la lesión de Bale le viene muy bien al canarión. Anteriormente, con el galés en plena forma, del once se tenían que caer o bien Isco o bien James y, por tanto, era uno de ellos el agraciado con entrar al campo en los segundos tiempos y a Jesé le tocaban los minutos de la basura, en los que apenas si tenía tiempo para hacer algo importante. En los últimos partidos, en cambio, lo mínimo que ha jugado han sido diez minutos en el Villamarín, a excepción del partido del Bernabéu contra el Athletic, cuando se quedó sin jugar.
Zidane dijo desde el primer día que confiaba en él, y lo está demostrando. El problema que tiene Jesé no es el entrenador, sino la plantilla que tiene el francés a su disposición. Como decimos, con todos los jugadores sanos, se tiene que quedar fuera al menos uno entre Isco y James y los suplentes tienen muy pocas opciones de alterar el 'status quo' del equipo titular. Es lo que tiene formar un equipo sin un proyecto de futuro claro en el que los canteranos tienen un hueco muy reducido, si es que tienen alguno.
Sigue en el Madrid porque él quiere
Jesé se ha mantenido en la plantilla porque ha querido, se pudo ir cedido en verano, pero quiso probarse y demostrar a todo el mundo que es un jugador para el Real Madrid. Sabía que sus opciones de ser titular son mínimas, pero que quizá, dentro de un tiempo indeterminado, sus buenas actuaciones en partidos esporádicos harían a los que mandan confiar en él en vez de un jugador caro que venga de fuera. Por su estilo de juego, su físico y proyección, está llamado a llenar el hueco que dejará (más pronto que tarde) Cristiano Ronaldo. Por delante de él está Bale, pero son totalmente complementarios. Otra cosa es lo que crean los de arriba cuando llegue ese momento... y si Jesé está verdaderamente preparado para asumir un rol principal en el Real Madrid.
Cuando jugaba con el juvenil ya se decía que era lo mejor que había producido la cantera en décadas. Un futbolista destinado a marcar una época, un jugador de esos que se producen una vez cada mucho tiempo y que el club que lo forma debe cuidar al máximo para que su progresión no se corte y pueda desarrollarse en plenitud. El paso de Jesé por las categorías inferiores del Real Madrid era profundamente prometedor. Estaba llamado a jugar en el primer equipo y a hacerlo durante muchos años. Sin embargo, cuando su avance estaba dando los pasos correctos, cuando le dieron dorsal del primer equipo y con minutos iba demostrando todo su potencial, la lesión de rodilla le supuso un frenazo en seco. Mucho después de aquello, empieza a acelerar levemente otra vez con el objetivo de alcanzar la velocidad de crucero más pronto que tarde.