Blatter se opone a la votación para expulsar a Israel y propone un partido de la paz

El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, ha mostrado su rechazo a la intención dePalestina de pedir la expulsión deIsrael de las competiciones interncionales, según declaró este martes en Jerusalén, donde se reunió con Benjamin Netanyahu, primer ministro israelí.

Blatter, que visitó ayer a las autoridades israelíes y este miércoles lo ha hechocon las palestinas (se ha reunido con el presidente palestino, Mahmud Abás), trata de calmar los ánimos ante la intención palestina de pedir en el próximo congreso de la FIFA, el 29 de este mes, la suspensión de la asociación israelí, al considerar que viola los estatutos de la federación.

"El fútbol es más que un juego. Tiene el poder de conectar personas, el poder de constuir puentes. El fútbol debería unir y no dividir", dijo Blatter, que calificó su viaje a Israel y Cisjordania como una "misión de paz". El presidente de la FIFA apoyó la postura de Israel, que defiende que la votación propuesta por Palestina sería un grave precedente de politización del fútbol.

"Lo que puede destruir a la FIFA es su politización. Si la politizas una vez con Israel, entonces tendrás que politizarlo con todos, y eso causaría el deterioro de una gran institución", declaró Natanyahu.

Partido de la paz en Suiza

Blatterpropuso a israelíes y palestinos un partido de las dos selecciones en Zúrich (Suiza)para disminuir la tensión entre ambos. El presidente de la FIFA no es partidario de sancionar a la federación israelí, pero sí que cree que Israel tendrá que hacer concesiones en el plano deportivo.

Entre los distintos problemas que denuncian los palestinos están las dificultadespara desplazarse de sus jugadores o de los de otros países árabes para jugar en su territorio, el racismo contra ellos en el fútbol israelí o el hecho de que Israel acepte en su liga a equipos de cinco colonias judías en territorio ocupado. La federación israelí, por su parte, dice que no puede ser responsable de las restricciones que impone el estado de Israel por motivos de seguridad.