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Pep Guardiola ya sabe que el Barcelona de Luis Enrique marcha por el buen camino
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analizamos las diferencias futbolísticas

Pep Guardiola ya sabe que el Barcelona de Luis Enrique marcha por el buen camino

Guardiola se caracterizó por la paciencia, por jugar siempre al ataque desde la posesión de la pelota. Sin embargo, Luis Enrique será más directo en el Barça

Foto: Pep Guardiola y Luis Enrique, durante la gala de entrenadores de la UEFA (@fcbarcelona_es).
Pep Guardiola y Luis Enrique, durante la gala de entrenadores de la UEFA (@fcbarcelona_es).

La realidad del Fútbol Club Barcelona nunca va a ser la misma después de Guardiola. El técnico de Santpedor supuso, como la Revolución Francesa, un cambio de época, un hecho que provoca que cualquier hecho haya que colocarlo antes o después de ello. Nada fue lo mismo después de que Luis XVI perdiera la cabeza, y tampoco será jamás lo mismo una vez Guardiola decidió poner fin por puro desgaste su gloriosa etapa en el Barcelona. Sin embargo, siempre se querrá volver a ese momento casi mágico, al que cuesta y costará renunciar por lo completo y casi perfecto que fue. La última intentona del Barça se llama Luis Enrique, que tratará de devolver a su club a la primera época del Barça ‘guardiolista’. Los dos entrenadores con ADN Barça se encontraron en el Foro de Entrenadores de la UEFA de este miércoles.

Aquel Barcelona, el del Sextete, venía de completar un par de años abominables, muy tristes, sin títulos y prácticamente sin juego tras un ciclo dirigido por Rijkaard en el que se ganó casi todo lo que se podía ganar y con un estilo muy atractivo. Guardiola llegó y se cargó la base de aquella plantilla, devolviendo al Barça el espíritu de la Masía que se había diluido en esos dos años de decepciones. Apenas Xavi, Iniesta, Valdés y Messi habían sido importantes para el entrenador holandés, que apostó más por el talento extranjero, que funcionó de maravilla hasta que todo estalló. Entonces aterrizó Guardiola con ocho jugadores nuevos y sin Ronaldinho ni Deco en sus planes para crear el mejor Barça de la historia.

La similitud esta temporada con Luis Enrique es muy evidente. No sólo en las ideas ‘caseras’ muy propias de la historia reciente del Barcelona, sino por la situación tan parecida que se ha encontrado al llegar al Camp Nou. Lucho viene como apuesta de la directiva por la recuperación de los valores tradicionales, que se consideraba se estaban perdiendo con el Tata Martino. Y también se produjo una pequeña gran revolución dentro del vestuario. Ocho jugadores nuevos, como le pasó a Pep, para una remodelación muy importante después de un año sin copas que llevarse a la boca. Y también un gran desembolso en un solo jugador: para Guardiola fue Dani Alves; para Luis Enrique, Luis Suárez.

Como decimos, la apuesta por la cantera fue seña de Guardiola y lo está siendo de Luis Enrique. Es pronto para hablar de los jóvenes que acabarán siendo fundamentales para el asturiano en esta temporada, pero todo apunta a que Munir El Haddadi tendrá muchos minutos cada vez que algunos de los titulares no estén disponibles. Lo mismo se puede decir de Sandro Ramírez. Puede que durante la temporada vayan surgiendo nuevos nombres que en un principio no partían con opciones y acaben participando habitualmente, como les pasó a Sergio Busquets y Pedro Rodríguez en su primera temporada con Guardiola.

Una vez analizados los aspectos más similares entre el asturiano y el catalán, habrá que ponerse a valorar las diferencias sustanciales entre sus dos estilos futbolísticos. Si bien no se trata de un cambio radical en el enfoque del fútbol, habrá bastantes variaciones a lo largo de la temporada entre lo que exponía Guardiola y lo que desarrollará Luis Enrique. Por un lado, la flexibilidad táctica de Pep no se ha visto en Lucho, al menos hasta el momento. Guardiola tenía la capacidad de variar de un básico 4-3-3 a un 3-4-3 o un 3-5-2 según las necesidades del equipo durante el curso, o incluso durante un mismo partido. Por ahora, Luis Enrique no ha variado el 4-3-3 tanto en el ataque posicional como en la defensa.

Además, el Barça de la 2014-15 querrá tener la posesión para intentar crear peligro a través de la tenencia del balón, pero la paciencia que rezumaba el Barça de Guardiola desaparecerá. Las características de los nuevos jugadores en la plantilla es buscar la portería de forma directa, buscar a menudo la definición individual antes de intentar dominar el juego con un pase atrás que vuelva a empezar de nuevo una jugada asociativa. Las características de Rakitic son de levantar la cabeza, observar el panorama y lanzar un pase vertical para que el delantero defina. Y los delanteros son de aúpa en ese sentido. La jugada personal y la definición son propias de Luis Suárez y de Neymar, siendo Messi el más asociativo de lejos entre ellos. De hecho, una de las variaciones tácticas que podría implementar Luis Enrique es un 4-4-2 en el que el tercer interior fuera el propio Leo.

Lo que sí ‘comprará’ Luis Enrique de Guardiola, sobre todo de aquel Barça de la 2008-09, será la presión alta para robar la pelota inmediatamente. Ya se ha visto en los dos primeros partidos de Liga azulgranas. Si algo agradeció el respetable culé fue que los jugadores, especialmente Messi, hayan recuperado el hambre por reconquistar la posesión una vez perdida. Una vez se escapa el balón, los del Barça no retroceden líneas para esperar, sino que se acumulan alrededor del poseedor para agobiarle y quitarle la bola. Será una mezcla interesante, sin duda: la presión hambrienta al contrario y el vértigo para terminar las jugadas. Ese será el Barça de Luis Enrique.

La realidad del Fútbol Club Barcelona nunca va a ser la misma después de Guardiola. El técnico de Santpedor supuso, como la Revolución Francesa, un cambio de época, un hecho que provoca que cualquier hecho haya que colocarlo antes o después de ello. Nada fue lo mismo después de que Luis XVI perdiera la cabeza, y tampoco será jamás lo mismo una vez Guardiola decidió poner fin por puro desgaste su gloriosa etapa en el Barcelona. Sin embargo, siempre se querrá volver a ese momento casi mágico, al que cuesta y costará renunciar por lo completo y casi perfecto que fue. La última intentona del Barça se llama Luis Enrique, que tratará de devolver a su club a la primera época del Barça ‘guardiolista’. Los dos entrenadores con ADN Barça se encontraron en el Foro de Entrenadores de la UEFA de este miércoles.

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